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El Tema De Convicción
El Alcance De Justicia
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Dic 31, 2021
Dic 24, 2021
Duración:
00:14:33 Minutes
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8

Escritura

Lucas 19:10; Juan 16:8-11

Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido. Lucas 19:10 Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. 9 De pecado, por cuanto no creen en mí; 10 de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más; 11 y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado. Juan 16:8-11

Dios, el Padre, se preocupa por el pecador. Su deseo es que el pecador venga a Él arrepentido de sus pecados, para pedir perdón y aceptar a Jesús como su Salvador. El Evangelio es el mensaje de Dios al hombre, asegurándole de que uno puede estar en paz con Dios, por medio de acercarse a Él, a través del sacrificio que Jesús hizo por él en la cruz del calvario. Dios el Padre desea que el pecador se salve, desea que el pecador deje su camino del pecado para vivir en santidad delante de Él. Jesús, el unigénito Hijo de Dios, también está interesado en el bienestar del hombre pecador. Él también desea que el pecador se salve, por esa razón es que Él vino a nacer de una virgen para vivir en un cuerpo humano; por eso es que dio su vida en la cruz derramando su sangre inocente; por eso fue sepultado y por eso resucitó al tercer día. Hizo todo esto para que el pecador pudiera ser salvo. Jesús mismo dijo en Lucas 19:10: “Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido”. El Espíritu Santo, la tercera persona de la Santa Trinidad, se preocupa por la salvación del hombre pecador. A petición del Señor Jesucristo el Espíritu Santo vino a la tierra para convertir en santos a los pecadores, por medio de la aplicación de la sangre de Jesús. Jesús dijo del Espíritu Santo en Juan 16:8-11: “Y cuando Él venga convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. De pecado por cuanto no creen en mí; de justicia por cuanto voy al Padre y no me veréis más; y de juicio por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado”. Este es el quinto estudio que hemos hecho concerniente a la convicción del pecado. Hemos visto que el agente de la convicción es el Espíritu Santo; hemos hablado de los temas de convicción los cuales son: pecado, justicia y juicio. Hoy deseo que observemos el propósito de la convicción, y el propósito es la conversión de la persona que está pecando. Dios está entregado a la salvación del pecador. Las tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo, están entregados a esta tarea. Algunos estudiantes de la Biblia nos dicen que Dios creó al mundo para la salvación. Mientras que no podemos acertar esto, sí podemos decir que el asunto por el cual Dios se preocupa más es la salvación del hombre pecador. La Biblia nos enseña que Dios ya tenía un plan de redención, aún antes de que el mundo fuera creado. Jesucristo era el “Cordero que fue inmolado desde principio del mundo”, según Apocalipsis 13:8. Efesios 1:4 nos enseña que los redimidos fueron escogidos desde antes de la fundación del mundo. El asunto de la redención no fue cosa de último momento, ni una idea descabellada de Dios. Antes de crear al Monte Calvario ya estaba planeado la cruz del calvario. A través de toda la historia humana Dios ha estado involucrado con la salvación del pecador. Él está entregado a la salvación del hombre pecador. Dios salvará a todo el que viene a Él arrepentido de sus pecados y depositando su fe en Jesús. Debemos acordarnos que Dios hizo al hombre con el poder de escoger entre el bien y el mal. El hombre puede obedecer a Dios o desobedecer a Dios, tiene que escoger, por eso fue que puso muchos árboles en el Jardín del Edén. Dios no quiere que el hombre le adore a la fuerza, Él quiere que el hombre le busque y le adore por su propia voluntad. No hay virtud en hacer lo correcto si no existe la posibilidad de hacer lo malo, por eso Dios puso al hombre en una situación donde podía obedecerle o no. Claro que sabemos que el hombre fracasó, deliberadamente comió de la fruta que Dios había prohibido, desobedeció a Dios, y la consecuencia fue que Dios le