Copyright 2016-2019 Lifeword
Disciplina: Cruz De Los Discípulos
Disciplina
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Nov 07, 2022
Nov 05, 2022
Duración:
00:14:32 Minutes
Vistas:
2

Escritura

Filipenses 2:5-8

Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, 6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Filipenses 2:5-8

¿Te puedes imaginar en un mundo en donde la disciplina no existiera? Piensa en los accidentes de tráfico, nadie le haría caso a los semáforos, nadie se detendría en los “Alto”, ¡Que horrible! Un mundo sin disciplina sería un mundo de completo desorden, no se llegaría a ninguna parte pues, cada quien haría lo que le viniera en gana. En las cosas espirituales es igual, se necesita de la disciplina, sin disciplina los que están en el ejército del Señor nunca llegarían a ninguna parte, el reino celestial no crecería, habría completa confusión y lamentablemente tal es el caso de la mayoría de los cristianos, las iglesias del Señor en nuestro mundo están llenas de soldados holgazanes e indisciplinados. Quizás sea por falta de buenos líderes, quizás sea por falta de entendimiento de parte del soldado, no sé a qué se deba en todos los casos, pero de algo sí estoy seguro: que Satanás se goza de la triste situación en que está el ejército del Señor y todo se debe a una falta de disciplina. Lo que pasa es que hay muchos cristianos hoy día pero muy pocos discípulos, digo que hay pocos discípulos por la sencilla razón de que hay pocos cristianos disciplinados en practicar lo que enseñan las Sagradas Escrituras, Jesús nos dice lo que es un verdadero discípulo en el libro de Lucas capítulo 9 versículo 23, él dice: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame”. En este versículo encontraremos tres principios que hacen que una persona sea un discípulo verdadero de Jesús. La primera cosa que hace que uno sea un verdadero discípulo es el negarse a uno mismo, la segunda cosa es tomar uno su propia cruz y la tercera cosa es simplemente seguirlo, el problema nuestro será comprender cómo o qué significa en pleno siglo 20 negarse a uno mismo, tomar la cruz y seguir a Jesús, hoy deseo que pasemos un rato pensando en lo que significa todo esto, porque yo estoy convencido de que en estas tres cosas está el éxito del avance de la iglesia de Jesús en el mundo en que vivimos. Hablemos primeramente el asunto de negarse a uno mismo, Jesucristo no es persona que trata de rodear los asuntos, Él se lanza directo al grano, con toda sinceridad Él dice que si alguien quiere caminar en sus pisadas va a tener que negarse a sí mismo, no hay nadie quien nos conoce mejor que nuestro Creador, siendo el Creador de todas las cosas Jesús sabe que el hombre es un ser egoísta y sin rodear el asunto le dice que tiene que dejar de pensar únicamente en sí y comenzar a pensar en Dios poniéndole en primer lugar en su vida, de otra manera nunca servirá para nada, entre tanto el hombre se considera un Dios, estará compitiendo con su Creador y Dios no tiene que tolerar semejante insolencia. Es necesario que el hombre comprenda que Dios es su todo y no es hasta ese momento que el hombre podrá realizar la razón por la cual fue creada, Jesucristo dio el ejemplo de lo que es negarse a uno mismo para cumplir la voluntad de Dios Todopoderoso, en Filipenses 2:5-8 nos enseña que en “nosotros debe haber el mismo sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz”. Ahora, si Jesús siendo Dios pudo negarse a sí mismo, humillándose para hacer la voluntad de su Padre, ¿quiénes somos nosotros para pensar que no debemos humillarnos a nadie ni siquiera a Dios? Los hombres de nuestra era son increíblemente jactanciosos, se creen dueños de sus destinos y viven como si no tuvieran que rendir cuentas a nadie, yo mismo me he sorprendido de la misericordia de mi Padre Celestial, ¿por qué tolerará la repugnancia del pecador? Porque le ama y también porque sabe lo que le espera en la eternidad, por eso no le borra de la faz de la tierra, en su bondad y paciencia siempre le brinda al pecador una oportunidad más y quizás pudiera