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Llamados A Santidad
Llamados A Santidad - Parte 3
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Duración: 00:14:32 Minutes
Listens:
3
Aired on Sep 30, 2020

Escritura

Salmos 3:8; Salmos 65:5; 1 Corintios 6:11; Tito 2:12; Efesios 2:10; Filipenses 2:13; Gálatas 2:20; 1 Corintios 15:10; Hebreos 13:20 y 21; Efesios 3:20 y 21; 2 Pedro 1:3; 2 Corintios 2:14; 1 Corintios 6:11.

La salvación es de Jehová; Sobre tu pueblo sea tu bendición. Selah. Salmos 3:8 Con tremendas cosas nos responderás tú en justicia, Oh Dios de nuestra salvación, Esperanza de todos los términos de la tierra, Y de los más remotos confines del mar. Salmos 65:5 Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios. 1 Corintios 6:11 enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente. Tito 2:12

La Biblia nos dice en Salmos 3:8, que “la Salvación es de Jehová”. Salmos 65:5, nos dice que Dios es, “el Dios de nuestra salvación”. Nosotros estamos de acuerdo con esas declaraciones, la Salvación de los pecadores es obra o trabajo de Dios, fue suyo en su concepción, sus planes, su ejecución y en su aplicación. Dios el Padre planeó la redención de los pecadores y envió a su Hijo unigénito, para ser nuestro Salvador.   Dios el Hijo, ejecutó la redención de los pecadores cuando murió en la cruz y resucitó de la tumba. Dios el Espíritu Santo, pone la aplicación de la redención del pecador, cuando lo hacen hacer a la familia de Dios en el momento de la conversión de ellos a Cristo y después hace su morada en ellos para vivir la vida de Dios en ellos para siempre. ¡Sí! La Salvación es trabajo de Dios, desde su principio hasta su final. No nos debe asombrar el hecho de que el cristiano es lavado, santificado y justificado, en el nombre del Señor Jesús y por el Espíritu de nuestro Dios, según 1 Corintios 6:11, ese es el texto que vamos a seguir mientras estudiamos acerca del hecho de que Dios nos llama a la Santidad. Vamos a ver una tercera razón por la cual debemos vivir sobrios, justos y piadosos en este siglo, según Tito 2:12: Debemos vivir santamente porque Dios está viviendo en nosotros. Los santos de Dios observan su obra redentora de parte de ellos y testifican lo siguiente en Efesios 2:10: “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas”. No estamos solos en esta vida, ni se espera de nosotros que hagamos las cosas con nuestras propias fuerzas.   Filipenses 2:13, dice: ¨Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad¨. La vida Santa es hecha posible por el poder de Dios trabajando en el cristiano. Esta declaración puede sonar algo extraña al principio, pero está basado sobre escritura. Filipenses 2:13, dice: “Porque Dios es el que en vosotros produce”. Gálatas 2:20, dice: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí”. 1 Corintios 15:10, dice: “Antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo”.   La Biblia nos dice en Hebreos 13:20 y 21: “Y el Dios de paz, os haga aptos en toda obra buena, para que hagáis su voluntad, haciendo Él en vosotros lo que es agradable delante de Él por Jesucristo”. El pasaje clásico que describe el poder de Dios en la vida del creyente Jesús, se encuentra en Efesios 3:20 y 21, “Y a aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a Él sea gloria en la Iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén”.   He aquí un poder que es capaz de hacer todo lo que pedimos. A demás de eso, puede hacer todo lo que podríamos pensar hacer, este poder lo puede hacer más abundante de lo que pedimos o entendemos. Lo que la mente humana puede concebir, el poder de Dios es capaz de hacer abundantemente más. Lo que asombra, es que ese poder vive en nosotros. Es una realidad en la vida de cada creyente. Hermano, tú no estás solo para intentar vivir lo mejor que puedas. Dios ya ha provisto lo que tú necesitas para vivir una vida abundante. 