(Centro De Vida)
Escritura
He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí; y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de los ejércitos. Malaquías 3:1 Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan. 7 Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él. 8 No era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz. Juan1:6-8 Pero el ángel le dijo: Zacarías, no temas; porque tu oración ha sido oída, y tu mujer Elisabet te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Juan. Lucas 1:13
En nuestro último mensaje vimos la actitud dura de los judíos concerniente a la justicia de Dios. Ellos se habían hecho esta pregunta ¿Dónde está el Dios de justicia? Muy en contra del malvado y perverso sacerdocio que profanaba el altar por medio de sacrificar animales enfermos y manchados con defectos y por haber dudado de la santidad de Dios Malaquías introduce al mensajero de Jehová. Escuchemos lo que dice Malaquías 3:1 “He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí; y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de los ejércitos”. Vamos a considerar la profecía del mensajero de Jehová y su ministerio, esta es una profecía de Juan el Bautista quien vino antes de Jesús para preparar el camino para el ministerio del Mesías. Observemos la persona y predicación de Juan el Bautista, de acuerdo al texto, él fue enviado como mensajero del cielo. La misma cosa no es expresada en Juan1:6-8 “Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan. 7 Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él. 8 No era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz”. Juan el Bautista tuvo un nacimiento milagroso debemos leer Lucas 1:5-25 para entender lo milagroso que era. Nació a padres dedicados, pero ellos previamente no habían podido tener hijos, el nacimiento de Juan fue anunciado por un ángel en el versículo 13, “Zacarías, no temas; porque tu oración ha sido oída, y tu mujer Elisabet te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Juan”. Notemos que el ángel dijo que su mujer le daría a luz un hijo, Juan tuvo un padre terrenal pero su nacimiento fue por una intervención providencial de Dios. Juan el Bautista no solo era enviado de Dios, también era una persona magnifica. En Lucas 1:15, el ángel del Señor nos anuncia lo siguiente “No beberá vino ni sidra, y será lleno del Espíritu Santo, aun desde el vientre de su madre”. Jesús mismo dijo que no hubo otra persona nacida de mujer que fuese más grande que Juan el Bautista, esa alabanza de parte de Jesús nos indica una pura garantía de su grandeza. Juan el Bautista también era dedicado, era único en su fuerza de carácter, era un hombre estable. Mateo 11:7 dice “Mientras ellos se iban, comenzó Jesús a decir de Juan a la gente: ¿Qué salisteis a ver al desierto? ¿Una caña sacudida por el viento?”. Juan no era doblado con el viento, era una persona muy estable. También tuvo gran valor, el predicaba sin temor en contra de hombres de alto rango, era un hombre con hábitos limpios, el rehusaba aceptar lo que le podría corromper. Otra cosa que demostraba su fuerza de carácter era su vida sacrificial, él no era un predicador de lujo, él vivió como las personas a quienes predicaba, su ropa era rustica y su dieta de la gente común y corriente. La misión de Juan el Bautista era especifica de acuerdo a Malaquías 3:1, el debía prepara el camino para el Señor. De acuerdo a Juan 1:7 el vino a dar testimonio de la luz. Su misión fue anunciada a Zacarias por un ángel juntamente con la noticia de su nacimiento. Lucas 1:17 dice “E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto”. Consistentemente la Biblia afirma que Juan el Bautista vendría antes de Jesús para preparar el camino, él debía alistar al mundo para la venida del Mesías. Mientras que predicaba en el desierto de Judea, Juan mismo decía que el era la persona de quien hablaba el profeta Isaías cuando dijo, “Yo soy la voz de uno que clama en el desierto, enderezad el camino del Señor”. Junto con su misión de alistar al pueblo para la venida de Jesús, Juan fue autorizado por Dios en bautizar a las personas que daban fruto de verdadero arrepentimiento. Jesús tomo del material bautizado por Juan para instituir su iglesia, verdaderamente Juan tuvo una misión muy noble. La predicación de Juan el Bautista era muy distinta a la predica de los sacerdotes profanos en su día y de los días de Malaquías también, el predicaba con entusiasmo, el predicaba con urgencia. En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea diciendo “Arrepentíos, porque el Reino de los cielos se ha acercado”. Su predicación le daba a la raíz del problema de cada hombre, el predicaba del arrepentimiento, no tenía temor de predicar la verdad. Evidencia de esto está en el hecho de que el reprendía a los fariseos y saduceos que venían a él pidiendo bautismo. Mateo 3:7 dice “Al ver él que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su bautismo, les decía: ¡Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera?” No solo reprendía a los grandes religiosos, sino que reprendió al mismo rey Herodes por sus hechos de adulterio, esta reprensión termino finalmente en su decapitación. Necesitamos más predicadores hoy día que hablarán la verdad sin tener la importancia de quienes reprenden. Su predicación no tan solo reprendía el pecado que mandaba el arrepentimiento, que demostraba un cambio de carácter antes del bautismo, pero el ensalzaba a Jesús con su predicación, de hecho, todo predicador que reprende al pecado levanta a Jesús. Aquellos quienes fallan en predicar el arrepentimiento fallan en levantar a Jesús como el único justo que existe. Acordémonos que Juan dijo que le era necesario a él menguar para que Jesús fuera engrandecido, eso nos demuestra el verdadero carácter de Juan. En su predicación Juan enseñaba que Jesús era el sacrificio por los pecados, así como profetizaban en el Antiguo Testamento. El introdujo a Jesús con estas palabras en Juan 1:29 “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” su predicación era clara, precisa e iba directa al grano. Su predicación hizo que muchas personas fueran conscientes de sus pecados, él les hizo ver el enojo que Dios siente en contra del pecado. Esto era un gran contraste en cuanto a los sacerdotes en el día de Malaquías quienes decían ¿Dónde está el Dios de justicia? Juan predicaba del juicio venidero. En Lucas 3:9 encontramos las palabras de Juan que nos dicen “Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto se corta y se echa en el fuego”. Estas listo para el juicio, si no arrepiéntete hoy. Recibe a Jesús en tu corazón, si lo haces escríbeme y cuéntame de esa decisión que has hecho. Ahora vamos a orar. Padre ayuda a mis amigos en hacer esta oración, Señor Jesús me arrepiento de mis pecados, ya no quiero seguir en el pecado y creo que tu moriste por mis pecados y en este momento te abro mi corazón y te invito a entrar. Gracias por entrar, gracias por la vida eterna que solo tú puedes dar, y ahora Señor te pido que les ayudes a dar el ejemplo de un verdadero hijo tuyo. En el nombre de Jesús. Amén.
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