Copyright 2016-2019 Lifeword
Sed Santos
Ordenados A Santidad
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Mar 07, 2022
Mar 05, 2022
Duración:
00:14:32 Minutes
Vistas:
22

Escritura

Levítico 11:44; Levítico 19:2.

Porque yo soy Jehová vuestro Dios; vosotros por tanto os santificaréis, y seréis santos, porque yo soy santo; así que no contaminéis vuestras personas con ningún animal que se arrastre sobre la tierra. Levítico 11:44 Habla a toda la congregación de los hijos de Israel, y diles: Santos seréis, porque santo soy yo Jehová vuestro Dios. Levítico 19:2

Hay un mandato de Dios que descansa sobre los hombros de cada uno de nosotros; es el mandato de ser santos. Este mandato, es declarado claramente en dos lugares en las Sagradas Escrituras, Levítico 11:44, nos dice: “Porque yo soy Jehová vuestro Dios; vosotros por tanto os santificaréis, y seréis santos, porque yo soy santo”. Nuevamente, encontramos el mandato en Levítico 19:2, dice: “Santos seréis, porque santo soy yo Jehová vuestro Dios”. Cada contacto que hacemos con Dios involucra el requisito de la santidad; en 1 Crónicas 16:29, tenemos el mandato de “postrarnos delante de Dios en la hermosura de la santidad”. Hebreos 12:14, nos dice que “sabemos seguir la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor”. Después de que el apóstol Pedro describiera el final de este universo creado, hizo esta aplicación práctica, en 2 Pedro 3:11 y 12: “Puesto que todas estas cosas han de ser desechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán desechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán!”.   Claramente como lo indica 1 Pedro 1:16, el mandato de Dios que cae sobre toda persona es que “seamos santos porque Él es Santo”. ¿Qué es lo que requiere Dios cuando nos llama a la santidad? La respuesta a esa pregunta es una clave para entender la religión cristiana. El término Santo, es una traducción de la palabra “Kadosh” en hebreo, la palabra para santo en griego es “hagios”, les doy los dos términos porque el Antiguo Testamento fue escrito en el hebreo, y el Nuevo Testamento en griego y ambos usan el término Santo. Ambas palabras que tienen el mismo significado en sus respectivos idiomas tienen una aplicación especial en el estilo de vida que Dios manda a que llevemos, estas palabras nos dicen lo que significa ser Santo. En primer lugar, santidad es la separación de una cosa y dedicación a otra; el significado original de “kadosh”, es cortar y separar, en tiempos pasados el pensamiento era de poner a una persona a parte de usos seculares de manera que pudiera ser usada únicamente para el servicio de Dios; en el sentido de la separación, el ser Santo significa pertenecer únicamente a Dios; en ese sentido, la Biblia nos habla de un pueblo Santo, un templo Santo y un sacrificio Santo. En todos esos usos, el énfasis está sobre el pertenecer a Dios. Sin embargo; la santidad es aplicada primeramente a Dios y después al hombre; Dios es Santo porque está separado del mundo y cualquier otra cosa que no va de acuerdo a su pureza. Una persona es santa cuando pertenece al Santo Dios. La santidad no encuentra su origen en el hombre, sino en Dios; nadie puede ser Santo a menos de tener una relación con Dios; uno no solo es Santo, sino como lo indica Números 6:8 “Uno es santo para Jehová”.   En segundo lugar, la santidad se refiere a pureza, limpieza y justicia, el mandato de Dios de: “ser santos porque Él es santo”, es un llamado a una conducta correcta, motivada por el espíritu correcto; el hombre puede ser Santo en el hecho de que puede ser separado del mundo y dedicado a la justicia en Cristo Jesús; esa es la única esperanza para la santidad; podemos ser Santos por medio de fe personal en la persona de Jesucristo, porque como lo dice en 1 Juan 1:7 “la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado”. Este constante lavado, produce perfecta pureza o la santidad de la que nos habla la Biblia, en sí, no hay nada que sea santo, cualquier cosa que sea Santa, ha recibido esa cualidad, debido a su relación que tiene con Dios. El lugar donde Dios se manifiesta es tierra Santa, el tabernáculo o templo sobre el cual su gloria es revelada es un edificio Santo, los sacrificios que son ofrecidos delante del Señor son sacrificios Santos; el sábado, día apartado para ser del Señor es un día Santo; la santidad, entonces, como la podemos ver en todos estos casos, viene debido a la relación que consiste en la separación de algo pecaminoso para ser dedicado a Dios. Por eso es que decimos que no hay nada santo en sí mismo, sino únicamente por la relación que hay con Dios.   