Copyright 2016-2019 Lifeword
¿Que Debo Hacer? Parte II
Estoy Preocupado
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Oct 24, 2022
Oct 22, 2022
Duración:
00:14:32 Minutes
Vistas:
0

Escritura

Mateo 6:25-33; 1 Pedro 5:6-7.

Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? 26 Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? 27 ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? 28 Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; 29 pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos. 30 Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? 31 No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? 32 Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. 33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Mateo 6:25-33 Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; 7 echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros. 1 Pedro 5:6-7

Si tienes tu Biblia quiero que vayas conmigo al libro de Mateo capítulo 6 para leer conmigo los versículos 25 al 33. Mateo 6:25-33, leamos “Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos. Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”. Qué lindo sería volver a ser niño otra vez. Digo esto por los niños no tienen ninguna preocupación, ellos se levantan en la mañana, comen, juegan y se vuelven a acostar. Pensamientos como ¿Qué vamos a comer hoy? ¿Cómo voy a pagar estas cuentas? Y ¿Qué hago? Ni siquiera pasan por su mente. Ellos dependen completamente de sus padres, pero este no es el caso del adulto. Nosotros tenemos que hacernos estas preguntas pues somos responsables de proveer para nuestros hijos, somos responsables de vernos bien ante la sociedad. Tenemos que pensar en cosas como comida, nuestro vestir, donde vamos a vivir y muchas cosas más. Sin embargo, es una cosa ser responsable otra cosa enfermarnos con preocupaciones. Dios no quiere que seamos irresponsables en lo que hacemos, pero no desea tampoco que nos quitemos la vida por medio de enfermarnos bajo la alta presión que nos trae y preocuparnos indebidamente por cosas materiales. Dios desea ayudarnos, el desea que dependamos de Él, Él quiere que seamos responsables en nuestro vivir por medio de poner sus negocios en primer lugar y luego el promete darnos todo lo necesario para que vivamos bien. Nuestro texto dice “No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas.” Quiero que pongas mucha atención a lo que sigue “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.” Nuestra preocupación nos divide mentalmente, cuando nuestros pensamientos están divididos no podemos funcionar bien, vamos a tener problemas. Permítame hacerte una pregunta, si Dios promete suplir nuestras necesidades ¿Por qué nos preocupamos? ¿Sabes la respuesta? La respuesta es: Nos preocupamos porque en realidad no le creemos a Dios, si creyéramos lo que dice, le daríamos primer lugar en nuestras vidas y ya no nos preocuparíamos. Me fue fácil decir esto, pero no me es tan fácil practicarlo. Por eso hoy quiero que observemos tres pasos que debemos dar para poder vencer este asunto de la preocupación. Porque la preocupación no quita la tristeza del día de mañana, pero si roba al día de hoy su fuerza. Necesitamos despojarnos de la preocupación, como cristianos no nos luce tenerla en nuestras vidas. Lo primero que tenemos que hacer es dejar de preocuparnos y comenzar a confiar, esto se hace posible cuando reconocemos el amor que el padre tiene para nosotros y de su deseo y promesa de cuidar de nosotros. Nuestro Dios cuidad de los pajaritos y aun de las flores del campo. Nosotros somos muchos más preciosos a el que las aves y las flores, somos tan preciosos que estuvo dispuesto a dar su propia vida por rescatarnos del infierno y ahora ¿me vas a decir que permitirá que nos muramos de hambre y que no provea por nuestras necesidades? Claro que no. Si nosotros cumplimos con nuestros deberes como hijos del reino celestial el promete que no nos hará falta nada, Él suplirá todas nuestras necesidades y es tan serio en el asunto que lo ha escrito en blanco y negro para que