yo comprender la razón por la cual el hombre impío actúe con tanta arrogancia, pero de veras no entiendo por qué los cristianos a veces actuemos de la misma manera. Yo sé que está en nuestra naturaleza carnal el actuar así pero por esa razón es que Jesús nos dice que nos neguemos, habiendo obtenido el perdón de nuestros pecados y habiendo heredado la vida eterna, los cristianos debiéramos estar dispuestos con gozo a dar nuestras vidas a aquel quien dio su vida para rescatarnos de las llamas del infierno, debiéramos estar totalmente dispuestos a entregar nuestras vidas para que otros puedan obtener la misma herencia que nosotros hemos recibido por creer de corazón en Jesús, para ayudarnos con este asunto de negarnos a nosotros mismos Dios nos ha dado el mandato de tomar nuestra cruz. He oído decir a muchas personas que nuestra cruz puede ser una enfermedad, la pobreza o alguna carga que tenemos llevar de por vida, pero yo no estoy de acuerdo, más bien pienso que la cruz es disciplina, siento que cuando nuestra naturaleza carnal quiere dominarnos y hacer que seamos desobedientes a la voluntad de nuestro Dios, debemos tomar nuestra cruz y crucificar esos deseos, o sea, abstenernos de hacer el mal por medio de seguir una disciplina que va de acuerdo a lo enseñado en la Biblia. Al llevar vidas disciplinadas seremos obedientes a la voluntad de nuestro Dios, así más o menos como el soldado es obediente al que le domina en rango, solo que nosotros lo seremos debido a que amamos a nuestro Dios y queremos complacerlo. Seguir a Cristo no es fácil, lo sé. No es fácil porque Dios no nos quiere a medias, Él quiere que le brindemos nuestro todo. En estos momentos me estoy acordando de un relato en la Biblia donde cierto hombre rico vino a Jesús y le preguntó lo que tenía que hacer para heredar la vida eterna, el hombre le dijo que él le había guardado los mandamientos desde su juventud pero cuando Jesús le dijo que entregara sus riquezas a los pobres y que le siguiera, el hombre se fue triste porque no estaba dispuesto a dar su todo y para ser discípulo verdadero uno tiene que dar todo lo que tiene al Señor para usarlo como Él quiere, el asunto es que al hacer esto Dios bendice a uno en gran manera, tal fue el caso de Abraham, ¿te acuerdas? Dios le dijo que subiera a un monte y que le ofreciera la vida de su hijo Isaac en sacrificio y aunque Abraham no comprendiera el mandato de Dios no vaciló sino que subió al monte, amarró a su hijo y ya estaba por sacrificarle a Dios cuando un ángel le detuvo por su acción de obediencia Dios le bendijo en gran manera y tal será el caso de todo aquel que obedece a Dios y hace lo que Él le pide, seguro está que el mundo necesita de más discípulos hoy, hombres y mujeres, jóvenes y señoritas y niños cristianos que se niegan a sí mismos, quienes toman su cruz cada día y siguen en las pisadas del Señor Jesús. Hace unos momentos te dije que la cruz que debíamos tomar era una vida disciplinada, si Dios nos lo permite en nuestro siguiente estudio hablaremos de una de las disciplinas que debe llevar el discípulo, en realidad yo creo que la cruz del discípulo involucra cuatro disciplinas, creo que involucra vivir en la Palabra, orar, tener compañerismo y testificar. Espero que estarás conmigo en nuestro próximo contacto cristiano para hablar de este asunto de vivir en la Palabra pero antes de despedirnos vamos a tener una palabra de oración. Padre, hemos comprendido hoy la necesidad de la disciplina en nuestras vidas para que otros puedan ver un orden en nuestras vidas lo cual los conducirá a los pies de nuestro Señor Jesús, hemos notado que debemos negarnos a nosotros mismos y a nuestros deseos carnales, debemos tomar nuestra cruz, o sea una medida disciplinaria con qué domar nuestras vidas para ejercer espiritualmente, necesitamos seguir en las pisadas de nuestro Salvador. Padre, pedimos que usarás estos estudios para guiarnos a una vida más ordenada que será de tu agrado y que traerá honra a tu nombre, lo pedimos en el precioso nombre de Jesucristo. Amén.

Otros archivos en esta serie