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Juventud: Divino Tesoro
¿Cómo Puedo Vencer La Tentación?
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Oct 13, 2022
Oct 12, 2022
Duración:
00:14:32 Minutes
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8

Escritura

Hebreos 4:15; Santiago 1:13.

Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Hebreos 4:15 Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; Santiago 1:13

Diariamente miles y miles de jóvenes son tentados a hacer el mal, la tentación es algo común y corriente a la vida. Si tú eres una persona, si respiras, si tienes chispa de vida, vas a ser tentado. Ninguna persona pasa por la vida sin ser tentado, ninguna. Aun el señor Jesucristo fue tentado. Hebreos 4:15 habla de Jesús diciendo “Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestras semejanzas, pero sin pecado”. Jesús fue tentado en cada forma que el hombre pudiera ser tentado. La diferencia entre Jesús y nosotros es que Él ni una sola vez cedió a la tentación. Un pastor tratando de ilustrar la diferencia entre la tentación y el pecado dijo “No podemos evitar que los pájaros vuelen por encima de nuestras cabezas, pero si podemos evitar que hagan nidos en nuestro cabello”. ¿Sabes qué? Yo no lo pude haber expresado mejor. Nosotros no podemos evitar que la tentación nos rodee, pero si podemos evitar que se aloje en nuestras vidas. Hay varias cosas que necesitamos saber acerca de la tentación si es que vamos a ser victoriosos sobre ella. Espero que tomarás muy en serio el estudio de hoy, y que al terminar tendrás nuevas armas con que luchar en contra de la tentación. Creo que el primer paso que necesitamos dar, en cuanto a la tentación, es el de reconocer la fuente de dónde proceden las tentaciones. Ahora, Santiago 1:13 nos dice “Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni Él tienta a nadie”. Así que, si la tentación no viene de Dios, ¿De parte de quién vendrá? Bueno, ya sabemos la respuesta a esa pregunta ¿verdad? Es el diablo mismo. Es el enemigo de Dios el que trae tentaciones a nuestra vida con el fin de hacernos revelar en contra de la voluntad de nuestro Creador. Es así como Satanás trata de golpear a Dios. A Él no le puede tocar, entonces se dedica a golpearle por medio de su creación, arruinando y destruyendo todo lo que puede. Si él no puede ser Dios, no quiere que Dios tampoco lo sea, y es precisamente por eso que el diablo envía tentaciones a nuestra vida para hacernos escoger el dios a quien nosotros vamos a servir. Cuando vemos a la tentación desde este punto de vista, nos es más fácil decir “no” a la tentación, porque cuando decimos “no” ponemos a Satanás en el lugar que le corresponde, y damos a entender al único Dios verdadero que, por decisión unánime, Él es el verdadero Dios. Uno de los problemas grandes con esto es que a veces vienen tentaciones a nuestra vida y nosotros no las reconocemos como tales. Esto sucede debido a la falta de madurez espiritual, a veces la persona no ha desarrollado aún una sensibilidad moral y espiritual. Permítame darte un ejemplo. Hace unos meses atrás, un amigo mío estaba sin empleo. Hablamos juntos, oramos sobre su situación económica, le testifique de Cristo, y él se arrepintió e invitó a Jesús a entrar a su corazón. Por el momento su situación económica se le olvidó, estaba tan contento de ser un hijo de Dios, que se metió a un instituto bíblico para aprender todo lo que podía de Dios. Por sus esfuerzos Dios le entregó un trabajo que le daba lo necesario, y que le permitía hacer sus estudios en el instituto y todo. Por unas semanas todo iba bien y el hermanito estaba creciendo a pasos agigantados, pero no muchos días después entró a mi oficina y me dijo “Hermano Ricardo, no sabes lo que me acaba de pasar. Vinieron a mi casa a ofrecerme un empleo donde voy a ganar tres veces lo que estoy ganando ahora. Dios me está bendiciendo tanto que no lo puedo creer”. Yo me sentía muy contento con él hasta el momento en que me dijo lo siguiente: “Lo único es que ya no voy a poder asistir al templo en domingo, y tengo que dejar las clases de instituto, pero no te preocupes, yo voy a estudiar y orar en la casa, porque estoy muy agradecido a Dios”. Traté de explicarle que eso no era una bendición de Dios sino una tentación de Satanás para alejarle del camino del Señor, pero él estaba tan