pudiéramos estar seguro de ello. Mi familia nunca ha sido de dinero. Mi papá nunca tuvo dinero que desperdiciar, sin embargo, cuando yo necesitaba zapatos, lo tuve, nunca padecí de hambre, nunca supe de donde salió el dinero, pero de alguna parte salió. Y cuando yo necesitaba algo de verdad, se lo hacía saber a mi papá y de alguna manera lo consiguió. Ahora soy un adulto, ya no vivo bajo el techo de mi papá terrenal, pero si sigo viviendo bajo el techo de mi padre celestial y también tengo la misma practica de siempre, cuando tengo una necesidad lo expreso a mi padre y de alguna manera, si en verdad es necesario lo que pedí, Él me la da. El segundo paso que debemos dar para vencer este asunto de la preocupación es el de soltar el problema y dejarlo con Dios. Este paso se nos hace difícil sencillamente porque el diablo nos miente diciéndonos que Dios no está interesado en nuestros problemitas, pero como dije, eso es mentira. Dios está muy interesado en lo que nos sucede, por muy pequeña que sea la heridita que se haga uno de sus hijos, le duele. ¿Cómo podríamos pensar nosotros que Dios es indiferente con nosotros después de haber dado su propia vida para salvarnos? 1 Pedro 5:6-7 dice “Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros”. Te fijas, la Biblia nos enseña a echar todas nuestras preocupaciones sobre nuestro Padre, soltar nuestras preocupaciones y dejarlas en manos de Él ¿Por qué? Por qué él tiene cuidado de nosotros. Había una vez una ancianita que llevaba un bulto pesado sobre sus hombros, de repente paso una camioneta y el chofer le dijo a la ancianita que se subiera, pues él quería ayudarla por medio de llevarla a su destino. Al subirse la ancianita a la camioneta, vio que había otros pasajeros, los saludo y se sentó, pero nunca quiso bajar el bulto de sus hombros. Los demás pasajeros le preguntaron ¿Porque no bajas tu carga para descansar? Y la ancianita contesto: Es suficiente que el chofer me lleve a mí, no es justo que también le imponga yo mi carga. Los pasajeros hicieron todo lo posible para hacerla entender que, si el chofer la llevaba a ella, pues también llevaba su carga y que no era necesario que los dos la llevaran, ella necesitaba descansar, pero la ancianita nunca la quiso poner y llego a su destino cansada por el bulto que ni tenía que haber llevado. Y eso es precisamente lo que le hacemos nosotros a Dios. Si Él nos va cargando por la vida ¿Por qué neciamente voy yo a insistir en llevar mis cargas cuando Él ya las lleva? El tercer y último paso que debemos dar es el de dejar de desesperarnos y ponernos a orar. La desesperación es una preocupación no controlada, es cierto que la desesperación es normal para el ser humano, pero no le beneficia en nada. Filipenses 4:6 y 7 nos dice “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y pensamientos en Cristo Jesús”. Dios quiere que le entreguemos nuestros problemas, no debemos estar afanados, no debemos desesperarnos. Debemos presentar nuestros problemas a Dios dándole gracias porque el problema que tenemos nos acerca a Él y también por el hecho de que tenemos a alguien a quien podemos acudir. El versículo nos dice que cuando entregamos nuestra preocupación a Dios, su paz que sobrepasa todo entendimiento nos guardara, y esto es lo que nos ayudara a seguir adelante en su servicio. No hay mejor remedio para la preocupación que la paz de Dios. Mi hermano, mi hermana, si tú estás preocupado no te olvides de estos tres pasos, deja de preocuparte y comienza a confiar en Dios. Deja de esforzarte indebidamente y entrega tu carga al Señor, deja la desesperación y comienza a orar por tu problema, te aseguro que Dios te aliviara. Vamos a orar. Padre una de nuestras debilidades más grandes como seres humanos, es esta de la preocupación. Padre, te pido que nos abras la mente y que estas cosas puedan penetrar y podamos entender que estos tres pasos de confiar en ti y dejar de confiar en nosotros mismos es lo que necesitamos hacer. Ayúdanos porque te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.

Otros archivos en esta serie