si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra. 2 Crónicas 7:14 Ahora estarán abiertos mis ojos y atentos mis oídos a la oración en este lugar. 2 Crónicas 7:15 Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados. Isaías 57:15 Humillaos delante del Señor, y él os exaltará. Santiago 4:10

¿Qué es avivamiento? Una definición debe ser anotada por lo que no incluye tanto por lo que incluye. Por ejemplo, un avivamiento no es una siega evangelística, no es un crecimiento de asistencia, no es una serie de predicaciones ni tampoco es un nuevo entusiasmo en los creyentes. Esas cosas pueden venir como el resultado de un avivamiento, pero no son avivamiento. Avivamiento es cuando la mente del pueblo de Dios se deleita en pensar en Él, es cuando el corazón de su gente está ligado en ferviente amor hacia Él, es cuando la voluntad de esa gente está entregada totalmente a Él. Avivamiento es cuando el ser interno del hombre está a la disposición y en total acuerdo con Dios. Un hombre llegó a la oficina de un amigo para pedir consejo sobre asuntos espirituales. Él confesó que él necesitaba un avivamiento en su vida. Él dijo que había intentado renovar su espíritu pero que no lo había logrado. Él quería saber cómo es que una persona podía renovar su espíritu. Ésta es una pregunta de gran importancia y voy a intentar contestarla para ayudarte en ir por el camino del avivamiento. Esta es la dirección que Dios da en cuanto al experimentar un avivamiento. Lo encontramos en 2 Crónicas 7:14: “si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra”. Yo sé que ese pasaje es familiar, ya sé que muchos de ustedes han sido tentados con el pensamiento de voltearse diciendo, “ya he oído esto antes”. Pero yo te pido que medites un momento sobre este versículo; es una instrucción de Dios. Es Dios diciéndote personalmente la forma en que puedes tener avivamiento. El avivamiento que Dios promete en 2 Crónicas 7:14 está disponible a cualquier hora y especialmente en tiempos de gran necesidad. Los versículos anteriores a el, hablan del cerrar del cielo, pestilencias y destrucción de las personas. En dichas circunstancias es que Dios promete dar avivamiento. Pareciera ser mentira, ¿Verdad? El camino de Dios hacia el avivamiento en 2 Crónicas 7:14 contiene 7 elementos. Él les pide a sus personas hacer 4 cosas: Número 1, humillarse; número 2, orar; número 3, buscar su rostro; y número 4, convertirse de sus malos caminos. En respuesta a esto, Dios promete hacer 3 cosas: Número 1, escuchar desde el cielo; número 2, perdonar sus pecados; y número 3, sanar su tierra. Tan listo está para dar avivamiento que Él dice en 2 Crónicas 7:15: “Ahora estarán abiertos mis ojos y atentos mis oídos a la oración en este lugar”. Observemos el mapa que Dios nos ha dado para dirigirnos en ese camino. Un avivamiento siempre comienza con el pueblo de Dios postrado delante de Él, listos para que Él ministre en sus vidas con renovante gracia. Por eso es que el primer requisito es humildad. Isaías 57:15 dice: “Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados”. Tú puedes experimentar un avivamiento si te humillas. La humildad delante de Dios es una gracia en cualquier lugar de las Sagradas Escrituras en donde la humildad es mencionada. Santiago 4:10 dice: “Humillaos delante del Señor, y él os exaltará”. 1 Pedro 5:5 y 6 nos dice: “Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes. Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo”. Jesús dijo lo siguiente en dos diferentes ocasiones. Una ocasión fue en Lucas 14:11 y la otra en Lucas 18:14: “Porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla, será enaltecido”. La humildad es una actitud de espíritu que nos postra delante de Dios y nos hace decir: “Padre, yo sé que tu camino es el mejor, haz conmigo lo que tienes que hacer para que yo camine en tus pasos. Quiero ser un agente de tu reino celestial, para la honra y la gloria tuya”; y ese es el primer paso hacia un avivamiento, la humildad. La oración es también un requisito para el avivamiento. No puede haber avivamiento sin oración, así como no puede haber vida sin aliento. El segundo paso hacia el avivamiento, entonces, es la oración. El salmista nos dio buen ejemplo en esta oración que se encuentra en uno de los Salmos: ¿No nos vivificarás de modo que tu pueblo se regocije en ti? Y esta petición nos demuestra una confianza en el hecho de que un avivamiento es posible y, aún, que viene en camino. El profeta Habacuc nos demuestra que su corazón estaba listo para un avivamiento cuando dijo lo siguiente en Habacuc 3:2: “Oh Jehová, he oído tu palabra, y temí. Oh Jehová, aviva tu obra en medio de los tiempos, en medio de los tiempos hazla conocer; en la ira acuérdate de la misericordia”. Podemos seguir estos ejemplos cuando pedimos un avivamiento espiritual. ¿Cómo puede estar seguro uno de que la oración para avivamiento será efectiva? Podemos orar con 1 Juan 5:14-15: “Y esta es la confianza que tenemos en él, que, si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho”. ¿Desea Dios que tengamos avivamiento? Claro que sí. Entonces podemos orar con confianza que Él nos contestará y que nos traerá un avivamiento espiritual. ¿Cuál es la bendición que se busca en un avivamiento? Es la bendición de comunión personal con Dios y debemos buscarle a Él y no lo que nos puede dar. No es suficiente tener sus bendiciones, pues las bendiciones no lo pueden reemplazar a Él. Por lo consiguiente, debemos buscarlo a Él si es que deseamos avivamiento. Y ese es el tercer paso: Buscar el rostro de Dios. Eso significa buscar su presencia, es no quedar satisfecho sino con una participación a su favor el tener la seguridad de que Él está contento con lo que uno hace. Significa un deseo sincero y un esfuerzo diligente. El rostro de Dios no puede ser visto por el hombre carnal; Jesús dijo que sólo los puros de corazón verían a Dios. La honestidad requerida para buscar el rostro de Dios se encuentra en Jeremías 29:13: “y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón”. Ten ánimo con las palabras de Jesús: Pedid y recibiréis, buscad y hallareis. Porque todo el que pide, recibe, y el que busca, halla. El arrepentimiento es el cuarto paso al avivamiento. Dios nos pide que nos arrepintamos de nuestros malos caminos. Observemos lo que nos dice el profeta Isaías 55:6 y 7: “Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar”. Dios llenará a la persona que está vacía de todo pecado. Acuérdate de deshacerte de todo lo que le desagrada a Dios, todo lo que te podría distraer para que no te fijes en Él. Acuérdate de entregarte por completo a su voluntad. El avivamiento le sigue al arrepentimiento. ¿Qué sucederá cuando hayamos hecho todo esto? Dios nos escuchará, nos perdonará nuestros pecados y sanará nuestra tierra. Vamos a orar, mis hermanos: Padre, venimos delante de ti buscando tu rostro, arrepentidos de nuestra vana manera de vivir. Escucha Señor nuestras oraciones y traiga avivamiento a nuestras vidas porque nosotros lo deseamos y te lo pedimos en el Nombre de Cristo Jesús. Amén.