Copyright 2016-2019 Lifeword
¿Que Debo Hacer? Parte II
Tengo Dudas
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Oct 25, 2022
Oct 22, 2022
Duración:
00:14:32 Minutes
Vistas:
0

Escritura

Hebreos 10:25.

No dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca. Hebreos 10:25

En mis años de Ministerio yo he oído muchas cosas y una de las cosas que más he oído es “Cuando llegue al cielo voy a preguntarle a fulano acerca de tal y tal cosa”, dicen “Voy a preguntarle a Sansón que sentía al enfrentarse con los filisteos” o “Voy a preguntarle a David esto” o “Voy a preguntarle al apóstol Pablo esto”. Pero nunca he oído a alguien decir “Voy a preguntarle algo a Tomás”. No, el pobre Tomás se arruino solito cuando dudo de la resurrección de Jesús, ¿Quién quiere hablar con una persona incrédula? ¿Qué podríamos preguntarle? ¿Por qué no querías creer que Jesús había resucitado? No, nosotros no tenemos nada que ver con el pobre Tomás, ¿verdad? Pero ¿Sabes qué? Si hay algún personaje con quien más podríamos tener algo en común, quizás sería con Tomás. Claro está que nosotros no lo queremos admitir, pero es la verdad. Antes de continuar quiero quitarle un poco a la carga que le hemos impuesto a Tomás, ¿Fue Tomás el único que dudo sobre la resurrección de Jesús? No, los otros discípulos al ver la tumba vacía no gritaron “Aleluya, el Señor ha resucitado” ellos querían saber que quién se había llevado el cuerpo del Maestro, aun cuando vieron a Jesús tuvieron temor porque pensaron que era un fantasma. Así que no podemos lanzar toda la carga de incredulidad sobre Tomás, sin embargo, Tomás si fue culpable de dudar, así que no le podemos excusar tampoco. Y como su relato ha sido grabado detalladamente en las Escrituras, podemos aprender mucho de él. Las dudas vienen mayormente cuando nos enfrentamos a una situación imposible, especialmente si nosotros mismos nos sentimos incapaces de poder controlar la situación. Toda persona desea sentir que las demás personas la acepten, nosotros somos seres que queremos sentirnos deseados y amados por las demás personas. EL televisor hace buen trabajo de dictarnos lo que debemos hacer para ser aceptados, que pasta de diente usar, que carro manejar, que peinado usar, que ropa vestir y todo lo demás. Lo triste es que a veces los productos que usamos son inferiores a otros, pero solo porque el producto no tuvo dinero para su propaganda, no lo utilizamos. Siempre me ha causado risa como pagamos cien veces más por algunas cosas, no por mejor calidad, sino por la marca que lleva. También una atmosfera de competencia hace surgir las dudas. El anciano en un empleo se vuelve inseguro al ver las capacidades y energías de un empleado más joven. Llega el momento debido a esta inseguridad que uno piensa en el hecho de que tal vez se equivocó de carrera. Tal fue el caso de Juan el Bautista, el vio que Jesús era el Mesías y lo anuncio públicamente, él señalo con valor la maldad de la gente y predicó el arrepentimiento de pecado, pero cuando Herodes lo encarcelo tuvo dudas, hasta envió a unos discípulos preguntarle a Jesús si en verdad era el Mesías o si había de esperar a otro ¿Qué le hizo dudar? El estar en una situación donde ya no estaba en control, eso le hizo dudar. A veces nuestras dudas vienen de nuestra propia inhabilidad de creer que Dios pudiera estar interesado en lo nuestro ¿Por qué Dios se va a preocupar con alguien como yo? Es entonces cuando sentimos que no podemos confiar en la ayuda del poder de Dios, nuestros nervios se ponen de punta porque si no podemos confiar en Dios ¿En quién podemos confiar? Es en estos momentos de nuestra vida que podemos acudir al relato de Tomás en las Escrituras para aprender cómo salir de este asunto de las dudas. En primer lugar, necesitamos admitir honestamente que tenemos dudas, eso fue precisamente lo que hizo Tomás. Después de la resurrección, diez de los apóstoles estaban en un cuarto cuando se les acerco Tomás, con gran entusiasmo a ellos le contaron como habían visto al Señor. Con toda honestidad Tomás simplemente les dijo que no les creía, de hecho, les dijo “Si no viere en sus manos la señal de los clavos y metiere mi mano en su costado, no creeré”. Tenemos que darle algo de crédito a Tomás, aquí tenemos a un hombre que tenía las agallas de decirle a diez “Yo no les creo”. Tomás fue honesto, en realidad el no creía que ellos habían visto al Maestro. Tomás