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Agua Dulce O Amarga
Practica Hace Perfección
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Nov 04, 2022
Oct 31, 2022
Duración:
00:14:30 Minutes
Vistas:
17

Escritura

Santiago 3:11; Santiago 3:13-17

¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga? Santiago 3:11 ¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre. 14 Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; 15 porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica. 16 Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa. 17 Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía. Santiago 3:13-17

La mejor manera de volverse experto en algo es hacerlo una y otra vez, entre más veces hace algo uno más fácil se vuelve la tarea, de tal manera que uno se vuelve tan familiarizado con lo que está haciendo que hasta lo puede hacer con los ojos vendados. Llega el momento cuando por hacer una cosa tantas veces, esa cosa se vuelve hábito. Cuando se vuelve un hábito, ya uno lo hace sin pensar, solo funciona, solo actúa, pero lo hace sin meditar en lo que hace.   Cuando tú te levantas en la mañana, ¿cuál zapato te pones primero? Escúchame bien, si tienes ya el hábito de ponerte el zapato izquierdo primero, aunque el derecho esté más cerca, siempre te pondrás el izquierdo. Lo que pasa es que hacemos una cosa tantas veces que nos metemos en una rutina una vez que estamos en esa rutina, nos sentimos confortables, nos volvemos expertos en hacer la rutina y sacarnos de la rutina es atrasarnos.   Últimamente hemos estado hablando acerca de lo que expresamos con nuestra boca, hemos usado como textos de referencias a Santiago 3:11 que dice “¿Acaso una fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga?”. Una pregunta, si uno desde que tuviera siete años hubiera comenzado a hablar cosas sucias y había estado hablando así por 28 años, ¿Le sería fácil quitarse esas palabras de su vocabulario diario? No, no va a ser fácil. ¿Por qué? Porque ya se hizo rutina, ya se volvió hábito y uno esta, adicto a ello, ya la palabra sale de su boca sin que uno se dé cuenta, ya no controla su vocabulario uno si no que su vocabulario lo controla a él, se ha vuelto experto en pronunciar palabras sucias. Pero por otro lado si desde la niñez se hubiera dedicado a hablar con educación, hoy hablaría educadamente y ni se preocupará por decir una palabra obscena porque no tendría el hábito de hacerlo. La Biblia en Santiago 3:13-17 nos habla de dos clases de sabiduría, la sabiduría terrenal y la de lo alto. Vamos en nuestra Biblia a esta cita y vamos a ver que podemos aprender hoy. Santiago 3:13-17 “¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre. Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica. Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa. Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía”. Una de las sabidurías que menciona aquí es terrenal, animal, diabólica. Esa es la sabiduría que la mayoría de las personas conocen, cuando uno habla va a hablar o expresarse de acuerdo a una sabiduría. Cuando un padre le grita a su hijo: Mejor nunca hubieras nacido. Esa sabiduría no es de lo alto. Cuando un hombre le dice a su esposa: Ojalá nunca te hubiera conocido. Eso no es producto de la sabiduría de lo alto. Cuando salen palabras deshonestas, groseras y sucias de tu boca, eso no es sabiduría de lo alto, entonces ¿Qué sabiduría es? Es sabiduría terrenal, animal, diabólica. La ley del humanismo dice que, si se siente bien, debes hacerlo, necesitas desahogarte no guardes esas cosas adentro de ti, exprésate. Si la otra persona no es suficiente estable para aguantar lo que le dices, eso es problema de él. Ya sabes cuál es la ley de la selva, la del animal, la del animal el más fuerte gana. Y en cuanto a diabólico eso simplemente significa que hay demonios quienes están promoviendo el hecho de que te expreses de una manera que desagrade a Dios. Dios no quiere que hables mal, los demonios harán todo lo que pueden hacer para que lo hagas. Pero cuando hablamos inspirados por la sabiduría de lo alto, expresaremos cosas buenas y puras, nuestras palabras promoverán la paz y la tranquilidad, seremos amables en nuestras expresiones, misericordiosos y bondadosos. Nos expresaremos con certeza y sin hipocresía. Eso es lo que sucede cuando uno habla guiado por la sabiduría que viene de Dios.   ¿Qué podemos hacer para expresarnos bien y que salga de nuestra boca palabras que agradan a Dios? Bueno hay dos cosas: En primer lugar, tienes que conocer y tener en ti la sabiduría que viene de lo alto. Y, en segundo lugar, tienes que reprogramar y comenzar a practicar esa sabiduría. Si uno no tiene a Cristo en su corazón, si nunca se ha arrepentido de sus pecados e invitado a Cristo entrar en su vida aceptándole como único y suficiente Salvador, no puedes saber lo que es sabiduría de lo alto. Esto lo digo porque si uno no ha recibido a Jesús como Salvador no ha nacido espiritualmente a la familia de Dios y una persona que no ha nacido espiritualmente no puede entender las cosas de Dios, aunque la sabiduría de lo alto le estuviera viendo cara a cara, él no lo aceptaría como tal pues él no es espiritual y no puede entender asuntos espirituales. 1 Corintios 2:14 nos dice “Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente”. No soy ignorante al hecho de que mientras estoy hablando de este tema hoy, alguien está diciendo: Hermano Ricardo hoy si se pasó, dice que cuando hablamos somos guiados por el Espíritu Santo o por demonios, hoy sí que se le cayó un tornillo de la cabeza. Sin embargo, también sé que aquellas personas que han recibido a Jesús saben exactamente de lo que estoy hablando, para algunos esto es nuevo y están diciendo: yo nunca había visto este asunto desde este punto de vista, voy a tener más cuidado cuando abro mi boca. Y precisamente para ellos es este estudio, pero al mismo tiempo sé que el Espíritu Santo de Dios está tocando otros corazones, abriendo ojos y permitiendo que la luz de la verdad penetre a la mente de ciertas personas, atrayéndolas a los pies de Cristo. ¿Cómo lo sé? Sabiduría de lo alto, la Palabra de Dios. Y si no creyera eso con todo mi corazón no estaría aquí perdiendo mi tiempo y dinero de cientos de hermanos en la fe quienes te aman y quieren tu bienestar espiritual. Así que el primer paso para entender lo que es sabiduría de lo alto es aceptar a Jesús en tu corazón depositando toda tu confianza en Él.   El segundo paso para expresarnos bien y decir cosas que agradan a Dios es reprogramar nuestra mente y comenzar a practicar esa sabiduría de lo alto. Efesios 4:22-24 dice “En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad”. Más abajo en el mismo capítulo, el versículo 31 dice “Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia”. Ya se sobre entiende que esto se va haciendo sobre un lapso de tiempo, pero si es necesario que se tomen pasos afirmativos en esta dirección. Ósea que cada día que pasa debemos ser un poco mejor que el día anterior en este asunto de nuestro hablar. Debemos reprogramar nuestra mente, ser obedientes a la Palabra y poner en práctica principios que agraden a Dios, teniendo cuidado de lo que sale de nuestra boca. No será fácil, requiere trabajo y un deseo sincero de mejorar.   Con esto llegamos al final de nuestra serie de estudios titulados “Agua dulce o amarga”, espero que los estudios hayan sido de bendición a tu vida. Te digo que al prepararlos me he acordado de algunas cosas que se me habían olvidado y voy a tener que tener más cuidado en la forma en la que yo me expreso, el asunto es que la práctica traerá perfección. Si practicamos ser controlados por la sabiduría de lo alto llegaremos a expresarnos de una manera que agrade a Dios y no seremos fuentes que echen agua dulce y amarga al mismo tiempo.   Vamos a orar. Padre ayúdanos a mostrar tu amor por medio de expresar con nuestras bocas, sabiduría de lo alto, cada día queremos mostrar un hablar que te honrara. Sabemos que la lengua es un miembro difícil de controlar, pero si vivimos entregados a ti tendremos la ayuda que necesitamos para poder vencer. Eso lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.

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