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Necesitas a Jesús
Porque Te Has Apartado
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Dic 08, 2022
Dic 05, 2022
Duración:
00:14:31 Minutes
Vistas:
17

Escritura

Romanos 3:10-12; Salmos 51:5.

Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; 11 No hay quien entienda, No hay quien busque a Dios. 12 Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. Romanos 3:10-12 He aquí, en maldad he sido formado, Y en pecado me concibió mi madre. Salmos 51:5

Adán y Eva se encuentran en una situación de miseria. Ellos lo habían tenido todo en el Jardín del Edén. Eran inocentes y no tenían ninguna preocupación. Todo lo que necesitaban para alimentarse estaba en los árboles frutales que Dios había puesto para ellos. Los animales les obedecían, y lo único que tenían que hacer todo el día era disfrutar del compañerismo el uno con el otro, y con Dios. No había que trabajar; tenían todo lo que necesitaban. Todo era perfecto; iban camino a una vida de perfección. Podían hacer todo lo que les daba la regalada gana, con excepción de una sola cosa: no debían comer de un sólo árbol que se encontraba en el jardín. Era el árbol del conocimiento entre el bien y el mal.   Todo iba bien, hasta que decidieron desviarse del camino. Satanás se presentó en forma de serpiente y le dijo a Eva que Dios era mentiroso, y que ella no tenía por qué hacerle caso. Eva prefirió hacerle caso a la serpiente, y comió del fruto y luego le dio de comer a Adán. En ese preciso instante, se desviaron del camino y comenzaron a viajar, cuesta abajo a la destrucción, así como Dios les había advertido. Lo mismo sucede con cada ser humano que no desea vivir de acuerdo a las instrucciones establecidas en la Palabra de Dios. Son muchos individuos los que están dispuestos a seguir la Biblia por un tiempo, y hasta cierto punto. Pero al llegar a un punto que a ellos no les parece, entonces desean tomar un desvío, y al tomar desvíos, lo único que sucede es que nos alejamos del camino. Esto nos trae a nuestro estudio de hoy. Estamos hablando de razones por las cuales las personas necesitan de Jesús. Una de ellas, es porque el hombre se ha desviado del camino de Dios, y sólo existe un camino que le puede regresar a Dios. Ese camino es la persona de Cristo Jesús. Vamos ahora a nuestro texto, y leamos Romanos 3:10-12, dice así: “Como está escrito: No hay justo, ni aún uno; no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno”. Deseo que hagamos un pequeño repaso hoy, de alguna de las cosas que ya hemos visto en los estudios pasados, además de ver algunas cosas nuevas que no hemos discutido. Primero observamos que no hay justo. La Biblia dice que no existe, ni aún ni siquiera uno. En segundo lugar, vemos que no hay quien entienda. Y en tercer lugar vemos que no existe nadie, absolutamente nadie, quien busque a Dios. Y en cuarto y último lugar, observamos que todos se han desviado y se han hecho inútiles. No existe ninguna persona justa. La Biblia enseña la depravación total del hombre. Eso simplemente significa que el hombre, una vez que llega el momento de poder distinguir entre el bien y el mal, por naturaleza, escogerá el mal. Esto sucede porque cuando Adán y Eva desobedecieron a Dios, se contagiaron de pecado. Y como todo ser humano viene de descendencia de Adán y Eva, obtienen al nacer, una naturaleza pecaminosa. Romanos 5:12 dice: “Por tanto como el pecado entró al mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos sus hombres, por cuanto todos pecaron”. Esto es muestra de que todo hombre es pecador por naturaleza. Recordemos que nuestros padres, tanto nuestro papá como nuestra mamá, son seres humanos. Ambos son pecadores, por lo consiguiente cuando nosotros nacemos, nacemos con la naturaleza pecaminosa de ambos. El salmista escribe en Salmos 51:5, “He aquí, en maldad he sido formado, y en pecado me concibió mi madre”. Desde el momento en que dos naturalezas pecaminosas se juntan, ya se sabe que el producto también será pecaminoso. También sabemos que, los puntos más fuertes, serán los que son pasados al ser que nace. Los que han estudiado biología y ciencias, saben que los genes predominantes, son los que recibirá el ser que nace de la pareja. Por ejemplo, si el padre tiene pelo negro, y la madre es rubia, el niño probablemente tendrá pelo negro, ya que el color negro es más fuere que el otro. Si ambos, padre y madre, tienen pelo negro, puedes asegurarte de