(Centro De Vida)
Escritura
Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. 9 De pecado, por cuanto no creen en mí; 10 de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más; 11 y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado. Juan 16:8-11 Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno. 1 Juan 5:19
El viajero iba de noche en su carro por unas montañas, el camino tenía muchas vueltas, de repente el viajero notó que había una luz que brillaba adelante en el camino. Al llegar a la luz se dio cuenta de que era un hombre con una linterna, que movía frenéticamente sus brazos tratando de detenerle. El viajero se detuvo y el hombre se le acercó y con palabras excitadas le explicó que el puente que había adelante, en el camino, se había derrumbado por las fuertes lluvias. Él lo había descubierto poco antes y quería evitar la muerte de otros quienes tal vez no vieran el precipicio con suficiente tiempo para detenerse. Esa noche el viajero se dio cuenta que el aviso de peligro es un acto de misericordia. Dios nos ha dado múltiples avisos a través de toda la Biblia, algunos optan que el mensaje de Dios en cuanto al pecado, justicia y juicio, no son dignos de un Dios de misericordia y gracia, pero permítanme informarles que es debido a su misericordia y gracia que Él nos avisa del peligro del pecado, justicia y juicio. Jesús prometió que uno de los ministerios esenciales del Espíritu Santo sería el de convencer al hombre de pecado, justicia y juicio eterno. En Juan 16:8-11, Jesús dice: “Y cuando Él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. De pecado, por cuanto no creen en mí; de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más; y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado”. Esos versículos nos enseñan mucho concerniente al trabajo del Espíritu Santo, nos enseñan que Él es el agente de Dios para poner bajo convicción al pecador; nos enseñan que el hombre es el recipiente del ministerio de la convicción; nos enseñan que la justicia y el juicio son asunto de convicción; nos enseña que la conversión del pecador, por medio del arrepentimiento y fe en Jesús, es la meta de la convicción. Todo esto nos enseñan estos cuantos versículos. Pero el asunto que deseo que persigamos hoy, es el asunto de convicción del juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado. El sistema del mundo no es divino, por esa razón es que el Espíritu Santo está ocupado tratando de convencer al hombre de pecado, justicia y juicio. La Biblia expresa esta verdad en 1 Juan 5:19 donde nos dice: “Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno”. El mundo en este caso no es el planeta tierra, se refiere al sistema mundial, se refiere a la sociedad humana. El sistema mundial del hombre está completamente saturado con la semilla del pecado, el sistema mundial del hombre no es divino. Algo trágico sucedió con el orden de la sociedad humana, en su estado original había sido ideal; el hombre vivió en paz con Dios, con el hombre, y con los animales y con la naturaleza; lo que sucedió después es que el hombre se rebeló en contra de un mandato claro del Creador del universo, el pecado entró a la experiencia humana; el hombre fue separado del compañerismo; Adán y Eva cubrieron sus cuerpos con hojas de higuera debido a la vergüenza que sentían por estar desnudos; el hombre fue separado de Dios, Adán y Eva se escondieron de Dios en el Jardín del Edén; la relación entre el hombre y la naturaleza cambió; la tierra cultivada ahora produciría espinas y aún los animales temerían al hombre. La tragedia que vino sobre la sociedad humana sucedió debido a la entrada del pecado en el sistema mundial. Satanás había determinado que iba a ser como Dios, el asumió el control del mundo bajo la voluntad permisiva de Dios, y desde ese tiempo toda la creación, o como nos dice 1 Juan 5:19: “El mundo entero está bajo el maligno”. Al presente Satanás es el que tiene gobierno sobre el hombre, él es llamado príncipe del aire. Él también tiene el título de Dios de este siglo, en 2 Corintios 4:4, todos estos títulos indican que él es el que reina presentemente en el mundo, o sobre la sociedad humana. Aún nuestro Señor Jesucristo no negó esta verdad, ¿Se acuerdan de la experiencia de Jesús cuando fue llevado al desierto para ser tentado por el diablo? En Lucas 4:5-7 podemos revivir la situación, dice: “Y le llevó el diablo a un alto monte, y le mostró en un momento todos los reinos de la tierra. Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy. Si tú postrado me adorares, todos serán tuyos”. En esos versículos vemos que Satanás tiene autoridad sobre los reinos del mundo y la gloria de ellos. Él dijo que podía darle esos reinos a quien quería, daría esos reinos a Jesús si tan solo se inclinara delante de él para adorarle. Jesús no negó que Satanás tuviera el dominio sobre el mundo. Él no dijo: estos reinos no son tuyos para regalar, Jesús simplemente respondió: “Vete de mí, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a Él solo servirás”. Aparentemente Jesús estaba reconociendo que Satanás verdaderamente era el presente dios del sistema mundial. Debido a esto es que el cristiano debe separarse del mundo. El apóstol Juan escribió en 1 Juan 2:15 y 16: “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo”. El apóstol Santiago habló más fuerte que Juan, Santiago 4:4 dice: “¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios”. El compañerismo con un mundo degenerado es alianza con Satanás y un pecado grave en contra de Dios. El cristiano debe hacer caso y separarse de las cosas del mundo. Es cierto que Satanás está gobernando en el sistema mundial, pero quiero informarles que ese gobierno pasará, y el gobierno de Dios pronto se establecerá en toda su gloria. 1 Juan 2:17 dice: “Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre”. Al pasar la tierra y sus deseos el reino de Satanás se acabará. Dios nos dice en 2 Pedro 3:10 y 11 que: “El día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas. Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir!”. Amigo es verdad que Satanás está en control del sistema mundial hoy día, pero la cruz de nuestro Señor Jesucristo es la garantía de su caída. Dios ha prometido castigo eterno para Satanás y todos los que rechazan a Jesús como el único Salvador. Satanás mismo se da cuenta de ello, Apocalipsis 12:12 nos enseña que: “El diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo”. Sí, el diablo sabe que él está perdido y sabe que tiene poco tiempo, y sabe que no quiere hundirse a solas. Se llevará a todo el que puede, mentirá, engañará, prometerá riquezas y cualquier otra cosa, para que uno vaya con él al infierno. Pero por medio de poner tu fe en Cristo, tú puedes escapar de su lazo, puedes tener vida eterna hoy, si tan solo te arrepientes de tus pecados y aceptas a Jesús como tu único y suficiente Salvador. Hazlo hoy, hazlo en este mismo instante, pide perdón por tus pecados y dile a Jesús que entre en tu corazón. Si lo haces sinceramente con fe, de todo corazón, yo te aseguro que Él entrará en tu corazón y te dará en este preciso momento la vida eterna. 2 Corintios 6:2 dice: “He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación”. Ven a Jesús. Vamos a orar. Padre gracias por avisarnos del juicio que viene sobre el que no tiene a Jesús en su corazón. Te agradecemos de todo corazón, porque no nos dejaste a solas para luchar en contra de Satanás; sino que Tú, en tu misericordia, has provisto para nosotros para que podamos pasar la eternidad contigo. Señor en estos momentos quiero pedirte que ayudes a mis amigos en conocer la verdad, pues la verdad les hará libres. Ayúdales porque te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.
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