Mi fortaleza y mi cántico es JAH, Y él me ha sido por salvación.

El salmista nos enseña tres cosas en cuanto a Dios. En primer lugar, Dios es nuestra fortaleza. ¿Qué es una fortaleza? es un espacio o lugar fortificado que esta acondicionado para soportar ataques o invasiones enemigas, ejemplo de ello tenemos a los castillos y a las ciudadelas que eran construcciones formidables y fuertes que servían de protección al pueblo en medio de la guerra. Jehová es así, es esa muralla formidable por el cual tienen que pasar nuestros enemigos antes de llegar a nosotros. En segundo lugar, Jehová es nuestra salvación, no solo salvación de los enemigos que intenten destruirnos, sino también salvación del castigo eterno en el infierno. Dios se hizo hombre, habitó entre nosotros, vivió una perfecta y de forma voluntaria entregó su vida para salvar a toda la humanidad. El justo muriendo por los injustos, el perfecto muriendo por los imperfectos, el creador muriendo por sus criaturas. Que amor más maravilloso. Me pregunto ¿lo conoces? ¿has recibido la salvación que el ofrece? Si no lo has hecho no esperes ni un segundo para hacerlo. Mañana puede ser demasiado tarde. En tercer lugar, Jehová es nuestro cántico, aquí la palabra cántico no se refiere a alabar a Dios con palabras, sino se refiere a la música misma. El término hebreo es Zimrath que literalmente significa música instrumental. Esta es una enseñanza maravillosa. Dios es musical. El hermano Frank Garlock dijo lo siguiente “la música es parte de la naturaleza de Dios, Dios es musical y eso significa que la música ha existido desde que Dios existe ¿oyeron eso? Cuando alabamos a Dios en nuestra iglesia local, estamos haciendo algo lo que Dios ha tenido desde la eternidad y nosotros también lo haremos por toda la eternidad ¡aquí solo estamos practicando un poco¡ si eso no te emociona, ¡tienes descompuesto el emocionador¡” Dios es musical mis amados hermanos y cuando nos creó a su imagen y semejanza nos hizo musicales también. Es raro ver una persona que no le gusta la música, todo el tiempo estamos cantando y tarareando canciones. A la edad de más o menos 14 años aprendí a tocar la guitarra, no fue una tarea fácil, recuerdo que a veces me quedaba hasta largas horas de la noche cantando y practicando y solo la voz de mis padres que me decían que me acueste es la que me llevaba a la cama. Fue un tiempo muy hermoso que llevo siempre en mi corazón. Desde ese tiempo en adelante la música es una de las cosas que más me apasiona, que maravilloso que sea Dios quien nos haya dado ese hermoso regalo. Sin embargo, así como todo lo que Dios ha puesto en nuestras manos, el diablo trata de corromperlo y utilizarlo para fines malévolos. Esta es la razón por la cual debemos de cuidar muy bien lo que oímos, si una persona pasa horas escuchando música que solo habla de sexo, infidelidad y rebeldía, ¿no creen que con el tiempo podría actuar de esta forma? Yo creo que sí, ya que del oír a la acción hay un solo paso. Como creyentes no tenemos que elegir entre lo bueno y lo malo, sino entre lo bueno y lo mejor, no perdamos el tiempo buscando algo bueno en la música del mundo ya que hacerlo será solo pérdida de tiempo, mis amados hermanos nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo ¿Cómo podemos llenarlo de cosas malas? Dios nos ayude a ser muy sabios en la clase de música que escuchamos. Recuerden que estamos aquí para adorar y glorificar a Dios con nuestras vidas y nuestra música debe ser reflejar eso. Dios los bendiga. Corpus Unum.