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Identificándote Con Cristo
Siguiendo En Sus Pisadas
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Ago 08, 2022
Ago 08, 2022
Duración:
00:14:32 Minutes
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5

Escritura

Santiago 4:4; Juan 14:15

¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios. Santiago 4:4 Si me amáis, guardad mis mandamientos. Juan 14:15

Hoy llegamos a una nueva serie de estudios en nuestro programa de discipulado, a esta serie creo que le vamos a poner por título “Identificándome con Cristo”. Es muy importa para Dios que sus hijos se identifiquen con Él, Jesús desea que todos los que le hemos recibido como Salvador nos paremos firmes como hijos de Dios identificándonos como tales por medio de vivir vidas que traigan honra y gloria a nuestro Padre Celestial. Jesús desea que nosotros sigamos en sus pisadas, viviendo vidas de entrega a la voluntad de Dios, así como lo hizo Él cuando estuvo aquí en la tierra. Hay muchas maneras en que el cristiano puede señalarse como hijo de Dios, la forma en que habla, su proceder en diferentes situaciones de la vida, su dedicación en cumplir requisitos que Dios ha establecido en su Palabra y por muchos medios más, el cristiano se identifica con Cristo en testimonio, en el bautismo, en su unión a la iglesia local y visible, en su dedicación a la Palabra y en la oración, todas estas son cosas que lo señalan como hijo de Dios y discípulo del Señor Jesús, pero ¿por qué es que uno debe identificarse con Cristo? Hay dos razones que vienen a mi mente, dos razones que ya hemos estudiado anteriormente: la primera razón es porque si no nos identificamos con Cristo nos identificamos con el mundo y el mundo es enemigo de Dios, Santiago 4:4 dice: “¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios”. La segunda razón por la cual debemos identificarnos con Cristo es para mostrarle nuestro amor, en Juan 14:15 Jesús dice a sus discípulos: “Si me amáis, guardad mis mandamientos”, en el mismo capítulo versículo 21 Él señala a los que le aman diciendo: “El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él”. Alguno dirá: “Pues yo no veo nada difícil en esto, ¿qué hay de difícil en identificarme con Cristo?”. Te diré: lo difícil de identificarse con Cristo es que te constituyes enemigo del mundo, así como uno se constituye enemigo de Dios al hacerse amigo del mundo así mismo se hace enemigo del mundo cuando uno se identifica como amigo de Dios”. Escucha lo que dice Jesús en Juan 10:24 y 25: “El discípulo no es más que su maestro, ni el siervo más que su Señor. Bástale al discípulo ser como su maestro, y al siervo como su Señor. Si al padre de familia llamaron Beelzebú, ¿cuánto más a los de su casa?”. Jesús simplemente dice: “Si yo vine para salvar al mundo por medio de dar mi vida por medio de la cruz del Calvario y si a mí me torturaron, yo que soy Dios, ¿qué no les harán a ustedes?”, nosotros no somos más que Jesús y si a Jesús lo trataron mal, ¿qué no nos harán a nosotros? He ahí lo difícil de aceptar e identificarnos con Cristo Jesús. Muchos amigos me han dicho: “yo pensé que todo iba a estar bien”, cuando le hablé a mis padres que había aceptado a Cristo como mi Salvador ellos no hicieron fiesta, pero tampoco no se opusieron, pero ahora que les digo que me voy a bautizar me han dicho que, si lo hago dejo de ser hijo de ellos y no vuelven a hablarme, no entiendo, ¿qué es lo que está pasando? La respuesta es sencilla: Lo que pasa es que te estás identificando abiertamente y públicamente con Cristo y eso trae represalias de parte de Satanás y del mundo, al identificarnos con Cristo el mundo acepta que le hemos declarado guerra, ya no nos reconoce y nos aborrece, ¿por qué? Pues, porque aborrece a Jesús, pero eso no es nada nuevo, Jesús habla de ello en Juan 15:18-20. Escucha lo que dice: “Si el mundo los aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo amaría a los suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece. Acordaos de la palabra que yo os he dicho: El siervo no es mayor que su Señor. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra”. Donde hay luz no puede haber tiniebla, al identificarnos con Cristo nos volvemos luminares de Dios en el mundo, de hecho, una vez Jesús dijo: “Vosotros sois la luz del mundo”, en Mateo 5:16 Jesús dice: “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”. Solo hay un problema con esto, ¿cuál es? Bueno, lo que sucede es que al hombre no le gusta la luz y esto es lo que le condena. Juan 3:19 y 20 dice: “Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas”. Lo que sucede es que el hombre no desea agradar a Dios con su vida, el hombre quiere satisfacer los deseos de la carne y considerarse a sí mismo como Dios, el mensaje de Jesús es amar a Dios con todo nuestro ser y el prójimo como a nosotros mismo y esto choca fuertemente con el pensamiento de aquel que está buscando satisfacer a sí mismo, por lo consiguiente hay enemistad y cualquier persona que se identifica con el mensaje de Cristo se vuelve enemigo del que tiene amor de los asuntos de las tinieblas. Jesús toma muy en serio el asunto de pararnos firmes a su lado, Jesús toma muy en serio el asunto de identificarnos con Él y con la familia de Dios, ¿qué tan en serio lo toma Jesús? Bueno, miremos sus palabras en Mateo 10:32-38, dice: “A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos. Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos. No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada. Porque he venido para poner en disensión al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra; y los enemigos del hombre serán los de su casa. El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí”. La enseñanza de Cristo es clara, no hay cosa más importante que identificarnos con Él y seguirle, de hecho Jesús dice que si tenemos que escoger entre Él y nuestra familia que debemos ir con Él, aún nuestra propia vida debe ocupar segundo lugar cuando se trata de Jesús y su causa, nuestro hablar, nuestro caminar, nuestro vestir, todo lo que hacemos debe identificarnos como hijos de Dios, por eso es que es tan importante que seamos estudiosos de la Biblia y que obedezcamos sus enseñanzas, la mayoría de los cristianos hoy día profesan a Jesús con sus labios pero le niegan con su vivir, se entremeten al mundo cristiano pero quieren seguir con sus vidas privadas en el mundo secular y eso no está bien, no está bien porque nuestras acciones hablan más fuertes que nuestras palabras, el hombre no necesita oír hablar a otro hombre del amor de Cristo, el mundo hoy día necesita ver el amor de Cristo en nuestras vidas. Por eso es que Santiago 1:22 nos dice: “Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores”, hay muchos oidores de la Biblia, pero muy pocos practicantes y eso es lo que hace falta. Hermano, cuando Jesús vino al mundo Él se identificó con el Padre y fue fiel a su misión, hubieron veces cuando Jesús pudo haberse ahorrado muchas molestias por medio de quedarse callado o por medio de seguir la corriente de los demás pero no lo hizo, Él se identificó como Hijo de Dios y vivió de acuerdo a sus palabras, Él marcho en obediencia a la voluntad del Padre hasta la cruz del Calvario y entregó su vida por nosotros, nunca retrocedió, siempre adelante, hoy Él me pide que me identifique con Él, ¿me avergonzaré de Él por todo lo que sufrió de mí?, ¿me avergonzaré de Él después de todo lo que me ha dado? Claro que no. Yo quiero que todo el mundo se dé cuenta de que yo pertenezco a Cristo, no me avergüenzo de Él y quiero servirle con todo mi ser, yo al igual que mi Señor Jesús deseo hacer la voluntad de mi Padre y traer honra y gloria a su Santo nombre, quiero que mi vida sea reconocida como una vida dedicada a Dios y espero que tú tengas ese mismo deseo. Vamos a orar. Padre, te damos gracias por todo lo que haces por nosotros, pedimos ayuda para vivir vidas que a ti te agradan y que harán que otros deseen conocer a Cristo como Salvador, nuestro deseo es identificarnos contigo y que todos se den cuenta de que somos tuyos, te lo imploramos en el nombre de Jesús. Amén.

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