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Temas de los Últimos Tiempos
¿Por Qué Existimos?
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Feb 07, 2023
Feb 06, 2023
Duración:
00:14:32 Minutes
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Escritura

Romanos 1:18-25

Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad; 19 porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. 20 Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. 21 Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. 22 Profesando ser sabios, se hicieron necios, 23 y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. 24 Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, 25 ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén.

Existen aquellos quienes piensan que el hombre no es más que un animal sofisticado. Según ellos, el único propósito del hombre es no romper con la cadena ecológica, la cual enseña, que todas las demás especies permiten que la otra pueda existir. O sea, que el todo del hombre es nacer, comer, dormir y morir. Eso es algo que podemos archivar bajo el título de existencialismo; o sea, que el hombre existe para existir. Y bajo este razonamiento, yo estaría de acuerdo con el pensar de sacarle el jugo a la vida, y de hacerle a otro antes de que nos hagan a nosotros mismos. Yo estaría de acuerdo con el vivir bajo la ley de la selva. Pero tengo un problema; y el problema que tengo, es que la Biblia me dice que el hombre fue creado con un propósito especial, y que algún día tendrá que dar cuenta de lo que ha hecho con la vida que el Creador le ha concedido.   Me acuerdo de un perro que teníamos cuando yo era joven, que llevaba el nombre  “Tan Tarde”. Nosotros le llamábamos Tan. Papá le puso así porque desde que entramos a vivir en una casa en los suburbios de Managua, Nicaragua, él había querido un perro guardián, pero nunca lo conseguimos. Ya cuando faltaba poco para que nos fuéramos a vivir a otra casa, nos trajeron el perro. Fue entonces, con gran ceremonia, que papá le puso el nombre Tan, y llegó a ser un excelente perro guardián, especialmente de mis hermanos. Cuando llegaba el momento de disciplinarnos, papá tenía que llevarnos aparte, porque si Tan estaba allí, no nos podía pegar. ¡Cómo amé yo a ese perro! Y era muy buen cristiano también, no se perdía ningún servicio de la iglesia. Al llegar el momento de los servicios, toda la familia nos subíamos al carro para viajar unos dos kilómetros al templo. Al subirnos, Tan nos miraba, meneaba la cola, y cuando nos bajábamos en el templo, el primero en recibir a la familia pastoral era Tan Tarde. Corría con una velocidad de tal manera, que su nombre  Tan Tarde, parecía ser la mentira más grande que se podía haber contado. ¡Oh! Y también era médico ¡Sí! Mi papá era director de una cadena de clínicas médicas en Nicaragua, y cierto día, un señor que había pasado semanas con hipo, llegó a la clínica para ser curado.  Por algún motivo, en vez de esperar en la clínica, se acercó a la casa, y Tan, siendo el perro guardián que era, le mordió. Tuvimos que curarle al señor sus heridas, pero Tan le curó del hipo. ¿Qué? ¿Si nos demandó? Pues no. Fíjate que, lo que hizo fue traerle carne fresca a Tan Tarde, cada vez que nos visitaba. Él y Tan, llegaron a ser muy buenos amigos.   Claro está que los perros se han ganado ese título de ser el mejor amigo del hombre. Son leales, son inteligentes y por muy enfermos que estén, nunca dejan de menear la cola cuando uno se les acerca. Y, sin embargo, no son los únicos animales con inteligencia. Los gatos, chimpancé y delfines, según los zoológicos o los que estudian zoología, dicen que, todas estas razas de animales, tienen un intelecto más avanzado que el perro. Sin embargo, por muy inteligentes que parezcan ser, nunca podrán llegarle al intelecto del hombre ¿Por qué? Pues porque no son hechos a imagen y semejanza de Dios. El hombre ha creado ciertos escenarios en los cuales ha enseñado la ridiculez de esta forma de pensar. Te acuerdas de las películas que salieron en los años 70, tituladas: Planetas de los simios. Luego sacaron una serie de televisión con el mismo nombre. Se supone que los simios llegaron a dominar el mundo y que los hombres se convirtieron en sus esclavos. Ellos tenían el intelecto, y hasta tenían científicos simios, que trataban de domesticar al hombre enseñándole a hablar con señas y leer. Tengo que confesar que yo no me perdí ninguna de esas películas porque me llamaban la atención, pero ¡Qué fantasía! Eso nunca llegará a suceder. Nunca llegará el día cuando cierto grupo o especie de animales dominen al hombre. No tienen la capacidad, ni la habilidad. De hecho, yo te aseguro que, aunque todos los animales juntos intentaran tomarse el planeta, no podrían competir con la inteligencia y fuerza del ser humano. ¿Por qué no? Porque no están en el mismo campo de juego con nosotros. No tienen la capacidad mental, la fuerza de voluntad, ni la emoción que nosotros tenemos. No son hechos a la imagen de Dios. No tienen el mismo propósito, ni fueron creados con el mismo propósito que el hombre. Es el hombre que tiene que cuidar del animal y proteger al animal para que no se extinga. Y es el hombre quien tiene que proveer un ambiente para que el animal pueda seguir existiendo y no al revés. Esto ha sido así desde el principio.   