Escritura
No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? 2 Corintios 6:14 La mujer casada está ligada por la ley mientras su marido vive; pero si su marido muriere, libre es para casarse con quien quiera, con tal que sea en el Señor. 1 Corintios 7:39 Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, Efesio 5:25
El matrimonio es ordenado por Dios. Era su plan, y solo si compartimos el estado de matrimonio de acuerdo a su voluntad, es que podemos experimentar la llenura del matrimonio y un gozo verdadero. Hay algunos pensamientos que pueden ayudarnos en cuanto a escoger nuestro compañero y en cuanto a vivir una vida matrimonial que agrade a Dios. En 2 Corintios 6:14, Dios nos dice lo siguiente: ¨No os unáis en yugo desigual con los incrédulos. Porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? Y ¿qué comunión la luz con las tinieblas? Este principio se aplica a toda la vida. En vista de que el matrimonio es una unión íntima y debe ser duradera, para toda la vida; los cristianos en ninguna manera deben unirse en matrimonio con un incrédulo, en vista de que eso sería unirse en yugo desigual. No hay compatibilidad entre la luz y las tinieblas, entre Cristo y Satanás entre la justicia y el pecado. ¿Cómo entonces es que podemos pensar que un matrimonio de un creyente con un incrédulo puede ser compatible? Dicho matrimonio comienza con una separación espiritual entre el hombre y la mujer, existen muchos divorcios en la tierra hoy día, pero en el matrimonio en donde ambos son creyentes, siguen fiel a la iglesia, oran juntos y leen la Biblia juntos, hay un divorcio fuera de cada cuatrocientos cincuenta matrimonios. Cristo hace una gran diferencia en el hogar. El cristiano debe casarse con alguien que confíe en Jesús y es un discípulo del maestro divino. Muchos cristianos se han casado con un incrédulo diciendo ¨yo lo haré cambiar¨, dicen esto y se casan solo para vivir miserablemente por muchos años. Trae a tu compañero a Cristo antes de casarte, de otra manera no te cases. Siendo cristiano tú le perteneces a Cristo, asegúrate de que tu compañero le pertenece también. 1 Corintios 7:39, nos dice: ¨La mujer casada está ligada por la ley, mientras su marido vive¨, ¿por la ley de quién? No es por la ley de hombre, porque la ley del hombre hoy día permite que una pareja se divorcie por cualquier motivo. El hombre y la mujer están unidos por la ley de Dios, es pecado quebrar su ley. Un predicador estuvo aconsejando a una pareja de jóvenes, en cuanto a su boda que se aproximaba, ellos le habían pedido que leyera las promesas que se tenían que hacer el uno al otro, el ministro les explicó que ambos tendrían que tener mucha paciencia el uno con el otro en los primeros días, la joven lo miró y le dijo: ¨No tenemos que preocuparnos por eso, ya los dos hemos quedado de acuerdo en que si este matrimonio no es para nosotros, nos divorciaremos y nadie será lastimado¨. Ahí mismo el predicador detuvo la conferencia, él no iba a casar a nadie bajo esas condiciones. Un cristiano debe entrar al matrimonio con la condición de que seguirá con su pareja para bien o para mal, él debe casarse para siempre. Dios sella al hombre y a la mujer en matrimonio, no es un breve experimento, solo la muerte puede quebrar esa unión, es una unión de por vida. Dios ha dado instrucciones en cuanto al lugar del hombre, la mujer y los niños en el hogar; el hombre es la cabeza del hogar, la mujer está sujeta al hombre, los niños están sujetos a sus padres. Esta relación entre todos debe ser elevada en el sentido de que todos se entregan el uno al otro sin esperar recibir nada por sus sacrificios. La Biblia se debe leer en el hogar, la familia debe orar juntos, sobre todo eso, Cristo debe ser reconocido como el verdadero jefe en ese hogar. Toda la familia debe asistir a la iglesia, el cristiano no puede ser feliz si Dios no está en su vida hogareña. La ansiedad atacará a los padres que no saben si sus hijos están entregados a Dios, los padres que no oran con sus hijos y no les dan consejos cuando estos están pequeños, lo lamentarán cuando sus hijos hayan crecido. La preferencia de Dios es que cada hogar fuera un hogar cristiano. Tú tendrás que ser un cristiano entregado a Cristo si es que deseas que tu hogar sea un hogar verdaderamente cristiano, no te satisfagas con otra