Escritura
25 ¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra. Sal 73:26 Mi carne y mi corazón desfallecen; Mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre.
Este Salmo atribuido a Asaf, nos habla de una tentación que vino a su vida, sintió envidia de la riqueza de los malvados, de los que sin fe en Dios alcanzan riquezas, salud y éxito sin temor de Dios, luchando con estos pensamientos hasta que reaccionó correctamente, primero cerró su boca para no seguir profiriendo palabras que serían mal entendidas por los que le oyeren, segundo entró en el santuario de Dios y logró entender la realidad de esas personas, Asaf entendió que en vez de dar envidia, esto daba lastima, pues la riqueza de los malvados es pasajera y que su fin es de ruina y perdición, que están perdidos en una eternidad lejos de Dios y sin esperanza, de nada sirve ganarlo todo y perder nuestra alma, solo Dios puede llenar nuestras vidas y no las cosas o situaciones.
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