Si vamos al libro de Génesis, el libro de principios, veremos que nunca fue la intención del Creador, que un animal dominara, sino que le entregó el control y dominio al hombre, sobre el planeta, y todo lo que en Él existe. Ningún animal va a rendirle cuentas a Dios por el estado en que se encuentra el planeta. Ningún animal va a tener que responder por guerra y la falta de armonía que hay aquí. El animal es un ser viviente que funciona con instintitos de sobrevivir, mata para comer y come para vivir; mata para defenderse. Quien mata por puro gusto, es el hombre. Nunca vas a ver a los perros de una nación, levantando armas contra de perros de otra nación. No vas a ver a perros de diferentes colores teniendo prejuicios entre sí mismos. Eso es algo exclusivo al hombre, con mente pervertida.   Y a qué viene toda esta discusión sobre perros, gatos, delfines y todo esto, estoy tratando de hacerte ver que el hombre es más que un animal sofisticado. Ni siquiera se puede comparar con el animal. El hombre pertenece a una categoría, que un animal en su mejor día, ni siquiera pudiera anhelar pertenecer. Este asunto de que todos formamos a Dios, la madre tierra, el animal, el hombre, las plantas, etcétera, es un platillo de basura que yo no estoy dispuesto a comer. Tú puedes creer lo que quieras, pero yo me voy a apegar a lo que dice la Biblia. Siempre ha tenido razón, y siempre la tendrá. Y ¿qué es lo que la Biblia dice acerca de todo esto? Bueno, vamos a ver.   Si vas al libro de Romanos, capítulo 1, para leer los versículos de 18 al 25, encontrarás las siguientes verdades. En primer lugar, veras que el hombre no es ignorante de la existencia de Dios. Puede que intente pretender ignorancia, pero no lo es, porque Dios se demuestra claramente a todo hombre. Dios mismo se encarga de que cada ser humano que nazca se dé cuenta de lo que se conoce de Él. Dios mismo lo manifiesta a cada ser. Tal vez no lo haga por medio de alguien como yo, con tanto detalle y explicación, pero no existe el individuo a quien Dios no le da el conocimiento de su presencia y la razón de su existencia.   Algunos de nosotros tenemos la bendición de tener una sobreabundancia de la Palabra de Dios, esto sólo resulta para más vergüenza en algunos casos, ya que pensaríamos que entre más oyera uno la Palabra de Dios, más efecto tendría en su vida; pero tal no es el caso. Hay quienes llegan a recibir a Dios en sus vidas con una breve explicación, y hay otros que han sido bombardeados con el evangelio, y sin embrago, le siguen rechazando. Pero todos tiene comprensión, de tal manera que no hay excusa; Dios se encarga de esto.   El problema con el hombre es lo siguiente, Romanos 1:21 y 22, dice: “Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios”. ¿Qué educados suenan los que nos enseñan que Dios es solamente un deseo, que tenemos en la mente debido a nuestra necesidad de tener una figura paternal, para podernos sentir seguros y protegidos? Pero la realidad es que son necios. La Biblia dice: “Dice el necio en su corazón: No hay Dios”. Pero no lo dicen porque son ignorantes; Dios ya se ha manifestado a ellos. Lo dicen porque no quieren someterse a un creador; lo dicen porque ellos quieren tener el control y no desean ser responsables ante nadie por su forma de vivir. No quieren tener que rendirle cuentas a nadie; pero lo que quieren y lo que es, son dos cosas muy diferentes.   La realidad es que el hombre fue creado para alabanza de Dios, y no importa lo que haga, Dios será alabado. Aunque el hombre quiera ir en contra de Dios, el Creador siempre va a ser alabado. Puede decir que Dios no existe, pero cuando llegue al final de su vida, todos se darán cuenta quién estaba equivocado. El hombre es el que se equivoca y no Dios. Puede refutar el cielo y el infierno, puede refutar la existencia de Dios y el diablo, puede hacer lo que quiere, pero al llegar al final de su vida aquí en la tierra, quien será alabado por ser justo y verdadero, es Dios.   Yo prefiero ser inteligente de verdad. Yo prefiero servir a Dios con todo mi corazón. Prefiero vivir de acuerdo a su Palabra y de acuerdo a lo que yo sé que es correcto. A veces mis emociones y deseos carnales me quieren llevar por otro lado, pero yo conozco la verdad y sé que no existo para mí mismo, sino que existo para Dios y para cumplir su voluntad. Y al haber aceptado esta realidad, mi vida ha significado algo, y la satisfacción de que estoy cumpliendo el propósito de mi existencia, es algo inexplicable. El hombre existe para algo más que sólo comer, beber y dormir. Ha sido puesto en la tierra para llevar a término la voluntad de su creador, y algún día rendirá cuentas a ese Creador por lo que ha hecho con su vida aquí en la tierra.   Vamos a orar. Padre, te doy gracias por la vida que me has dado. Señor, yo quiero que cuando vengas por mí, cuando me toque el momento de partir de esta tierra, que tú me abraces y me digas: “Bien hecho, Ricardo, estoy orgulloso de ti”. Padre, no permitas que yo te falle, ayúdame cada día a ser más y más como mi Señor Jesucristo, porque es en su nombre que te lo pido. Amén.

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