cosa; aún si tu compañero no desea tener un hogar cristiano, tú debes hacer todo lo que está a tu alcance para que esto acontezca, cada cristiano, necesita un hogar cristiano, no puede haber ningún sustituto. Mucho del amor, en cuanto al concepto moderno, ha sido pervertido. Mucho de lo que es expresado en canciones populares, libros y revistas, es un concepto de amor no cristiano. El verdadero amor es un deseo de traer verdadera felicidad el uno y al otro dentro del matrimonio, no importando el sacrificio, el amor maduro, es el dar de uno mismo para la felicidad del otro. El cristiano debe saber distinguir entre el amor y el deseo, entre afecto y sexo. Cuando llegue a enamorarse debe ser más que solo una atracción física, cuando nos casamos es con una persona, no con un cuerpo sensual, el amor basado en el sexo pronto morirá. El prepararse para un matrimonio, no sólo es escoger a la persona correcta si no que es también ser la persona correcta uno mismo. El amor responsable no busca como explotar, si no como enriquecer. El amor demanda lealtad, para un cristiano, su lealtad debe ser primero para con Cristo y después para con su cónyuge. Muchas personas están enamoradas de sí mismos, ellos demandan y nunca dan, en el nombre del amor. Tal amor es inmaduro, y no es fundamento apropiado para el matrimonio. El verdadero amor encuentra su satisfacción en enriquecer la vida de su compañero, no puede haber sustituto para el amor maduro en el matrimonio cristiano. Es cierto que la atracción física puede estar presente, eso también es importante, pero las cualidades espirituales son de igual importancia. Efesio 5:25 nos dice: ¨Maridos, amad a nuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó así mismo por ella¨. Tito 2:4 dice: ¨que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos¨. El amor maduro es esencial al matrimonio cristiano, a Dios le interesa con quien te casas, cuándo te casa y por cuáles razones te estás casando; a Él le interesa la manera en que tú vas a vivir en el matrimonio. Un cristiano debe asegurarse de que se está casando en el Señor, así como nos enseña 1 Corintios 7:39, debes estar seguro de que Dios está de acuerdo con lo que estás haciendo. Dios te tiene preparado a alguien, él se interesa por cada detalle de tu vida, pero Satanás te tiene a alguien también. La persona que tú escoges para compartir la vida en matrimonio puede ser de gran beneficio para el servicio de las cosas del Señor, ambos pueden crecer juntos espiritualmente. Qué trágico sería unirse en matrimonio con la persona equivocada. Si el cristiano está abierto a la voluntad de Dios, Dios le guiará en el asunto del matrimonio. El cristiano debe orar mucho en cuanto a con quien debe casarse, y cuando esa persona se acerca, el cristiano debe orar mucho en cuanto a cuándo deben unirse en matrimonio. Dios irá abriendo las puertas paso a paso a la persona que desea caminar con Él. No te juntes con nadie hasta saber que esa es la voluntad de Dios para tu vida. Tal vez algún oyente se opone a esto, tal vez haya alguien que me dirá: ¨Todo eso está bien, pero es diferente en mi caso. Yo ya estoy casado y mi matrimonio es un infierno, ¿qué debo hacer?¨, bueno, Dios también te tiene una respuesta, te lo presentaré en términos generales, ve a un predicador que crea en la Biblia y pídele ayuda. Asegúrate de que este se apoya en las escrituras, no pienses en el divorcio, casi siempre ese es el primer recurso que agarramos, muchos divorciados te dirán que el divorcio solo crea más problemas, hay un camino mejor. Si estás casado con alguien que no es cristiano, entrégate a la salvación de ellos, lucha por guiarles a Cristo, acuérdate de que a Dios le agrada contestar las oraciones de sus hijos. Pídele en oración que te dé un hogar que a él le agradaría, se tú un cristiano ejemplar y consistente, sé fiel a tu compañero y demuéstrale el amor de Cristo. Padre, el matrimonio es una ordenanza tuya, tú lo planeaste, solo tú puedes hacer de nuestros hogares, hogares felices. Ayúdanos a leer nuestras Biblias, ayúdanos en asistir a una iglesia en donde se predique la verdad, llena nuestros hogares de tu luz para que nosotros podamos vivir vidas que te agradan y que glorifiquen tu nombre. En el nombre de Jesús te lo suplico, Amén.
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