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Matrimonio
Las Personas En El Matrimonio
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Duración: 00:14:30 Minutes
Listens:
12
Aired on Jul 24, 2020

Escritura

Efesio 5:22-23; 1 Pedro 3:7; Génesis 3:16; 1 Timoteo 5:8; Efesios 5:25-27; Efesios 5:22; 1 Corintios 11:3; Colosenses 3:18; Tito 2:4; 1 Pedro 3:1-6.

Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; 23 porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. Efesio 5:22-23 Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo. 1 Pedro 3:7 A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti. Génesis 3:16

El matrimonio es ordenado por Dios, Él creó a los seres humanos con el matrimonio en mente, su plan divino es que cada matrimonio sea santificado, amando ambos a Dios más que a cualquier otra cosa y después amándose el uno al otro. Trágicamente, este no es siempre el caso, muchos se unen en matrimonio y comienzan sus vidas, pero no logran tener una comprensión para poder vivir en armonía. Vamos a examinar lo que nos dice Dios del hombre y la mujer en un matrimonio que a Él le gustaría, Dios ha puesto algunos guías específicos para gobernar la relación del marido para con su esposa. Encontramos estos guías en Efesios capítulo 5, versículo 22 al 23 y en 1 Pedro 3:7. Esto es lo que Dios espera del marido. En primer lugar, el hombre debe ser la cabeza de su esposa y del hogar, Dios lo ha puesto como jefe en el hogar, este principio nos fue expresado primeramente en Génesis capítulo 3, versículo 16, a causa de la caída de la mujer en cuanto al pecado original Dios dijo a ella estas palabras: ¨Tu deseo será para tu marido y él, se enseñoreará de ti¨. Efesios 5 nos declara que el hombre, no solo debería ser cabeza de la mujer, sino que es la cabeza de la mujer. Una de las cualidades que el hombre tenía que tener para calificar como diácono de la iglesia, era que supiera gobernar bien su casa; esto significa que cuando el hombre se casa, debe estar dispuesto a asumir la responsabilidad como cabeza del hogar; él no puede hacer a un lado sus deberes del hogar y agradar a Dios al mismo tiempo. Él debe trabajar y proveer por las necesidades de su hogar, él debe vigilar por el bienestar físico, moral y espiritual de su familia. 1 Timoteo nos dice así, en el capítulo 5, versículo 8: ¨Porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente por los de su casa, ha negado la fe y es peor que un incrédulo¨. Hay una responsabilidad solemne sobre el hombre, el bienestar de su casa cae sobre sus hombros. Deberíamos tener para con él una comprensión, simpatía y respeto. El marido de un matrimonio necesita mucho de nuestras oraciones, Dios los ha puesto como líderes en el hogar. En segundo lugar, el marido debe amar a su esposa, este requisito quita de la mujer cualquier temor que ella podría tener en cuanto a dejar el gobierno de su hogar al marido. El gobierno de él es uno que está moldeado con amor. ¿Qué es amor?, es el dar de nuestro mejor en bienestar de las personas que nos interesan. Jesús dio el ejemplo para el marido, Efesios 5:25 al 27, nos enseña que el marido debe amar a su esposa como Jesús amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella, ¿por qué hizo esto Jesús?, lo hizo para que la iglesia pudiera ser santificada, lavada, gloriosa, sin arrugas, sin mancha. Cristo se dio a sí mismo para purificar a la iglesia, el marido se entrega a la esposa para que la vida de ella sea llena y completa, eso es amor. Además de eso, la Biblia dice que el marido debe amar a su esposa como así mismo, él no debe preocuparse por sí mismo, más que por ella, Él debe proveer por las necesidades que ella tiene, así como proveería por las necesidades propias. Nunca debe odiarla sino amarla, así como Jesús a la iglesia; el amor debe ser la relación única entre marido y esposa. En tercer lugar, el marido debe honrar a su mujer, la esposa es físicamente más débil que el marido, pero espiritualmente, ella es igual a él, ningún marido debiera mirar hacia abajo a su mujer, como que, si ella fuera inferior, Él debiera honrarla. ¿Qué sucede cuando un marido honra a su esposa, es