si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra. 2 Crónicas 7:14 Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados. Isaías 57:15 Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase; mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia. Romanos 5:20 Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. 11 Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. 12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. 13 Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. Efesios 6:10-13

La oración es la llave que abre la puerta al avivamiento. Si deseas ver que el poder de Dios caiga sobre sus siervos, ora. Si quieres ver restaurado el testimonio de creyentes caídos, ora. Si deseas que las iglesias se enciendan con el fuego de Dios, levantándose en una cruzada evangelística, ora. Si deseas sentir el aliento del cielo sobre tu alma, ora. Así como no puede haber vida sin aliento, no puede haber avivamiento sin oración. La oración para avivamiento toma muchas formas. En ocasiones, una iglesia ha puesto un tiempo especial en el cual se reúne para orar, pidiéndole a Dios de animar y avivar a su pueblo. En otras ocasiones, cristianos han orado en horas privadas del día o de la noche. Sin embargo, ha surgido el caso de avivamientos que resultaron con la oración de un santo solitario, quien fue movido a la oración. No importa la forma que toma, Dios siempre mueve a su gente en la oración, y después, contesta sus oraciones por medio de enviarles el avivamiento que necesitan. Dios nos está esperando hoy para contestar nuestras oraciones y enviarnos tiempos de refrigerio de la presencia de Él. ¿Es posible que haya un avivamiento mundial hoy? Tu respuesta será determinada por tu visión. Si tú te fijas en las circunstancias, no podrás orar con eficacia; si te fijas en el Señor y no en las circunstancias encontrarás la fe necesaria para pedir el avivamiento necesario. Puede haber avivamiento hoy. Dios prometió lo siguiente en 2 Crónicas 7:14: “Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra”. A Dios le encanta dar ánimo a su gente. Por medio del profeta Isaías, Dios dijo: “Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados” Isaías 57:15. Él desea contestar la oración y enviarnos avivamiento, Él desea darnos avivamiento en estos mismos momentos. Pero, ¿Qué de la permanencia del pecado? La Biblia nos dice lo siguiente en Romanos 5:20: “Cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia”. No debemos decir que Dios no puede traernos un avivamiento, ni tampoco debemos decir que Dios no nos traerá avivamiento; Él puede y lo hará. Cuando su pueblo le ora y se lo pide, no importa la oposición que Satanás ponga. ¿Cuál es el recurso de un avivamiento? Pues, Dios es el único recurso. El evangelista no puede traer avivamiento a tu iglesia en su portafolio; el avivamiento es trabajo de Dios. Dios ha declarado que la victoria espiritual no es por poder (o sea números) ni por fuerza (organizaciones) sino por su Espíritu. El salmista buscó a Dios con esta petición: “¿No volverás a darnos vida, Para que tu pueblo se regocije en ti?”. La pregunta no implica una duda sino un conocimiento de que Dios es el único recurso que puede dar el avivamiento. El reconocer que la renovación espiritual viene de Dios nos hará ir a Él para pedirle que nos envíe un avivamiento. Apliquemos esta amonestación que se encuentra en Efesios 6:10-13, en nuestras oraciones cuando pedimos avivamiento: “Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes”. La oración es parte de la armadura espiritual. Busca el rostro de Nuestro Señor y pide por el avivamiento que tanto necesitamos. Dios si contesta la oración y yo creo que tú ya sabes eso; por eso es que debemos pedir un avivamiento. El hecho de que Dios puede contestar nuestras oraciones debe animarnos en pedir el avivamiento que tanto necesitamos. Escucha algunas de las promesas que Él nos hace en cuanto a contestar nuestras oraciones. En Mateo 18:19 leemos: “Otra vez os digo, que, si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos”. Notemos el contenido de la oración que Dios contesta: “Cualquiera cosa que pidieren”. Eso significa que Dios contestará una oración que pide un avivamiento espiritual. Marcos 11:24 dice: “Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá”. ¿Qué podemos pedir de Dios? Pues, por qué no pedimos avivamiento. Pero primero, examinemos lo que Jesús nos dice en Lucas 11:13: “Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?”. Dios da su Espíritu Santo con todo su poder a aquéllos que se lo piden. Esa es una promesa de avivamiento en contestación a las oraciones que hacemos. Finalmente escuchemos lo que nos dice Jesús en Juan 14:13 y 14: “Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré”. ¿Quieres que haya un avivamiento? Entonces ora por un avivamiento y ya verás cómo se cumple la preciosa promesa de Jesús cuando dijo en Juan 16:24: “Pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido”. Una oración para avivamiento tiene que empezar con una oración para avivamiento personal. A Dios le agrada cuando el cristiano caído pide que su frialdad sea derretida, cuando pide por la muerte de su egoísmo y la crucifixión de todos sus deseos carnales que no tienen lugar dentro del cristianismo. A Dios le agrada grandemente cuando un creyente le pide por la renovación del gozo de su Salvación y el avivamiento de su espíritu. El pedir en oración un avivamiento significa que el que lo pide está dispuesto a pagar el precio del avivamiento. ¿Cuál es el precio de ese avivamiento? Pues de acuerdo a 2 Crónicas 7:14 es: Humildad, apartarse de pecado, oración y buscar el rostro de Dios. Eso es un alto precio que pagar; pero la recompensa es digna del costo. En 2 Corintios encontramos otro aspecto del costo de avivamiento: “Por lo cual, salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré, y seré para vosotros por Padre, y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso”. Eso se encuentra en 2 Corintios 6:17 y 18. Sí, el precio del avivamiento es alto, pero es aún más alta la recompensa del avivamiento. Avivamiento, avivamiento; ¿Tienes tú el deseo de avivamiento? Ojalá nuestra alma pidiera avivamiento como nuestros cuerpos piden comida y agua para subsistir. El avivamiento es tan necesario para nuestras vidas espirituales. Bendito todo aquél que desee un avivamiento espiritual. El avivamiento mis hermanos, no sólo es posible, sino que también es un imperativo. Oremos: Padre, te pedimos en estos momentos que escuches nuestras peticiones enviándonos el avivamiento que tanto necesitamos. Avívanos con tu poder llenándonos de tu fuerza para evangelizar al mundo entero. Te lo suplicamos en el nombre de Cristo. Amén.