Escritura
Mi corazón ha dicho de ti: Buscad mi rostro. Tu rostro buscaré, oh Jehová. Salmos 27:8 pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado. 1 Juan 1:7 Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres. Juan 8:36 Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos! Filipenses 4:4
Un amigo regresó de sus vacaciones con gran entusiasmo en cuanto al bello paisaje que había visto. Él intentó describir lo que había visto desde las alturas de las montañas y del refrescante sentir que tenía en su alma. Al fin, frustrado por no poder expresar bien sus sentimientos, exclamó: “Tú también deberías ir; es tan bello que tú mismo necesitas verlo”. Y así es como me siento yo al intentar discutir el tema del avivamiento. Yo ya he estado ahí; sé lo que es sentir el perdón del pecado y gozar diariamente en ello. Yo he estado lleno del Espíritu Santo y he sentido el ánimo que lo acompaña. Yo me he quedado maravillado con el poder del Señor en la vida de personas comunes y corrientes, quienes han caminado en la voluntad de Él. Yo también tengo que decir: “Tú necesitas hacer este viaje por ti mismo; es demasiado maravilloso para que lo pierdas”. Tú puedes tener la experiencia el avivamiento en tu propio corazón y lo debes tener ahorita. Un deseo sincero es necesario en cuanto a tener un renuevo espiritual. Como cristianos, debemos comprender que cuando le deseemos lo suficiente le tendremos lo suficiente. Me da ánimo saber que Dios me desea a mi diez mil veces más de lo que yo lo deseo a Él. Él conmueve nuestros corazones en buscarle, porque Él ya nos está buscando a nosotros. Bendito el hombre que puede decir con sinceridad las palabras del Salmos 27:8: “Mi corazón ha dicho de ti: Buscad mi rostro. Tu rostro buscaré, oh Jehová”. El deseo de la presencia de Dios que resulta en el buscar el rostro de Dios es la clave para el avivamiento. Cada creyente debe desear el lavamiento de Dios. Nosotros vivimos en un mundo corrupto; nuestra sociedad está sujeta al Dios de este mundo, al príncipe del aire, quien trabaja activamente en aquellas personas quienes desobedecen. Una y otra vez el cristiano levantará la contaminación de esta sociedad que está saturada de pecado. Es necesario que él venga a Dios para que la sangre de Cristo le limpie de toda maldad, según 1 Juan 1:7. No habrá limpieza a menos de que haya un deseo de limpieza; pero donde hay deseo, hay libertad. Qué bueno es saber que uno es libre. Jesús nos dijo que, si Él nos libertaba, seríamos verdaderamente libres en Juan 8:36. El avivamiento nos da libertad. Cada cristiano debe desear el gozo del Señor, según Nehemías 8:10. El gozo del Señor es nuestra fortaleza. El gozo espiritual nos viene cuando estamos en paz con Dios. Es más que un gozo del humano. Nuestro gozo depende de situaciones externas pero el gozo espiritual depende de la relación interna que uno tiene con Dios. Muchas personas comparan el vivir cristiano con una vida aburrida y no es así. la Biblia nos dice en Filipenses 4:4 que debemos regocijarnos una y otra vez. El verdadero gozo viene de Dios; por eso es que el salmista escribió en Salmos 85:6: “¿No volverás a darnos vida, para que tu pueblo se regocije en ti?”. Llega a conocer a Dios íntimamente y ya verás cómo fluye de tu vida un gozo que te hará rebozar de alegría. Cada cristiano debe desear ver el poder de Dios. En tiempo de avivamiento la fuerza de Dios será manifestada en las vidas de sus hijos y en la conversación de almas. No me asombra que los cristianos deseen que Dios se manifieste. El profeta de Dios nos aconsejó en Isaías 26:4: “Confiad en Jehová perpetuamente, porque en Jehová el Señor está la fortaleza de los siglos”. Cada cristiano debe desear conocer una victoria diaria en Dios. La vida del cristiano normal es dada a conocer en 2 Corintios 2:14. Dice así: “Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento”. La vida del cristiano normal es una vida de victoria y triunfo, y cada cristiano debe desear esa vida. Una verdadera renovación de Espíritu viene de Dios al hombre completo. Un avivamiento tocará la totalidad de nuestras vidas. Sino entonces no nos tocará de un todo. Cuerpo, mente, emociones y