El hombre puede ser Santo, así como Dios es Santo, solo el hombre entre todas las cosas creadas fue hecho a la imagen y semejanza de Dios. Solo él tiene el conocimiento del bien y del mal con el poder para escoger el bien y rechazar el mal, debido a la imagen de Dios en él, el hombre puede reflejar la Santidad de Dios al decidir ser entregado a Dios.   Jesucristo expuso la ley de Santidad cuando dio a conocer un nuevo vistazo de la religión, Él enseñó que la verdadera religión, no solo es pureza, descontaminación externa, sino pureza de pensamiento y motivo, aquella persona que ha nacido otra vez del  Espíritu y ha llegado a ser una nueva criatura en Cristo Jesús ya tiene santidad en espíritu y puede, por lo consiguiente, conducirse de una manera santa, por eso es que 1 Pedro 2:5 y 9, nos habla del cristiano describiéndole como “una casa espiritual y  sacerdocio Santo. Linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios”. El término Santo, pocas veces es aplicado a Dios en el Nuevo Testamento, con excepción de versículos que cita del Antiguo Testamento. En varios pasajes el término es aplicado a Jesús, es dado tantas veces en el Nuevo Testamento en referencia al Espíritu de Dios que nosotros lo hemos adoptado como parte de su nombre llamándole Espíritu Santo.   La Santidad es aplicada a los cristianos una y otra vez en el Nuevo Testamento, aquellos quienes confían en Jesús como Salvador, son llamados Santos, ese término santo usa la forma griega. Todo cristiano es un santo, de acuerdo al uso Neotestamentario, somos Santos y estamos confiando en Cristo, porque entonces pertenecemos a Dios por medio de Él.   Gálatas 3:26, dice: “Pues todos sus hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús”. ¿Qué es lo que nos hace ser Santos? No es nuestra conducta, sino nuestro carácter, uno no es Santo por las buenas cosas que hace, sino que uno hace buenas cosas debido a su carácter Santo. El cristiano es un Santo porque el Espíritu de Dios vive en su espíritu humano, es esa presencia del Espíritu que mora en él que hace que uno sea salvo. Cuando el Espíritu Santo entra en la persona que acepta a Jesús, Él aparta a esa persona, haciéndola propiedad únicamente de Dios. El Espíritu Santo hace su trabajo día con día en el cristiano, para animarle en conducirse en una manera en que a Dios le agrada, y conformarle más y más a la semejanza del Señor Jesucristo, eso es lo que llamamos santificación, un crecimiento de santidad. Y esa es la experiencia normal de toda persona que acepta a Cristo como único y suficiente Salvador. Eres Santo si eres un cristiano, pero si tú no has aceptado a Jesucristo como tu Salvador, no lo eres. La buena nueva del Evangelio cristiano es que tú puedes ser un Santo en este preciso momento, si tan solo te arrepientes de tus pecados para aceptar a Jesús. Hoy tú puedes ser un hijo de Dios, eso es todo lo que tienes que hacer, en tu mente, admite que has pecado en contra de Dios. No trates de explicar ni justificar tus pecados, solo admite que eres pecador, dile a Dios que tú has pecado. Ahora en tu corazón, debes desear no tener nada que ver con el pecado, debes desear estar en paz con Dios, debes estar dispuesto a hacer cualquier cosa que Dios requiera de ti para obtener su perdón y paz. Quita toda tu confianza de cualquier otra cosa, sea de los santos, de María, de una religión o de cualquier otra cosa y deposita toda tu confianza únicamente en la persona de Cristo Jesús, pon toda tu confianza y vida en la persona de Cristo y solamente en Él; por último, pide a Dios que te perdone, ahora mismo, es este preciso momento, pide perdón y cree que te perdona; cree que Jesucristo murió en tu lugar y que resucitó y hoy vive para ti. Yo te prometo, que si haces esto de corazón serás salvo, una vez y para siempre. Así es como una persona llega a ser Santo.   Vamos a orar. Padre, te pido en estos momentos por mis amigos que me escuchan, abre sus ojos para que puedan ver la verdad. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.

Otros archivos en esta serie