considerado con ella, se acuerda de decirle cosas bonitas?, mantiene abierta la comunicación entre ellos, él le da expresiones de cariño. La mayoría de los maridos se quedarían asombrados, si supieran de la diferencia que existe en el hogar cuando el marido honra a su esposa; si deseas agradar a Dios, honra a tu esposa. La mujer debe estar sujeta al marido, Efesios 5:22 dice así: ¨Las casadas estén sujetas a sus propios maridos como al señor¨. El ser sumisa a su marido es un deber religioso de la mujer, es un mandamiento de Dios. La sumisión de la esposa para con su marido, debe ser de todo corazón como al Señor. Dios mismo estableció la jerarquía de autoridad; esta nos es expresada en 1 Corintios 11:3: ¨Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer y Dios la cabeza de Cristo¨. Dios primero, Cristo segundo, el hombre tercero y la mujer en cuarto lugar. Ese es el orden en que Dios ha puesto las cosas, si cambias ese orden, habrá confusión. Una mujer que no es sumisa a su marido está viviendo en desobediencia a Dios, la Biblia dice: ¨Casadas, estad sujetas a vuestros maridos como conviene en el Señor¨ (Colosenses 3:18). La esposa debe amar a su marido, el apóstol Pablo en Tito 2:4, debería enseñar a las jóvenes casadas a amar a sus maridos y a sus hijos¨. Toda la responsabilidad de afecto no debería caer sobre los hombros del marido únicamente, es cierto que él debería amar a su esposa con devoción para que la vida de ella sea agradable, pero ella también debe entregarse a él con esa misma devoción, el marido debe ser lo suficientemente ambicioso para ganarse la vida y mantener a su hogar, pero la mujer debe estar dispuesta a vivir dentro de los límites económicos de lo que él gana. La mujer nunca debe crear demandas, las cuales traerán dificultad al marido haciendo de él un hombre infeliz. Ella debería preparar sus comidas, ayudarle a encarar sus problemas, levantarle el ánimo y de cualquier modo posible, hacer que su vida sea una de gozo. Esta es una expresión verdadera del amor. Claro está que algunos de ustedes no estarán de acuerdo con esta enseñanza es contrario a lo que la sociedad nos ha enseñado, pero nuestras costumbres no cambian los principios que Dios nos ha dejado. Alguna mujer me dirá: ¨Eso estaría bien para una esposa que tiene un marido cristiano, pero el mío no lo es¨, eso nos lleva a una tercera consideración: La esposa debe traer a su marido incrédulo a los pies del Señor, ¿cómo puede hacer esto ella?, claro está que no lo hará adoptando su manera de vida, Dios la puede usar como una ayuda, haciendo de ella un ejemplo en el hogar. 1 Pedro 3:1-6, nos puede iluminar un tanto en cuanto a esto; En primer lugar un marido puede venir a Cristo cuando su esposa está personalmente entregada a Cristo y es una esposa cristiana; en segundo lugar, el ejemplo cristiano de la esposa, puede traer a su marido a Cristo aún si este rehúsa escuchar la palabra de Dios, para que también, los que no creen la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas. En tercer lugar, la esposa cristiana, no debe criticar a su marido, en cuarto lugar, la esposa cristiana debe mantener un espíritu de cristiano, debe vestirse con modestia, sus joyas y adornos deben ir de acuerdo con sus principios cristianos; en quinto lugar, la esposa cristiana debe estar cerca siempre de Jesús, para que su testimonio sea válido, en presencia de su marido. Y en sexto lugar, la esposa cristiana debe orar siempre por la conversión de su marido incrédulo. Otra vez acordémonos de que, a nuestro Padre Celestial, le encanta contestar nuestras oraciones, especialmente cuando ve en ellas nuestra sinceridad. Padre, te damos gracias porque hay sinceridad y santidad en un hogar, que es Cristo céntrico, en donde el hombre y la mujer están confiando en Jesús y viviendo de acuerdo con las enseñanzas bíblicas, te damos gracias porque, en el hogar, hay un pequeño reflejo del cielo aquí en la tierra. Ayúdanos a trabajar unidos, para lograr tener una relación en nuestros hogares que traerán honra y gloria a tu nombre. En el nombre de Jesús te lo suplicamos, Amén.

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