separó de Él. Desde ese día la única forma en que el hombre puede llegar a Dios es por medio de la gracia de Él. Dios se complace cuando el hombre escucha su llamada, y responde con arrepentimiento y fe, en la persona de Cristo Jesús. Dios aceptará a todo el que viene a Él en arrepentimiento y fe, lo que pasa es que el hombre es tan depravado que no quiere arrepentirse de su mal; quiere seguir en su camino; quiere salvarse por sus propios méritos, creyendo que él no es tan malo; al hacer esto el hombre rechaza el sacrificio que Jesús hizo por él en la cruz de El Calvario. El problema de la salvación no está en que Dios no puede ser encontrado por el hombre, sino en que el hombre no quiere buscar a Dios. Debido a esta situación es que Dios toma la iniciativa en traer al pecador al arrepentimiento por medio de su Espíritu Santo. El Santo Espíritu pone bajo convicción al hombre con el fin de que pueda llegar a Dios. A través de toda la historia humana el Espíritu Santo de Dios ha estado activo en convencer al hombre de su error, para que pueda arrepentirse y buscar el camino de Dios. Esto es la verdad concerniente al Antiguo Testamento, al igual que el Nuevo. En los días de Noé el hombre se apartó tanto de Dios, que Dios se arrepintió de haber creado al hombre. ¿Pero qué hizo Dios en tal situación? Bien hubiera podido aniquilar a toda la humanidad con una sola palabra, pero no hizo eso, dio oportunidad al hombre a arrepentirse y creer en Él; pero el hombre no creyó, y sólo Noé y unos cuantos de su familia obedecieron al Señor y entraron al arca. Todos los hombres tuvieron oportunidad de entrar al arca, pero ninguno, con excepción de la familia de Noé, quiso. Al venir la época de la iglesia el ministerio del Espíritu Santo no cambió. Él todavía está activo en tocar los corazones de los hombres para convencerlos de pecado, justicia y juicio. Dios puede usar muchos métodos para acercar al pecador a Cristo, puede ser por medio del testimonio de un cristiano; puede ser por su Palabra, la Biblia; puede ser por medio de la conciencia de uno, pero no importa el método, siempre es el Espíritu Santo el que habla al corazón del hombre. La convicción del pecado puede llegar al hombre de diferentes formas, podría venirle por medio de no poder dormir en la noche por no tener tranquilidad de espíritu; podría venirle en forma de una carga pesada sobre su pecho; podría venirle por una conciencia muy activa en la cual los pensamientos de pecado se repiten una y otra vez causando angustia mental; podría venirle en forma de algún pensamiento que le tiene esclavizado; podría venirle simplemente en un saber que las cosas no están correctas y que debe hacer algo para corregirlas, no importa cuál sea la forma en que le viene, es el Espíritu Santo el que está llevando a efecto ese trabajo. La convicción siempre es usada para guiar al individuo a la conversión. El Espíritu Santo hace su trabajo con el propósito de llevar al individuo al arrepentimiento y perdón en Cristo Jesús. Él no se contenta con ver al hombre sufrir. Él hace que el individuo se sienta incómodo para que deje sus pecados y busque a Dios. Tal vez en esos momentos tú te das cuenta de lo que digo; tal vez el Espíritu Santo está tocando tu corazón en este momento; tal vez tú te sientes raro y estás arrepentido de vivir en el pecado; te sientes mal por todas las cosas malas que has hecho. Sabes que Cristo murió por ti y quisieras tenerlo en tú corazón y si este es tu sentir ¿Por qué no le dices que estás arrepentido de tus pecados, y que quieres que Él te perdone, y también que le invitas a entrar a tu corazón, para ser tu único y suficiente Salvador? ¿Por qué no lo haces hoy? Vamos a orar. Padre te doy gracias por tu Espíritu Santo que trabaja en la vida del pecador, para que pueda arrepentirse y aceptar a Jesús. Señor en estos momentos muchos de mis amigos no conocen a Jesús, y pido que tu Espíritu trabaje en sus corazones ahorita mismo, para ponerlos bajo convicción para que puedan arrepentirse de lo que han sido, para que puedan pedir perdón, y para que puedan aceptar a Jesús como único y suficiente Salvador. Te lo pido en el nombre de Cristo. Amén.

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