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Mi Ministerio
Mi Ministerio Es El Ministerio De Cristo
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Sep 08, 2022
Ago 31, 2022
Duración:
00:14:30 Minutes
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Escritura

Colosenses 3:17; Isaías 64:6.

Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él. Colosenses 3:17 Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento. Isaías 64:6

Como me gustaría poder decir que el éxito de mi ministerio se debe a mí, pero no lo puedo decir. ¿Sabes por qué? No lo puedo decir porque sería una mentira, yo sé que, si este ministerio ha avanzado, no ha sido por el trabajo que yo he invertido sino a que se debe a que es un ministerio del Señor Jesús que Él me ha encomendado. Si este ministerio, si este programa radial ha sido de bendición a tu vida, si en alguna manera te ha atraído a los pies de Jesucristo o te ha ayudado espiritualmente, quiero que sepas que toda la honra y la gloria se las merece el Señor Jesús porque este ministerio es de Él. Cada buen discípulo de Jesús reconoce esta verdad y al ser alabado por un buen trabajo no se quedará con la alabanza, sino que la desviara en dirección de Jesús porque reconoce que Él es el único que merece ser alabado. En nuestro último estudio estábamos hablando del hecho de que el cristiano no trabajara aparte del cuerpo de Cristo, ósea la iglesia, porque Dios el Padre se complace únicamente con la obra de su Hijo. Por eso es que Colosenses 3:17 nos dice “Y todo lo que hacéis, sea de palabra o, de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús”. Cuando el creyente hace las cosas por sí mismo aparte del cuerpo de Jesús, no son las obras de Cristo sino las de sí mismo. En Isaías 64:6 nos enseña que todas nuestras justicias u obras son como trapos de inmundicia, pero cuando el creyente hace las cosas en el nombre de Jesús, el Padre es glorificado en gran manera. Efesios 3:20 y 21 dice “Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén”. Hoy deseo que hablemos acerca de tres verdades que pienso que nos ayudaran a enfocarnos un poco mejor en el trabajo que debemos estar realizando aquí en la tierra: En primer lugar, pienso que necesitamos comprender que nuestro ministerio es el de Jesús. Nosotros como su cuerpo, simplemente llevamos a término su ministerio aquí en la tierra para su honra y gloria. En segundo lugar, necesitamos comprender que el ministerio de Jesús es cumplir con la voluntad del Padre. Y, en tercer lugar, debemos comprender que nuestro ministerio no es algo nuevo, sino una continuación de un ministerio que fue propulsado desde antes de la fundación del mundo. Creo que todos han oído decir a algún trabajador del Señor Jesucristo que los creyentes trabajamos en la viña del       Señor. Hay un himno que cantamos y dice “Trabajar y orar, en la viña, en la viña del Señor, si mi anhelo es orar, y ocupado siempre estar, en la viña del Señor.” Estas palabras son resultado de un pensamiento que ha llegado a la conclusión de que nosotros como creyentes simplemente continuamos el trabajo de Cristo aquí en la tierra, ósea que no hacemos nuestro ministerio sino el de Jesús. La meta de cada cristiano es menguar en su propia vida, permitiendo que Jesús viva en nosotros su vida y realice por medio de nosotros su ministerio. Pablo lo explica de esta manera en Gálatas 2:20 “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí”. Esto es lo que hace que la vida del cristiano tenga valor, no estamos haciendo una obra insignificante aquí en la tierra, estamos haciendo el ministerio de Jesús el Hijo de Dios y es por eso que lo debemos hacer correctamente y de todo corazón, por eso es tan importante vivir totalmente entregados al liderazgo del Espíritu en nuestras vidas comportándonos como buenos discípulos del maestro. Tenemos cuidado porque no es una responsabilidad leve la que tenemos, es el ministerio de Jesús. ¿Y cuál es el ministerio de Jesús? Vamos a la Biblia para contestar esta pregunta. Jesús explico repetidas veces que su ministerio era hacer la voluntad del padre. En Juan 5:30 Jesús dice “mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre”. En Juan 6:38 encontramos estas palabras de Jesús “Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió”. Jesús no solo decía estas palabras, el cumplió con lo que decía. La noche antes de su muerte por la humanidad pecadora Jesús dijo “Padre, si quieres, pasa de mi esta copa.” Hablando de la muerte horrible que iba a sufrir “Pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.” El ministerio de Jesús es hacer la voluntad del Padre, y ese es el mismo ministerio que nosotros llevamos. Para poder entender más del ministerio de Jesús solo tenemos que ir al libro de Lucas 4 y leer los versículos 18 y 19, dice “El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; A predicar el año agradable del Señor”. Después de leer estos versículos en una sinagoga, Jesús se dirigió a los que escuchaban y les dijo “Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros”. Los que estaban en la sinagoga ese día no quisieron aceptar esa verdad, pensaron que Jesús blasfemaba por decir que Él era la persona de quien la Biblia estaba hablando en esos versículos. Se enojaron con Él, de tal forma se enojaron que iban a tirarle de la cumbre de un monte que estaba cercano, pero la Biblia dice “Mas el paso por el medio de ellos y se fue”. Este mismo ministerio es el que nosotros desarrollamos hoy, a los pobres les anunciamos la buena nueva de que la salvación es gratis en la persona de Cristo Jesús, no se necesita de dinero para entrar al cielo, a los que están quebrantados de corazón pesando que ya no hay esperanza les anunciamos que en Cristo la hay, y si vienen a Él, Él puede unir nuevamente los pedazos de sus corazones quebrantados. A los que están cautivos en sus pecados, les anunciamos libertad en la persona de Cristo, a los que están ciegos por las tinieblas del pecado les alumbramos con el evangelio del Señor Jesús, a los que están oprimidas por Satanás les anunciamos libertad en Cristo, predicamos el año agradable del Señor cuando el vendrá a la Tierra para llevarse a los suyos para reinar con Él por el toda de la eternidad, y ese es mi ministerio y también es tu ministerio. No es nada nuevo, es la continuación del ministerio de Jesús. En la vida de cada creyente los métodos pueden ser diferentes pero el ministerio es el mismo, y el resultado es igual. Y toda la honra y gloria va para Dios ¿Por qué? Porque sin Él no lo podríamos realizar, el ministerio es de Él y separados de Él no podemos producir lo necesario para tener un ministerio exitoso. En las palabras de Jesús en Juan 15:5 “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer”. Vamos a orar. Padre gracias te damos por permitirnos ser parte del ministerio de Jesús, que privilegio. Te pedimos que nos ayudes a vivir dignos del Evangelio y que nos des la fuerza para levantar en alto a nuestro Salvador, no tenemos palabras con que expresar nuestro agradecimiento por dar valor a nuestras vidas por medio de hacernos partícipes del glorioso ministerio de nuestro Señor Jesús. Gracias, Padre, mil gracias. En el nombre de Jesús. Amén.

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