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El Guerreros Y Su Biblia
La Biblia, El Arma Del Guerrero Cristiano
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Ene 02, 2023
Ene 02, 2023
Duración:
00:14:31 Minutes
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Escritura

2 Timoteo 3:16-17.

Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, 17 a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.

Mayormente cuando oímos la palabra cristiano, nos pintamos una imagen de alguien humilde y tierno, alguien quien habla con suavidad sin alterar la voz, alguien quien nunca se enoja por mucho que le intenten hacer perder el control. Estoy de acuerdo en que el cristiano debe ser una persona pacífica y controlada, pero no por eso vamos a pensar que es débil; no por eso vamos a pensar que podemos abusar de él a nuestro antojo y que no se defenderá. Lo que sucede es que el cristiano, pelea de una manera muy diferente, porque ha reconocido que la lucha que tiene no es tanto física, como espiritual. De hecho, cuando hablamos de verdaderos cristianos, estamos hablando de hombres y mujeres sin igual, no de personas dejadas y lentas, sino de verdaderos guerreros de Dios, que no doblarán rodillas a este mundo por ningún motivo. Estos guerreros tienen un arma muy potente, para ayudarles en su lucha espiritual; se llama: La Biblia, y es la Palabra de Dios.   En los siguientes cinco estudios, quiero que nos concentremos, en la relación que debe haber entre el guerrero de Dios y su arma, la Biblia. Vamos a observar que el guerrero debe conocer bien su arma. Vamos a hablar acerca del uso que el guerrero debe darle a su arma, para volverse experto en su manejo. Y también, vamos a meditar sobre lo que sucede, cuando el guerrero se aparta de su arma. Yo me considero un guerrero del Señor Jesucristo y puedo dar testimonio de que la Biblia ha sido indispensable para mi crecimiento espiritual. De hecho, yo no estaría donde estoy hoy, sino fuera por el lugar que la Biblia ocupa en mi vida. Lamentablemente, hubiera querido haber iniciado el manejo de la Palabra de Dios a una edad más temprana. Esto tal vez pudiera sonar ridículo, porque he tenido una Biblia desde que podía caminar.  Sin embargo, la tenía envainada. No sabía estudiarla, no sabía cómo usarla; por lo consiguiente, sólo era un adorno que llevaba conmigo cada vez que iba al templo. Acepté el llamado a predicar el evangelio a la edad de 16 años, prediqué muchos mensajes, sin saber utilizar bien la Palabra de Dios. Cometí muchos errores también, por ignorar cómo manejar mi arma. Y no fue hasta que tuve la edad de 21 años, que alguien me indicó ejercicios para profundizarme en el arte de esgrimas bíblicas. Desde ese tiempo, mi Biblia ha dejado de ser un adorno, es mi constante compañero, quien me permite avanzar en esta vida, conquistando terreno para mi Señor Jesús, y así hacer mi parte por engrandecer el reino de Dios. Si tienes tu Biblia, vamos a 2 Timoteo, capítulo 3, para leer los versículos 16 y 17. A lo mejor ya lo tienes memorizado, 2 Timoteo 3:16-17, dice: “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”. Quiero que observemos tres cosas importantes acerca de nuestro texto, concerniente a nuestra arma. En primer lugar, quiero que entendamos que lo que hace que la Biblia sea tan poderosa, es el hecho de que viene de Dios. En segundo lugar, quiero que notemos que la Biblia es un arma de Justicia. Y, en tercer lugar, quiero que nos fijemos en el hecho de que el guerrero que la sabe manejar bien, estará preparado para cualquier misión que Dios le entregue. Lo que hace que la Biblia sea tan efectiva en la lucha contra Satanás, es porque viene de Dios. Nuestro texto dice: “Toda la Escritura es inspirada por Dios”. Notemos que no sólo una parte de ella es inspirada por Dios, como algunos quieren hacernos creer, sino que cada palabra de ella es inspirada por Dios. Y debido a esta realidad, es que la Biblia tiene tanta potencia. Tú y yo podemos hablar todo lo que deseamos, sin tener ningún efecto en la vida de otras personas, pero no así las Escrituras. Cuando la Palabra de Dios es pronunciada, algo va a pasar. Jesús reconoció el valor de las Escrituras. En cierta