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Disciplina: Cruz De Los Discípulos
Testimonio
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Nov 11, 2022
Nov 05, 2022
Duración:
00:14:32 Minutes
Vistas:
4

Escritura

1 Corintios 9:27; Efesios 4:22.

sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado. 1 Corintios 9:27 En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos. Efesios 4:22

Unas de las cosas más difíciles para el cristiano es la lucha que constantemente se lleva a cabo entre su espíritu y su carne, espiritualmente el cristiano desea con todo su corazón hacer la voluntad de Dios en su vida, pero la carne que está saturada en pecados siempre se opone. Para poder dominar la carne y vivir espiritualmente el cristiano se ve obligado a una vida muy disciplinada, el apóstol Pablo dijo en 1 Corintios 9:27 que a veces le era necesario “golpear su cuerpo y ponerlo en servidumbre”, dando a entender que a veces le era necesario ser absolutamente firme y sujetar con fuerzas su carne para poder vivir como Dios desea que todos sus hijos vivan, en el espíritu. Cada creyente en Jesús para permitir que Cristo sea Señor en su vida debe crucificar los deseos de la carne, “despojando de su viejo hombre” como enseña Efesios 4:22, debe renovar su mente por medio de saturar de la palabra de Dios y debe vestirse de nuevo hombre: el hombre espiritual. El deseo de todo verdadero discípulo de Jesús es expresar las palabras de Gálatas 2:20 que dice: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí”. El creyente fácilmente podría acabar con la lucha entre la carne y el espíritu por medio de privarse de la vida física, pero el asunto es que Dios quiere usar nuestras vidas para su honra y gloria, Él quiere sacrificios vivos, Romanos 12:1 nos dice: “Así que hermanos, os ruego por la misericordia de Dios, que presentéis vuestros cuerpos (note bien las palabras) en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional”, así que tenemos que presentar nuestros cuerpos físicos para el uso de Dios pero nos quedamos con el problema de que nuestro cuerpo siempre es dado al mal, ¿qué vamos a hacer? Bueno, Dios nos ayuda. Jesús dice en Lucas 14:27: “Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo”, la respuesta que Dios nos da es una cruz, cada cristiano debe tomar su cruz y seguir a Jesús, pero nos preguntamos: “¿para qué vamos a andar cargando una cruz? ¿No nos atrasará?”. La respuesta es no, no nos atrasará porque es una cruz especial, es una cruz que servirá para crucificar momento a momento nuestros deseos carnales, permitiéndonos continuar en las pisadas del Señor. Esta cruz especial, pienso yo, es una cruz de disciplina. En toda esta serie de estudio hemos venido hablando de cómo la cruz tiene cuatro puntas o extensiones, hemos dicho que cada extensión es una disciplina, ya hemos visto tres de estas disciplinas, la extensión que señala hacia el cielo es la disciplina de la Palabra de Dios, la que señala a la tierra es la disciplina de vivir en oración y la que apunta hacia el oriente, o sea el brazo derecho de la cruz es la disciplina del compañerismo y esto nos trae a la cuarta y última disciplina: el brazo de la cruz que señala al occidente, el brazo izquierdo y esta es la que representa la disciplina de testificar. Al practicar estas cuatro disciplinas con seriedad, las disciplinas de vivir en la Palabra, el orar, el tener compañerismo con los hermanos y testificar el discípulo podrá vivir en el Espíritu y de esta manera crucificar en la cruz de disciplina sus propios deseos carnales permitiéndole llevar a término la voluntad de Dios en su vida. Como toda disciplina la disciplina de testificar no va a ser fácil, ninguna disciplina lo es, para poder testificar uno con éxito tendrá que llevar una vida ejemplar y aquí es donde entran las otras tres disciplinas, uno no puede testificar con éxito si no vive de acuerdo a las enseñanzas de la Palabra de Dios, si no ora y si no tiene buen compañerismo con sus hermanos en la fe. Tito 2:7 y 8 nos dice: “Presentándote tú en todo como ejemplo de buenas obras; en la enseñanza mostrando integridad, seriedad, palabra sana e irreprochable, de modo que el adversario se avergüence, y no tenga nada malo que decir de vosotros”. Aquí encontramos la necesidad de llevar una vida disciplinada de manera que cuando nos presentamos ante el mundo no tenga nada malo que decir de nosotros y nos escuche porque ha habido una diferencia en nuestra vida. Podríamos pasar el resto de nuestro tiempo que tenemos hoy leyendo versículos tras versículos donde cada creyente debe testificar del hecho de que Jesús vive y que es Salvador y que es la única esperanza para el hombre. La disciplina de testificar es muy importante, es importante porque nuestro testimonio es lo único de nosotros que Dios utiliza para engrandecer su reino aquí en la tierra, nosotros no podemos ofrecer a Dios ninguna otra cosa más que nuestra vida, Él no necesita nuestro dinero, Él no necesita nuestro talento, lo único que Él desea de nosotros es nuestra vida y merece nuestras vidas porque Él nos hizo. Hay muchas razones por las cuales debemos testificar, además del hecho que Él nos manda que seamos testigos suyos aquí en el mundo puedo pensar en tres razones más: en primer lugar, tenemos la razón de que el único contacto que las únicas personas van a tener con Cristo es por medio de nosotros, Romanos 10:14 nos dice: “¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?”. El mandato de Jesús a todos los creyentes, según Marcos 16:15 es “Ir por todo el mundo y predicar el evangelio a toda criatura”. La única manera en que el hombre será salvo es si oye el evangelio y el único contacto que va a tener con el evangelio es a través de nuestro testimonio. En segundo lugar, tenemos la razón de que es un privilegio para nosotros, imagínate, Dios no ha escogido a los ángeles para testificar, no ha deseado hacerlo por medio de señales en el cielo, ha entregado la tarea a sus hijos, nosotros. Escucha lo que dice 1 Corintios 1:26-31: “Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia. Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención; para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor”. Sí mi hermano, Dios pudo haber anunciado el evangelio de muchas maneras, pero escogió usarnos a nosotros y no debemos nosotros fallarle, debemos aceptar nuestra responsabilidad con regocijo y permitir que Él use nuestras vidas para su honra y gloria. En tercer lugar tenemos la razón de que entre más testimonios hay más credulidad hay, entre más discípulos testifiquemos de lo que Jesús ha hecho en nuestras vidas habrá más credulidad, el mundo podrá rechazar a Jesús pero no podrán negar el cambio que Él ha hecho en nuestras vidas y eso nos trae al final de nuestro estudio hoy, espero que harás el intento de practicar las cuatro disciplinas que nosotros hemos estado hablando en estos últimos estudios, espero que tomarás la cruz de la disciplina y que crucificarás momento a momento tus deseos carnales para así seguir en las pisadas de Jesús y para terminar Vamos a orar.  Padre, pido que nos ayudes a comprender este asunto de la cruz de disciplina, ayúdanos a entender las cuatro extensiones de vivir de acuerdo a tu Palabra, de llevar una vida de oración, compañerismo y buen testimonio. Padre, sabemos que si aplicamos estos principios valiosos a nuestras vidas seremos verdaderos discípulos de nuestro Señor Jesucristo y esto traerá honra a tu nombre, así que ayúdanos por favor, te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.

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