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Somos Del Señor
Perímetro: Glorifica A Dios En Cuerpo Y Espíritu
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Duración: 00:14:30 Minutes
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109
Aired on Feb 12, 2021

Escritura

1 Corintios 6:19 y 20; 2 Pedro 1:4; Juan 5:24; Juan 1:11-13; Juan 3:3-5; 2 Corintios 5:17; Romanos 10:13; Colosenses 1:27; Colosenses 3:17; 2 Corintios 5:10; Gálatas 5:22 y 23; Filipenses 2:12 y 13; 1 Corintios 6:12-20

¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? 20 Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios. 1 Corintios 6:19 y 20 por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia; 2 Pedro 1:4 De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida. Juan 5:24

Al escuchar a alguien leer el requisito divino de que debemos amar a Dios con todo nuestro corazón, con toda nuestra mente y con toda nuestra alma y con todas nuestras fuerzas, podemos ver que Dios no dejó fuera nada. Estamos de acuerdo en que Dios no deja nada fuera cuando Él hace la llamada al creyente a entregarse por completo a Él. No es sorprendente leer lo siguiente en 1 Corintios 6:19 y 20: “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios”. El hecho de que la escritura hace referencia al cuerpo y al espíritu significa que el ser total del hombre debe estar involucrado en el santo ejercicio de glorificar a Dios. Podríamos hacer una pregunta para forzar la apelación en estas palabras: ¿Has olvidado que tu cuerpo físico es un santuario, la morada santificada del Espíritu Santo, quien mora en ti como regalo de Dios el padre, y que ya no te perteneces a ti mismo y que ya no eres tu propio amo? Un gran precio fue pagado por rescatarte, entonces usa cada parte de tu cuerpo para honrar a Dios y para darle gloria; y que tu espíritu haga lo mismo, porque tu cuerpo y tu espíritu le pertenecen a Dios. Pensemos en lo que está involucrado en estas palabras. Nos enseñan que podemos glorificar a Dios en todo nuestro ser: físico y espiritual. Nos enseña que debemos corresponder a la gracia de su salvación con una forma de vida que le dará gloria por todo lo que ha hecho. De eso se trata el cristianismo en términos prácticos del diario vivir. Glorifica a Dios en tu cuerpo; notemos la preposición ‘en’. La amonestación no es glorificar a Dios con nuestro cuerpo sino en nuestro cuerpo; existe una gran diferencia. El glorificar a Dios con nuestro cuerpo significaría que haríamos algún servicio con nuestro cuerpo para que Él pudiera recibir la gloria. Pero el glorificar a Dios en nuestro cuerpo significa que Él es santificado en nosotros antes de que nuestro cuerpo sea usado para glorificarle por fuera. Pero, ¿es válido eso?, ¿de veras está Dios en el creyente? Claro que sí. El pasaje nos acaba de aclarar el hecho de que nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo. Eso significa que el cuerpo del cristiano es donde vive el Espíritu Santo, es su santuario. Acordémonos de lo que significa llegar a ser cristiano; es más que aceptar las doctrinas de la fe cristiana, es más que vivir éticamente el credo de conducta cristiana, es más que unirse a una organización cristiana. Ser cristiano significa que uno entra a una relación personal y salvadora con Dios en Cristo Jesús. Al momento en que uno se hace cristiano, el Espíritu Santo de Dios entra para habitar en el espíritu humano de uno para siempre; eso es recibir la naturaleza divina de que nos habla 2 Pedro 1:4, es recibir la vida eterna de Juan 5:24, eso es llegar a ser hijo de Dios según Juan 1:11-13, es nacer de nuevo conforme a Juan 3:3-5, eso es ser nueva criatura en Cristo como lo dice 2 Corintios 5:17, es resucitar a una nueva vida en Cristo, es ser salvo conforme a Romanos 10:13, es Cristo en nosotros de acuerdo a Colosenses 1:27. Ser cristiano significa que Dios vive en uno por medio de su Espíritu Santo. Cuando el cristiano se entrega al gobierno de Dios, quien vive dentro de nosotros por su Espíritu, entonces Dios está siendo glorificado en el cristiano y puede ser glorificado por el cristiano. Por esa razón debemos tener cuidado de lo que hacemos con nuestros cuerpos. No tenemos derecho de abusar del cuerpo con borracheras, inmoralidad y suciedad de cualquier índole. No tenemos derecho de engordar sus pasiones y de animar pereza en el cuerpo. No tenemos derecho de permitir la autonomía del cuerpo. Todo nuestro cuerpo debe gritar: ‘Gloria a Dios’, si es que vamos a agradarle a Él. Que el amor, la templanza y la industria marquen el uso de nuestros cuerpos. No debemos ser entregados a jugar conforme a las reglas del espíritu de esta edad. Acordémonos que Dios nos ha dado mucho talento en el cuerpo físico; tiene una tremenda capacidad para servir al hombre y para glorificar a Dios. Acordémonos también que Dios rendirá a cada hombre conforme a sus hechos. Colosenses 3:17 dice: “Y todo lo que hacéis, sea de palabra o, de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él”. 2 Corintios 5:10 dice: Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo”. Glorificad a Dios en nuestro espíritu; esta referencia se hace al espíritu humano que también está capacitado para glorificar a Dios. La apelación aquí es esta: Las cualidades de santidad, fe, celo, amor, humildad y todos los dones llamados el fruto del espíritu en Gálatas 5:22 y 23, deben marcar la vida de cada hijo de Dios. Una persona es lo que es en su espíritu y no lo que aparenta ser por medio de sus acciones. Por lo consiguiente, para poder glorificar a Dios de verdad es esencial que el cristiano sea honesto en su espíritu al igual que en sus acciones. Si leemos cuidadosamente la Biblia, encontraremos que no existe distinción entre pecados del cuerpo y pecados del espíritu; ambos son pecados. Es pecado que el espíritu desee las cosas que el cuerpo desee y que son prohibidas. Es pecado si el espíritu va en contra de lo que Dios dice que es correcto; en tal persona hay una guerra entre deberes y deseos. Pero permitamos que Dios obre en nosotros la gracia del control en nuestras vidas. Él creará el deseo en nuestro espíritu y actuará en nuestro cuerpo y entonces entenderemos el deleite de ser entregados totalmente a Él. Ése es el diseño y el deseo que Dios tiene para cada creyente. El apóstol Pablo escribió lo siguiente en Filipenses 2:12 y 13: “Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad”. Ahora regresémonos por el camino que hemos viajado. De acuerdo a 1 Corintios 6:12-20, hemos visto que el cuerpo del cristiano es el templo del Espíritu Santo, que el cristiano ya no se pertenece a sí mismo, que Dios ha comprado al cristiano con un precio que fue la vida de su unigénito hijo, que la meta más alta del cristiano es glorificar a Dios y que la gloria a Dios debe ser llevada a término en el cuerpo y espíritu inmortal del creyente. Ha sido un viaje tremendo a través de 5 verdades que pueden revolucionar nuestras vidas y hacer que ellas declaren alabanza de Dios, día tras día. Entonces conoceremos la verdadera alegría que siempre hemos deseado conocer. Debemos regocijarnos, hermanos, porque somos del Señor. Vamos a orar. Padre, permita que lo que estamos estudiando sea más que teoría, más que sólo un principio; permita que sea una verdad en nuestros corazones. Nos maravillamos con pensar que nuestros cuerpos pueden ser usados para reflejar gloria a ti; pero te damos gracias porque es así. Que esta verdad sea realizada en cada uno de tus hijos. En el nombre de Jesús te lo pedimos. Amén.

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