no quería ser hipócrita, él no iba a decir “Ha resucitado” Cuando el por dentro no estaba seguro de ello. Hermano, cantar más fuerte un himno no hará que tengas un creer más profundo por las palabras del himno. Orar más fuerte no le aumentara más a tu creer de que Dios contestara tu oración. Yo he visto a hermanos en la fe cuando alguien les ha hecho preguntas sobre la ciencia, por ejemplo, la evolución. He visto como estos hermanos han contestado negativamente con una frase como “Yo no contesto a preguntas tontas como esa” Lo que en realidad están diciendo es “Yo no sé la respuesta, tengo dudas yo mismo y por eso no lo contesto” No sería mejor decir “Yo en realidad no lo sé, Dios dice esto en su palabra y en vista de que el no miente creo que lo que Él dice es la verdad”. Debemos ser honestos con nosotros mismos, si tenemos dudas necesitamos admitirlo, no negarlo. En segundo lugar, necesitamos depender del compañerismo de otros creyentes. Donde estaba Tomás cuando el Señor apareció a los otros diez apóstoles. En su tristeza después de ver crucificar a Jesús, Tomás se apartó de los demás buscando consolación en la soledad, se aisló de los demás y en su ausencia perdió una gran bendición, no vio a Jesús. Los otros diez estaban animados pues habían visto al Señor resucitado, pero Tomás se había alejado de ellos. La Biblia nos señala en muchos lugares la necesidad de buen compañerismo con los hermanos para que nuestra fe pueda ser aumentada, el aislarnos de otros creyentes produce dudas, las cuales son dañinas a nuestra relación con el Señor. En calidad de consejero te puedo asegurar que las personas que no asisten regularmente a los servicios de la iglesia tienen más dudas que las personas que si asisten. Lo que sucede es que ellos no están en constante comunión con otros que creen y por lo consiguiente no reciben ningún apoyo a sus creencias, por esta razón es que Hebreos 10:25 nos dice “No dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca”. Cuando estamos rodeados de personas que tienen las mismas creencias que nosotros, entonces nuestras creencias son reforzadas, necesitamos compañerismo de otros hermanos creyentes en la fe. En tercer lugar, necesitamos acordarnos de las promesas y el poder de Dios. Tomás había oído muchas veces decir a Jesús que moriría, pero que también resucitaría, él había visto a Jesús hacer muchos milagros y sin embargo aparentemente todo esto se le fue de la memoria al ver crucificado al Señor, se olvidó de sus promesas, se olvidó de su poder. Nosotros también hemos sido culpables de hacer esto mismo, al enfrentarnos a ciertas situaciones nos olvidamos de las promesas que Dios nos ha dado y de su eterno poder. En cuarto y último lugar, necesitamos traer nuestras dudas directamente al Señor. No es necesario que seamos hipócritas, escondiendo el hecho de existen dudas en nuestra mente, lo que necesitamos hacer expresar nuestras dudas a Dios, decirle que estamos teniendo problemas y que nos ayude a creer, Él nos ayudará. Tenemos que admitir que vienen a nuestras vidas ciertas dudas que nos paralizan de ver en cuando, pero al mismo tiempo tenemos que reconocer que Dios ha provisto una manera de escaparnos de estas dudas. Por medio de la experiencia que Jesús tuvo con el apóstol Tomás, sabemos que nuestras dudas serán disueltas si admitimos honestamente que tenemos dudas y si dependemos del compañerismo de otros creyentes y si nos acordamos las promesas y del poder de nuestro Dios, y si traemos todas nuestras dudas ante Él. El estudio de hoy ha sido de gran bendición a mi vida personal, espero que sea de mucha bendición para ti. Dios libró a Tomás de sus dudas, las dudas son dañinas a nuestra salud espiritual pues nos alejan del servicio que hacemos para engrandecer su reino. ¿Por qué no venir a Él y depositar todas tus dudas a sus pies? Te aseguro que nos sentiremos mucho mejor. Vamos a orar. Padre, en estos momentos venimos a ti para poner a tus pies todas nuestras dudas. Señor no entendemos cómo es que tú te puedes molestar por personas tan insignificantes como nosotros, no entendemos cómo es que podrías dar tu vida por personas como nosotros, pero en tu Palabra leemos que esto es precisamente lo que has hecho y aunque no lo entendemos, te creemos. Gracias Dios, ayúdanos cuando dudamos de ti porque te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.

Otros archivos en esta serie