Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. Juan 16:8 De justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más; Juan 16:10

Jesús dijo que cuando el “Espíritu Santo viniera al mundo, convencería al mundo de pecado, de justicia y de juicio” eso lo encontramos en Juan 16:8, en nuestros últimos estudios hemos investigado acerca del Espíritu Santo y la justicia, hoy llegamos a nuestro tercer estudio sobre este interesante tema, ya hemos visto que el Espíritu Santo pone bajo convicción al hombre, haciéndole saber que tiene necesidad de la justicia de Dios. Hemos visto que el Espíritu Santo convence al hombre de que no haya nada en él que pueda producir justicia, y hoy veremos como el Espíritu Santo convence al mundo de que hay varias clases de justicia, pero que solo la justicia de Jesús es aceptable a Dios; esta tercera verdad, es lo que enseñaba Jesús en Juan 16:10 cuando dijo “de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más”. Según enseñanza bíblica, hay dos clases de justicia, debemos llevar en mente que justicia significa conducirse de una manera justa, tener una conducta correcta, hacer lo que es moralmente correcto; ahora existen dos fuentes de las cuales pueden surgir este estilo de vida, una de estas fuentes viene debido a esfuerzos humanos, la otra fuente es un regalo de Dios. Proverbios 30:12 habla de la justicia humana cuando dice “Hay generación limpia en su propia opinión”. Esta fuente nos da un cuadro de una persona quien tiene intento o quien hace disciplinar su cuerpo y hace que se conforme a lo que es aceptado por la sociedad humana, nosotros le llamaríamos un buen hombre, pero su bondad se basa únicamente sobre la autodisciplina y por lo consiguiente es un producto de sus propios esfuerzos, lo que hace él es, compararse con las demás personas, para probar que él no es tan malo como otros y esto es auto justicia. 1 Corintios 1:30 habla de aquellas personas quienes confían en Jesús como su Salvador personal, el versículo nos dice que “Jesús es la sabiduría, justificación, santificación y redención de estas personas quienes confían en Él”. En otras palabras, nosotros los que aceptamos a Jesús como nuestro Salvador, no dependemos de nuestros esfuerzos propios para vivir correctamente y agradar a Dios, sino que dependemos de lo que Jesús hizo por nosotros, al recibirle hay un cambio en nuestra manera de vivir, dependemos totalmente de la justicia de Dios, en Cristo Jesús. La Auto Justicia del hombre, no es aceptada por Dios; Dios usa otro sistema de justicia, no el sistema del hombre, el hombre observa la conducta exterior, Dios observa los motivos del corazón, por eso es que aquel versículo 12 de Proverbios 30, pudiera decir honestamente, “Hay generación limpia en su propia opinión”. Pero que aún no ha sido limpiado de su suciedad, vemos una gente que dicen ser limpios, y sin embargo Dios dice que son sucios, ¿Sabes cuál es la evaluación de nuestras buenas obras que son producidas por nuestros esfuerzos humanos? Podemos ver su evaluación en Isaías 64:6 dice “Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento”. Eso es lo que dice, dice que todas nuestras justicias son como trapos de inmundicia, si tú y yo, pudiéramos poner todas las buenas cosas que hemos hecho y hacemos una montaña de todo lo bueno que hemos sido y presentamos esa montaña de hazañas humanas delante de Dios, en su vista solo miraría una montaña de suciedad, una montaña de trapos sucios. Jesús habló de un hombre que iba al templo para orar a Dios, el hombre no era extorsionista, no era injusto , ni un adúltero, este hombre ayunaba dos veces por semana y daba diezmos de todo lo que poseía, y sin embargo no era aceptable delante de Dios, ¿Por qué? Porque Dios no acepta la auto justicia del hombre, Dios está en busca de algo más que la buena conducta, Él desea una conducta basada en una relación correcta del corazón, Dios se entristeció por la tremenda falla en Israel, diciendo en Romanos 10:3 que “ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios”. Tú puedes decir: “yo soy tan bueno como aquel” o “yo soy mejor que aquel “pero eso no es suficiente, el compararnos los unos a los otros no es cosa de sabiduría. ¿Por qué? Porque Dios solo aceptará la Justicia que Jesús imparte; eso significa que cuando uno recibe a Jesús como su Salvador, algo ocurre en él, algo ocurre en su espíritu humano, Dios hace morada en él y comienza a trabajar, su vida ahora es lo que Dios hace en él y debido a eso sus obras ya no son producto de sus propios esfuerzos humanos sino de Dios, son obras que Dios hace a través del individuo y eso es lo único que Dios aceptará. Tú puedes tener esa clase de justicia por medio de la fe, tú puedes ser hallado en él como no teniendo auto justicia si no la justicia de Dios, por medio de Jesucristo. Te repito, solo la justicia de Jesús es aceptada por Dios, esto es indicado en las palabras de Jesús cuando dijo: “voy al Padre, y no me veréis más”. El hecho de que Jesús pudiera ir al Padre, ser recibido en el cielo y permanecer ahí, indica que Dios aceptó su justicia, sino lo hubiera aceptado, Jesús no hubiera podido quedarse en el cielo, Dios nos aceptará a nosotros en su presencia, delante de Él, únicamente si llegamos a Él en la justicia de Jesucristo. Mira, esto es lo que sucede cuando una persona pone su confianza en Jesús, en primer lugar, esa persona es librada de su esclavitud al pecado, ahora Satanás sabe eso, y hará todo lo que está a su alcance para que tú no llegues a Jesús, sin embargo, si te arrepientes de tu maldad y pides perdón, aceptando a Cristo como tu Salvador, tendrás libertad. Lo bueno es que después de esto, Satanás ya no puede volverte a tener para sí, debido a ello tú podrás vivir sin temor, puedes comenzar a vivir una vida de justicia y santidad y puedes vivir de esa manera por el resto de tu vida. Puedes tener todo esto, pero únicamente si recibes a Jesús como tu único Salvador. Solo hay dos maneras en que podemos intentar ser aceptables a Dios, una manera es por medio de la Gracia de Dios en Jesús, la otra manera es por medio de la buena conducta de uno mismo. Dios nos ofrece su gracia, es gratis, con su gracia Él nos hará todo lo que debemos ser para ser agradables y aceptables a Él, esta gracia se recibe por medio de depositar nuestra confianza en la persona de Cristo Jesús y Dios nos invita a hacerlo. Sin embargo, hay muchas personas quienes no desean aceptar este regalo de Dios, yo si ya lo he hecho, pero miles de personas no quieren, según ellos, ellos no necesitan la ayuda de Dios y debido a este pensar, ellos intentan producir una vida que agrada a Dios por medio de sus propias buenas obras y el resultado es una montaña de trapos inmundos que es aceptable en los ojos del hombre, pero rechazado por Dios. ¿Estas intentando llegar a Dios por tus propios méritos? Yo te aconsejo que no lo hagas; Efesios 2:8 y 9 nos dice que “Porque por gracia sois salvo por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe”. Arrepiéntete de tu pecado, pide perdón a Dios e invita a Jesús a entrar en tu corazón, yo te prometo sobre autoridad bíblica que, si tú haces esto con fe, Él entrará en tu corazón en este preciso instante y te dará vida eterna, no rechaces a Jesús hoy, acéptale. Vamos a orar. Padre, te pido que hagas comprender a mi amigo, que sin ti no hay salvación, que por muy bueno que él sea, tú no aceptarás su auto justicia, Padre abre su entendimiento para que pueda comprender, ayúdale a entregar su vida en las manos de Jesús hoy, confiando en tu Hijo como único y suficiente Salvador, te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.