Copyright 2016-2019 Lifeword
Somos Del Señor
Posesión: No Te Perteneces
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Duración: 00:14:32 Minutes
Listens:
2
Aired on Feb 09, 2021

Escritura

Juan 17:6; 1 Corintios 7:23; 1 Corintios 6:13; Romanos 6:16.

He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; tuyos eran, y me los diste, y han guardado tu palabra. Juan 17:6 Por precio fuisteis comprados; no os hagáis esclavos de los hombres. 1 Corintios 7:23 Las viandas para el vientre, y el vientre para las viandas; pero tanto al uno como a las otras destruirá Dios. Pero el cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor, y el Señor para el cuerpo. 1 Corintios 6:13

La verdad es tan importante que Dios la coloca 3 veces en un párrafo de la Escritura. Él dijo: El cuerpo es para el Señor, vuestros cuerpos son miembros de Cristo y vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo. Ese principio debe ser de gran importancia para que sea repetido de esa manera. En vista de que Dios lo dice 3 veces, debemos creer y vivir de acuerdo a lo dicho. ‘No sois vuestros’ es una forma gramática que es conocida como una forma negativa enfática en el idioma griego. Significa enfatizar fuertemente el pensamiento negativo; es decir que sería lo mismo que dijéramos: ‘Absolutamente no sois vuestros’, o, ‘bajo ninguna circunstancia sois vuestros’. Nos enseña la verdad básica de que cuando uno llega a ser cristiano, él se entrega por completo al Señor; ya no es su propio amo, ya no tiene ni el derecho ni el poder de controlar su propia vida. ¿Nos suena mal eso?, ¿nos suena eso como que si al hacerse cristiano uno le es quitada su libertad y por lo consiguiente uno es menos hombre? Así podría sonarle a una persona que no conoce al Señor; pero es totalmente lo opuesto al que es de él. Es un privilegio ser del Señor. Hay personas que han viajado a diferentes países para visitar a los misioneros ahí. Al estar con el misionero, estas personas confían en él para guiarles. Ellos le dan su dinero para cubrir los gastos de viaje y de comida. Uno no es menos independiente sólo porque depende del misionero para hacer estas cosas; únicamente es que se entiende que uno estaría más seguro haciendo las cosas de esa manera. Ser cristiano es pertenecerle al Señor. Jesús le dijo al Padre lo siguiente en Juan 17:6: “He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; tuyos eran, y me los diste, y han guardado tu palabra”. ¿Oíste decir a Jesús que los hombres que se hicieron cristianos le fueron dados por el Padre?, ¿fueron menos hombres Pedro, Juan o Mateo, simplemente por ser discípulos de Jesús?, ¿perdieron su independencia cuando el Padre les entregó al Hijo? Claro que no; al contrario, cada uno de ellos fueron hombres más completos cuando entraron a la relación salvadora con Dios en Cristo Jesús. Nosotros los creyentes debemos reconocer que le pertenecemos al Señor. Cada decisión que hacemos debe ser hecha a la luz de su voluntad. Cada acción que tomamos debe ser juzgada de acuerdo a su ley de conducta. Si eso le suena a esclavitud, simplemente es por el hecho de que ese alguien no ha conocido la verdad y la libertad, la libertad que gozan los verdaderos hijos de Dios. Responsabilidades solemnes descansan sobre el cristiano por virtud de que le pertenece al Señor y en vista de que no es su propio amo. Una de esas responsabilidades se encuentra en 1 Corintios 7:23: “Por precio fuisteis comprados; no os hagáis esclavos de los hombres”. El estar sumiso a Cristo significa que uno ya no está sujeto al hombre. Eso no significa que el cristiano no está obligado a obedecer las leyes del lugar en donde vive; de ninguna manera. Por lo contrario, el cristiano está bajo el mandato específico de Dios en obedecer las leyes de su país y de respetar las autoridades de gobierno. No significa que vamos a vivir nuestras vidas tratando de complacer a cada individuo, sino que vamos a intentar complacer a Dios. Los que somos siervos de Dios somos libres a la esclavitud de los hombres. Otro aspecto de nuestra pertenencia al Señor es encontrado en 1 Corintios 6:13: “Pero el cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor, y el Señor para el cuerpo”. La persona que pertenece al Señor debe controlar las pasiones de su cuerpo físico. Él no puede hacer lo que la carne le indica, él debe controlar su cuerpo para hacer que sirva el propósito de la justicia y rectitud moral. Ése es un principio muy necesitado hoy día. Has oído la declaración: ‘Si se siente bien, hazlo’. Esa es la filosofía por la cual muchas personas viven. Muchos justifican la inmoralidad sexual con las palabras: ‘Todo está bien si dos personas se aman’, o, ‘todo está bien si es consentido por dos adultos’, y eso no es verdad. Dios amonesta: “el cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor, y el Señor para el cuerpo”. No sabéis que vuestros cueros son miembros de Cristo. ¿Quitaré pues los miembros de Cristo y los haré miembros de una ramera? De ningún modo. Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa está fuera del cuerpo, mas el que fornica contra su propio cuerpo, peca. Dios no puso pasiones sexuales dentro del cuerpo para ser satisfechas por medio de relaciones ilícitas; las puso ahí para ser disciplinadas y usadas para los propósitos de Él, dentro del contexto matrimonial. Sólo cuando esas pasiones son usadas apropiadamente es que pueden servir para el bien de la humanidad y para la honra y gloria de Dios. El principio ‘no sois vuestros’ tiene aplicaciones profundas. En primer lugar, en vista de que no somos nuestros, no podemos vivir vidas para complacernos a nosotros mismos. Debemos tomar siempre en consideración a Dios en todo asunto. En segundo lugar, como no somos nuestros no podemos vivir nuestras vidas para complacer a los demás hombres por medio de seguir sus métodos de vida. Somos responsables a Dios y no a los hombres; no debemos sentir obligaciones para con ellos. En tercer lugar, en vista de que no somos nuestros, no podemos poner nuestras propias reglas de vida. Dios ha puesto las reglas y traerá a toda persona a juicio basado en sus pensamientos, palabra y hechos, aunque sean buenos o malos de acuerdo a Su Ley Divina. Ese principio de que no somos nuestros se aplica en cada área de nuestras vidas. Debemos vivir día a día en la luz de su significado verdadero. Consideremos lo que nos dice Romanos 6:16: “¿No sabéis que, si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia?”. Eso significa que cada persona va a ser esclavo de un amo o de otro; será esclavo del pecado o de la justicia. Debemos comprender que Dios hizo al hombre con la capacidad de ser amo de todo menos que de sí mismo. El hombre se entregará a alguien o a alguna influencia para vivir conforme a ella. La apelación del espíritu es que el hombre se entregue a Dios por medio de un acto de voluntad para vivir una vida fiel de acuerdo a las reglas de justicia. ¿Pensamos que los términos amo y esclavo son demasiado fuertes? La Biblia usa términos mucho más fuertes que esos. Los términos han sido bien escogidos; seremos esclavos de lo bueno o de lo malo. Vamos a orar. Padre, enséñanos el verdadero significado de la humildad en la práctica del diario vivir. Enséñanos a humillarnos delante de ti. Danos discernimiento espiritual para conocer tu voluntad y danos el valor espiritual para llevarlo a cabo. En el nombre de Jesucristo oramos. Amén.

Otros archivos en esta serie