Copyright 2016-2019 Lifeword
Cómo Vivir Por Fe
Continúa Confiando
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Duración: 00:14:32 Minutes
Listens:
19
Aired on Feb 04, 2021

Escritura

Hebreos 11:6; Salmos 23:4; Isaías 41:10; Isaías 41:10; Isaías 43:2 y 3; Daniel 3:17; 2 Timoteo 4:6; Proverbios 3:5-6.

Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan. Hebreos 11:6 Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento. Salmos 23:4 No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. Isaías 41:10

Una relación significativa entre el hombre y Dios puede ser expresada con el uso de una sola palabra: fe. La Biblia nos dice en Hebreos 11:6: “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan”. Nuestros signos cristianos apoyan el pensamiento que nos da este versículo. Sí, la que se expresa en obediencia es la clave del vivir victoriosamente. Por eso es que hemos estado estudiando sobre el tema ‘Cómo vivir por la fe’.   Estudios previos nos han enseñado estas 3 verdades: número 1, para vivir por fe tenemos que comprender que la fe no es sólo creer en doctrinas bíblicas sino tener confianza personal, entregarse por completo y confiar en Dios para todo; en segundo lugar, para vivir por la fe debemos prepararnos para la pruebas que nos vendrán, tribulaciones de parte de Satanás harán el intento de alejarnos de Dios pero debemos resistir; número 3, para vivir por la fe tenemos que cuidarnos de las dudas que podríamos tener, hay que pedirle a Dios que nos aumente la fe y confiar en Él aún más de lo que lo hacemos hoy día.   Ahora vamos a considerar otra cosa. Para vivir por la fe debemos seguir confiando en Él, no importa lo que nos venga. Debemos cultivar el espíritu de amar y confiar en Cristo cada día más y más. Para vivir por la fe tenemos que confiar más en Dios que en cualquier otro. Debemos asegurarnos de que nuestra fe está anclada en la persona de Dios; ni doctrinas, iglesias, buenas intenciones, ni ninguna otra cosa puede sustituir la confianza personal en la persona de Dios.   Consideremos la palabra fe. Fe significa que abandonamos todo para confiar únicamente en Él; yo confío únicamente en Dios, no en verdades que he oído de Él, yo confío en Él mismo. No es en qué creemos sino en quién creemos lo que hace la diferencia. Debemos mantener nuestra confianza centralizada en la persona de Dios. Debemos confiar en Dios todo el tiempo; esté brillando el sol o esté cayendo la lluvia. Debemos confiar en Él, aunque estemos gozando de buena salud o estemos enfermos. Debemos confiar en Dios en tiempo de prosperidad al igual que en tiempo de adversidad. Debemos estar seguros de confiar en Dios, especialmente en tiempo de tormenta.   El Salmos 23:4 ha traído consuelo al corazón de muchas personas; dice: “Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento”. Esta declaración sugiere dos verdades. En primer lugar, la gente de Dios, en algunas ocasiones, tendrán que pasar por el valle de la sombra de muerte. Ellos no esperan ser librados de todo daño o de todo problema. Ningún creyente informado espera que Dios le libre de todas las tormentas de la vida. Su fe está en el hecho de que Dios le librará en medio de la tempestad; eso es lo que dijo el salmista. La primera verdad es que el pueblo de Dios, a veces, pasa por tribulaciones.   En segundo lugar, Dios está personalmente presente con su pueblo en esos tiempos de tribulación; es entonces cuando Él les da fuerza y consuelo. Acordémonos de lo que dijo el salmista: “No temeré mal alguno porque tú estarás conmigo”. La fe tiene su confianza en Dios. El pueblo de Dios siempre ha recibido fortaleza en medio de las tribulaciones por medio de la seguridad de la presencia de Él. Dios dijo a través de su profeta en Isaías 41:10 e Isaías 43:2 y 3, lo siguiente: “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. (…) Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti. Porque yo Jehová, Dios tuyo, el Santo de Israel, soy tu Salvador”.   Hay seguridad si confiamos en Dios en medio de las tribulaciones. Entre los hombres, la confianza puede ser traicionada y la esperanza decepcionada pero siempre es seguro el confiar en Dios aún en tiempo de tormentas. Es relativamente fácil confiar en Dios cuando el sol está brillando; pero ¿Qué hace el cristiano cuando el barco comienza a hundirse? Pues sólo hay una cosa que debe hacer: eso es seguir confiando en Dios. Cuando uno entra al hospital para hacerse exámenes médicos, es fácil confiar en Dios cuando el doctor anuncia que los resultados son todos positivos. Pero ¿qué hace uno cuando el doctor le dice que su condición es crítica y que le queda poco tiempo de vida? Si vas a vivir por la fe, hay que seguir confiando en Dios.   Tres jóvenes hebreos aprendieron esa lección hace muchos años atrás. Ellos eran creyentes en medio de una gente pagana, ellos eran hebreos en tierra de los caldeos. La lealtad de ellos a Dios los había dejado mal vistos por muchos de los ciudadanos de ese lugar. Fueron acusados delante del rey y después lanzados a un horno ardiente. ¿Qué hicieron al momento de oír su condena? Siguieron confiando en Dios. Escuchemos sus palabras que se encuentran en Daniel 3:17: “He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará”. Ese sí es un buen ejemplo de confiar en Dios cuando el barco se está hundiendo.   El apóstol Pablo apareció delante del César en Roma. Fue sentenciado a muerte. Él se encontró con la muerte teniendo tanta confianza en Dios que en su última carta que escribió dijo lo siguiente: “Porque yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano”; 2 Timoteo 4:6. Él hablo de su muerte como que fuera un viaje: el levantar del ancla de un barco para poder seguir de camino. Él nos está enseñando que debemos confiar en Dios aun cuando el barco se está hundiendo y hemos perdido toda esperanza. Pero nuestra esperanza no está perdida en tanto Dios está presente en el escenario. Así como el que se está ahogando se entrega en manos del que lo está rescatando, así debemos confiar en Dios en tiempo de emergencia. Estamos seguros si confiamos en Él.   De veras no estamos confiando en Dios hasta que le entregamos nuestras vidas enteras, juntas con nuestras circunstancias. Debemos confiar en Dios con nuestras vidas, aunque resulte en nuestra muerte. Siempre estamos seguros en las manos de Nuestro Padre Celestial. Un misionero se estaba preparando para ir a un país en donde estaban teniendo problemas con rebeldes comunistas. Alguien le preguntó: ‘¿Y no tienes miedo de ir ahí con todos los problemas que están teniendo?’. Él contestó: ‘Estaré más a salvo ahí dentro de la voluntad de Dios que si me quedo aquí fuera de su voluntad’. Como podemos ver, cuando uno no pone su confianza en Dios, Él asume la responsabilidad de sí mismo. Dios puede cuidarnos mejor de lo que podríamos cuidarnos nosotros mismos. Proverbios 3:5 y 6 dice: “Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas”. Si vamos a vivir por la fe tenemos que seguir confiando en Dios, no importan las circunstancias. ¿Por qué? Porque Él es siempre fiel.   Vamos a orar. Padre, te damos gracias por lo que nos has enseñado. Ayúdanos a confiar en ti aún en medio de las tormentas que esta vida nos trae. Gracias por tu poder y misericordia, gracias por tu amor. Sabemos que Tú lo puedes todo; ahora, ayúdanos a vivir por medio de la fe. En el nombre de Cristo lo pedimos. Amén.

Otros archivos en esta serie