2 Pedro 1:3, dice: “Todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder”. Por eso el cristiano puede decir lo que encontramos en 2 Corintios 2:14: ¨Más a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento”. Tú puedes vivir una vida Santa. Tú puedes experimentar la victoria cristiana vez tras vez, lo puedes hacer no a base de tú habilidad personal, pero por el hecho de que Dios está creando el deseo y ejecutando su obra en ti, la cual a Él le agrada. La vida Santa es hecha posible por el nombre del Señor Jesucristo. Hay que tener cuidado de como interpretamos esa declaración, el nombre de Jesús significa más que un simple título por el cual nosotros le conocemos. Su nombre significa su naturaleza. Cuando el Salmista dijo que declararía su nombre a sus hermanos, Él estaba diciendo más que el simple hecho de que diría el nombre de Dios a ellos. Él quiso decir que les enseñaría a sus hermanos todo lo que Él sabía concerniente a la naturaleza y el trabajo de Dios.   El profeta Isaías dijo que el Mesías sería llamado Emmanuel, El ángel del Señor, le informó a José, que debía ponerle a su hijo Emmanuel. Sin embargo, al Señor le dieron el nombre de Jesús. Su ministerio era el de Jesús que significa Salvador. Su naturaleza era Emmanuel, que significa Dios con nosotros. Esos nombres reflejaban su naturaleza y su ministerio. Él era Dios con nosotros y llegó a ser nuestro Salvador. Cuando 1 Corintios 6:11, nos dice que somos “lavados, santificados y justificados en el nombre del Señor Jesús”, nos da a entender que somos Salvos a causa de lo que Él es, el unigénito Hijo de Dios, y en vista de lo que Él hizo. Ofreciendo un sacrificio eterno para los pecadores. Ese mismo Señor Jesús, quien murió por nosotros, ahora está viviendo en nosotros para santificarnos. Nosotros podemos vivir vidas santas a causa de la relación que tenemos con Él, nuestro Dios.   La vida del cristiano, es la vida de Cristo viviendo en nosotros por medio de su presencia que mora en nosotros. Una vida Santa es hecha posible por medio del Espíritu Santo que mora en nosotros. Eso es una bendita verdad, piénsalo.   Por mucho tiempo, yo pensé en la Salvación como un regalo de Dios que Él nos había dado a parte de sí mismo. Yo me imaginaba a Dios en un lugar lejos, allá en el cielo y yo aquí solo en el mundo. Yo sabía que yo era Salvo, pero pensé que cuando yo había recibido a Cristo, Dios me había visto aquí abajo en la tierra, y me había tirado la Salvación desde aquel lejano lugar en donde Él estaba. Ahora era mi obligación tratar de vivir lo mejor que yo podía. En vista de que Él me había Salvado. Ese mal entendimiento, trajo mucha ansiedad a mi vida. Me sentía responsable de una obligación que yo era incapaz de llevar a cabo. Qué alivio sentí cuando descubrí lo que en realidad significaba mi Salvación. Cuando recibí a Cristo, recibí a Dios mismo en mi espíritu humano. Vida eterna es la vida de Dios viviendo en mí, es la presencia de Dios, El Espíritu Santo, morando dentro de mí, es Cristo en mi lo que me salvó y me mantiene salvo.   Yo he estado en Cristo desde el momento en que le recibí como mi Salvador, y estaré con Él por toda la eternidad. Cristo Jesús, está viviendo su vida en mí. No estás solo en tu vida. Dios está íntimamente involucrado contigo. Tienes a tu alcance el poder del Padre, tienes a tú favor el personaje del Hijo, tú tienes contigo la presencia del Espíritu Santo, viviendo en ti ¡Sí!, tú puedes vivir una vida santa delante de Dios y los hombres. No puedes depender de ti mismo, pero sí puedes depender de aquel quien te ama y te da las fuerzas para lograr esa vida de abundancia.   Vamos a orar… Padre, ayúdanos a comenzar cada día entregándonos a ti en santidad, ayúdanos a vivir como un cristiano cada día, ayúdanos a buscarte siempre antes de tomar una decisión, para no equivocarnos en lo que hacemos. Produce en nosotros una vida de Santidad para que podamos ser alegres y para que podamos traer honra y gloria a tu nombre. En el nombre de Cristo te lo pedimos. Amén.

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