contento con la manera en que Dios le estaba ayudando, que ni siquiera me prestó atención. Hoy está tan frío espiritualmente que podría servir de congelador. ¿Qué pasó? No pudo distinguir entre una bendición, y una tentación. El segundo paso que necesitamos dar es el de evitar tentaciones innecesarias. Es cierto que no podemos fortalecer nuestro carácter espiritual si no pasamos por pruebas y tentaciones, sin embargo, no es necesario que busquemos las tentaciones. He visto a cristianos recién convertidos visitar lugares para ver si ahora podían vencer a sus deseos carnales, solo para volver a caer. Lo que hicieron fue necio. El que era borracho antes no debe regresar a la cantina para probar si puede vencer la tentación de tomar. El que bailaba no debe volver a la discoteca si ahora ya no tiene deseos de mover los pies. Las tentaciones vendrán, pero no debe uno irlas a buscar. Segunda de Timoteo 2:22 nos dice “Huye también de las pasiones juveniles”. Fue Jesús quien enseñó a sus discípulos a orar diciendo “No nos dejes caer en tentación más libramos del mal”. En tercer lugar, necesitamos tener un verdadero deseo de vencer. Tenemos que ser sinceros en nuestra lucha de vivir la vida cristiana victoriosa. No debemos esperar que Dios nos ayude a tener victoria en nuestra vida si nosotros no la deseamos tener. Santiago 4:7 dice “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros”. Quiero que observemos dos palabras aquí que indican una acción de la voluntad de uno. La primera palabra es “someteos”, y la segunda palabra es “resistid”. Tiene que haber en un cristiano el deseo de someterse a Dios, y tiene que haber también un deseo de resistir al diablo. Si ese deseo no existe, el cristiano no puede vivir en victoria aquí en la Tierra. El cuarto paso que debemos dar es el de creer con todo nuestro corazón que podemos tener la victoria. Después de haber cometido un acto vergonzoso que dañó enormemente su testimonio para el Señor, le pregunte al joven “¿Qué pasó?”. Y él me miró con tristeza y me dijo “Mi espíritu estaba dispuesto, pero mi carne estaba débil. Yo no puedo contra la carne”. Mi amigo estaba vencido y Satanás le tenía donde quería, simplemente por el hecho que de que él creía que nunca podría vencer la tentación debido a que era más fuerte que él. Fue en ese momento cuando le dije que sí podía tener la victoria sobre la tentación. También le dije que, si decía que no, estaba llamando mentiroso a Dios, y le leí las palabras de 1 Corintios 10:13 que dice “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar”. Quiero que te fijes en las palabras “Fiel es Dios que no nos dejará ser tentados más de lo que podemos resistir”, eso significa que si una tentación viene a mí, si quiero lo puedo resistir, y si yo no era capaz de resistir, Dios ni permitiría que esa tentación se me acercara. ¿Qué te parece? Dios conoce lo que sucede cuando la tentación viene a nosotros, Él nos hizo; Él sabe. Podemos venir a Él cuando somos tentados y Él nos ayudará. Escucha nuevamente lo que dice Hebreos 4:15 “Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro”. Dios sabe y nos ayudará. Para terminar nuestro estudio hoy, permítame dejar este consejo contigo: Una de las maneras más eficaces para poder vencer las tentaciones de la vida, es llenar nuestra vida de tantas cosas buenas, que no hay lugar para el pecado y la maldad. La mejor manera de deshacer la oscuridad es prender la luz. Lo que estoy diciendo es que, si nos ocupamos en los asuntos de Dios, empleando el tiempo adecuado para el estudio de su Palabra, la oración y testificando contantemente de su bondad y misericordia, cuando la tentación viene, no nos será tan difícil apartarla para un lado. La mejor manera de ganar la victoria sobre las tentaciones es simplemente vencerlas una por una. Vencer las tentaciones se vuelve un hábito en la vida de todo buen creyente, y con el tiempo, se vuelve cada día más fácil. Vamos a orar. Padre, gracias te damos por tu promesa de no permitir que seamos tentados más de lo que podemos resistir. Esto trae gran gozo y consuelo a nuestras vidas, ayúdanos a caminar muy cerca de ti, así cuando vienen las tentaciones no nos costará tanto desviarlos de nuestro camino. Gracias por estar con nosotros en el estudio de hoy. En el nombre de Jesús. Amén.

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