voluntad son cambiados cuando nos viene un avivamiento verdadero. El cuerpo es cambiado en avivamiento por el hecho de que nuestros hábitos son cambiados; nuestro servicio a Dios va a cambiar, nuestro andar pecaminoso cambiará. El cuerpo, como nos lo indica Romanos 12:1, llegará a ser un sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. Cualquier acción o actitud que esté en contra de Divinas Santidades serán echadas a un lado. Por eso es que decimos que un avivamiento hace una gran diferencia en el cuerpo. La mente también es cambiada en avivamiento. Alguien ha comparado la mente humana a una computadora, te regresará lo que pones en ella. Si alguien programa en su mente cosas sensuales, le regresará cosas sensuales en pensamientos, motivos y palabras. Si echamos para abajo todo pensamiento que vaya en contra de la voluntad de Dios, podemos traer en cautiverio todo pensamiento a la obediencia de Cristo, como nos lo dice 2 Corintios 10:5. Filipenses nos ayuda en saber cómo hacer esto. El capítulo 4, versículo 8 dice: “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad”. El verdadero avivamiento del creyente es transformado por la renovación de su mente según Romanos 12:2. Las emociones cambian con el avivamiento. Dios nos dice que no debemos amar a este mundo ni las cosas que hay en este mundo, según 1 Juan 2:14. El cristiano, en vez de eso, debe amar a Dios con todo su corazón, con toda su alma y con todas las fuerzas de su mente, según Mateo 22:37. Eso nos dice que el ser interno del hombre completo saldrá en devoción, adoración y alabanza a Dios, y esto es lo que acontece cuando hay avivamiento. ¿A quién amas tú? Dios nos amonesta en 1 Juan 2:15, que si alguien “ama al mundo, el amor del Padre no está en él”. Un avivamiento te purificará las emociones capacitándote para amar a Dios sobre todas las cosas. Nuestra voluntad es cambiada cuando hay avivamiento. Un avivamiento causará que el cristiano se regocije en la voluntad de Dios. Su voluntad ya no estará en rebelión en contra de Dios, permitirá a Dios trabajar libremente en él haciendo su voluntad a su propio antojo. Y es evidente que Dios está enviando avivamiento hoy sobre su pueblo. Es evidente que esto está ocurriendo ahorita mismo. ¿Y sabes por qué?, ¿Qué es lo que tiene esta época de la historia para que Dios la escoja para enviarnos avivamiento? Y algunos creen que Dios está enviando avivamiento para purificar a su iglesia en preparación a las pruebas que vienen. En 1930, antes de que los comunistas conquistaran a China, las congregaciones cristianas experimentaron grandes avivamientos. Pareciera que Dios los estuviera alistando para las pruebas que iban a caer sobre ellos. Algunos creen que Dios está enviando avivamiento para prepararnos para el regreso del Señor Jesucristo. En estos días, Él está visitando al mundo con poderes especiales del Espíritu Santo antes de que venga el fin del mundo. Algunos creen que Dios está enviando avivamiento para investir de poder a sus Hijos para la evangelización de las naciones. Es posible que nosotros seamos la última generación de humanos que habitaremos al mundo conocido de hoy. No importa cuáles de estas razones tengan veracidad; lo que nosotros tenemos que hacer es evangelizar al mundo para Cristo en nuestra generación y sólo un poderoso movimiento puede hacer que esto acontezca. Por eso es que Dios nos está enviando avivamiento hoy. Entendamos la verdad de esto, regocijémonos en esa verdad. Debemos buscar un avivamiento y el Señor está listo para darlo si estamos listos para recibirlo. El avivamiento vendrá. Vamos a pedirle al Señor de enviarnos un avivamiento y que ese avivamiento comience en nosotros. Padre, para predicar con eficacia necesitamos más que nunca estar confiados fuertemente en ti. Perdónanos nuestras fallas y llénanos con tu poder. Mándanos un avivamiento para que podamos pelear con todas nuestras fuerzas en contra de Satanás y venciendo nosotros te daremos la gloria y la honra. En el nombre de Jesucristo oramos. Amén.
Otros archivos en esta serie
(ABMA Honduras)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Lifeword)
(Lifeword)
(Lifeword)
(Lifeword)
(Lifeword)