ocasión, nuestro Señor fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser exclusivamente tentado por el diablo. Después de cuarenta días y noches sin haber probado comida, Satanás se presentó a Jesús, quien estaba físicamente débil. En ese momento intentó aprovecharse de nuestro Señor, tentándole de tres diferentes maneras. En cada una de las tentaciones, Jesucristo le venció. ¿Cómo? Por medio de pronunciar la Palabra de Dios. Cuando Satanás tentaba a Jesús, el maestro divino le contestaba: “Escrito está, escrito está, escrito está”. Claro que no era suficiente con el sólo decir “escrito está”. Lo que sucede es que Jesucristo realmente creía lo que el Padre decía, y creía tanto, que prefería obedecer la palabra, que entregarse a las pasiones y lujos que el diablo le ofrecía, en un momento cuando entregarse hubiera sido lo más lógico, desde el punto de vista humano. ¿Qué hizo Satanás? Tuvo que huir ¿Por qué? Pues, porque el diablo no puede contra la poderosa Palabra de Dios. La Biblia no es un arma que debe ser usada para mal. Nuestro texto dice: “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia”. La Palabra de Dios es un instrumento de justicia. Habrá personas quienes intentarán torcer la Palabra de Dios. Usarán porciones de ellas tomando palabras y pensamientos fuera de contexto, para intentar justificar sus maldades. Pero lo único que sucederá, es que la Biblia misma regresará para condenar a la persona quien la está usando mal. Notemos que nuestro texto dice: “Toda la Escritura”. No está bien que una persona acepte sólo ciertas porciones de la Palabra por conveniencia. Uno tiene que tomar en cuenta el mensaje completo de las Escrituras. No podemos aceptar la parte que nos enseña, que Jesús nació de una Virgen, y rechazar la parte que dice que Él es el único mediador entre Dios y los hombres. No podemos aceptar la parte que enseña que Dios es amor, pero rechazar la parte que dice que Él es justo y que debe castigar el pecado. No podemos aceptar la parte que habla del cielo, e ignorar la parte que enseña acerca del infierno. Cuando estudiamos la Palabra, tenemos que tomar en cuenta su mensaje completo, y no sólo las partes que nos convienen. Y esto nos trae a nuestro tercer y último punto. El guerrero que sabe utilizar bien la Biblia será apto para cualquier misión. En cierta ocasión, Jesús les dijo a los religiosos de sus días, que ellos cometían muchos errores por causa de ignorar las Escrituras y el poder de Dios. Los religiosos en los días de Jesús eran muy buenos para inventar sus propias leyes, añadiendo una gran lista de asuntos a los diez mandamientos. Pero estas cosas no eran bíblicas. Y por observar estas leyes en vez de la que Dios había establecido, llevaban lejos a sus seguidores, ganándose el título de: ciegos, guía de ciegos. La persona que tiene una buena relación con la Palabra de Dios estará preparada para enfrentarse a los asuntos de la vida. Cuando digo una buena relación con la Palabra, hablo de amarla, estudiarla y poner lo que enseña en práctica, en el diario vivir. Hay muchas personas que leen la Biblia, pero no la estudian. Lo que vale no es la cantidad que uno lee, sino lo que uno asimila y pone en práctica. Habiendo tantas opiniones en nuestro mundo, ¿cómo es que uno puede saber quién está en lo correcto? La respuesta es sencilla. La persona que está en lo correcto es aquella que tiene como su base, la Palabra de Dios. Cuando una persona enseña algo que contradice las Escrituras, esa persona está en el error, y la mejor persona capacitada para sacar a este individuo del error, es la que tiene conocimiento de la Palabra de Dios. ¿Qué clase de relación tienes tú con la Biblia? Vamos a orar. Padre, gracias te damos por nuestro estudio hoy. Gracias por la Biblia. Reconocemos que hay tantas injusticias en esta vida, y estamos tan agradecidos de no tener un arma de justicia que podemos utilizar en contra de ellas. Suplicamos que tu Espíritu nos motive a estudiar tu Palabra, y vivir de acuerdo a tu Palabra, para que podamos hacerle frente a esta vida, por el bien de aquellos quienes no te conocen. Todo esto te lo pedimos, en el nombre de Jesús. Amén.

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