que el pelo del recién nacido será negro, a menos de que tenga algún defecto. Lo que quiero decir con esto es, que como ambos padres tiene una naturaleza pecaminosa, podemos estar seguros de que los que nacen de ellos, también lo tendrán. En el segundo estudio de esta serie vimos que, para entender las cosas de Dios, uno tiene que tener una naturaleza espiritual. Sencillamente porque las cosas de Dios son de índole espiritual. Aprendimos que cuando el individuo ha llegado al momento de saber distinguir entre el bien y el mal, y escoge hacer el mal, muere espiritualmente. La única manera en que puede vivificar su espíritu es por medio de arrepentirse de sus pecados y recibir a Jesús como su Salvador. 1 Corintios 15:45, dice: “Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante”. Déjame explicar lo que esto significa. El primer Adán fue hecho alma; el primer Adán, pecó. El libro de Ezequiel nos dice que el alma que pecare ciertamente morirá. O sea que, el primer Adán desobedeció a Dios, escogiendo hacer el mal. El postrero Adán es Jesús, y Jesús fue hecho espíritu vivificante. Cuando el alma reconoce que ha pecado, pide perdón y acepta a Jesús como Salvador. Este entra a su alma, y lo hace nacer espiritualmente; o sea que, le da vida espiritual. Por eso es que Jesús es espíritu vivificante. Nosotros tenemos un término para este evento, es lo que nosotros llamamos: nacer de nuevo. Lo llamamos así, porque, aunque el individuo está naciendo por segunda vez, sólo que esta vez, el nacimiento es espiritual. Cuando uno nace espiritualmente, obtiene una nueva naturaleza; es una naturaleza espiritual, y ahora tiene la capacidad de entender asuntos espirituales. Pero sin este nacimiento, sería imposible. Todo hombre va bien al nacer. Aunque nace en pecado de padres pecadores, Dios no lo hace responsable, porque no sabe distinguir entre el bien y el mal. Si muere antes de llegar a la edad de poder distinguir entre el bien y el mal, irá al cielo porque es inocente, no sabiendo mejor. Sin embargo, en el momento en que uno sabe la diferencia entre bien y mal, y escoge voluntariamente hacer el mal, Dios lo hace responsable de sus hechos. Es en ese momento en que el hombre se desvía, y desde ese punto en adelante, todo va cuesta abajo hacia la destrucción. Se ha desviado del camino; se ha desviado de la verdad; se ha desviado de la vida. El hombre en esta condición se vuelve inútil. Es así porque el hombre fue creado para traer honra y gloria a Dios, y como no está cumpliendo con el propósito de su existencia, se vuelve inútil; no sirve para nada. Dios desea tener una buena relación con el hombre. Cuando el hombre se desvió del camino, Dios envió a su Hijo Jesucristo, para que en cualquier punto desvío, el hombre pudiera regresar a Él. No sólo hizo esto, sino que nos ha dado su Palabra para señalarnos a su Hijo. Además de esto, nos ha dado su Espíritu para saber lo que necesitamos hacer. Todo esto ha hecho Dios, porque, aunque el hombre se ha desviado, Dios todavía le ama y quiere que regrese al camino con Él. Satanás, por otro lado, quiere que el hombre siga en el desvío. El quisiera que el hombre llegara a la muerte sin conocer a Jesús como su Salvador. De esta manera el hombre estará con él, eternamente, en el infierno. Es aquí en esta vida, que escogemos nuestro eterno hogar. Y por eso es que necesitas a Jesús. Si no te has arrepentido de tus pecados, tú sigues en el desvío, y la única manera en que puedes volver a la relación que perdiste con tu creador cuando decidiste pecar, es por medio de Jesús. Él es el único que puede reconciliarnos con Dios. Si reconoces que lo que estoy diciendo es la verdad; si reconoces que te has desviado, ¿por qué no lo admites? Arrepiéntete y pide perdón a Dios. Pide a Jesucristo que entre en tu corazón; acéptale como tu Salvador. Sólo así, es que tu relación con Él puede ser restaurada. Tú necesitas a Jesús. Vamos a orar. Padre, gracias te damos por tu amor, aun cuando nosotros te menospreciamos, y por nuestra propia voluntad, nos hemos alejado de Ti. En Tu amor has provisto un camino por medio del cual, podemos restablecer nuestra comunicación contigo. Gracias, Padre, por Cristo Jesús. Te pido que ilumines a mis amigos en este momento, y que puedan entender que Jesús es el camino, la verdad y la vida, y que la única manera en que pueden volver a Ti es por medio de Él. Te lo pido en su nombre. Amén.

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