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La Salvación De Dios
La Salvación De Dios - Parte 4
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Duración: 00:14:30 Minutes
Listens:
4
Aired on Jun 25, 2020

Escritura

1 Corintios 1:17-31; 2 Corintios 6:2; Hebreos 3:7-8; Isaías 1:18; Juan 16:8; Hechos 2:37; Lucas 13:3; Mateo 3:3; Mateo 3:7-8; Romanos 4:2-3; Hechos 16:31

Pues no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el evangelio; no con sabiduría de palabras, para que no se haga vana la cruz de Cristo. 18 Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios. 19 Pues está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, Y desecharé el entendimiento de los entendidos. 20 ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo? 21 Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación. 22 Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría; 23 pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura; 24 mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios. 25 Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres. 26 Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; 27 sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; 28 y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, 29 a fin de que nadie se jacte en su presencia. 30 Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención; 31 para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor. (1 Corintios 1:17-31) Porque dice: En tiempo aceptable te he oído, Y en día de salvación te he socorrido. (2 Corintios 6:2) Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: Si oyereis hoy su voz, 8 No endurezcáis vuestros corazones, Como en la provocación, en el día de la tentación en el desierto, (Hebreos 3:7-8) Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana. (Isaías 1:18)

Abramos nuestras Biblias nuevamente a I Corintios 1:17-31, “Pues no me envió Cristo a bautizar sino a predicar el evangelio, no con sabiduría de palabras para que no se haga vana la cruz de Cristo porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden, pero a los que se salvan esto es a nosotros es poder de Dios pues está escrito “destruiré la sabiduría de los sabios y desecharé el entendimiento de los entendidos” ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo? Pues ya que en la sabiduría de Dios el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación, porque los judíos piden señales y los Griegos buscan sabiduría, pero nosotros predicamos a Cristo crucificado , para los judíos ciertamente tropezadero y para los gentiles locura, más para los llamados así judíos como griegos, Cristo poder de Dios y sabiduría de Dios porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres, pues mirad hermanos vuestra vocación que no sois muchos sabios según la carne ni muchos poderosos ni muchos nobles, sino que lo necio del mundo escogió Dios para avergonzar a los sabios y lo débil del mundo escogió Dios para avergonzar a lo fuerte, y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios y lo que no es para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia, más por Él estáis vosotros en Cristo Jesús el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención, para que como está escrito el que se gloria gloríese en el Señor”.   Hoy vamos a platicar acerca del tema “Cuando Dios salva”. Hay dos formas en las cuales podemos considerar este asunto, una forma es de un punto de tiempo, la otra forma es desde un vistazo del tiempo de ciertas acciones. En primer lugar, vamos a reconocer que Dios sólo trata en el tiempo presente en cuanto a la salvación se concierna. Es cierto que su salvación es para siempre y yo podría decir que Dios me salvó en el pasado, me está salvando en el presente y me salvará el futuro, pero la salvación tiene que ser una realización presente para ser una experiencia del futuro. La experiencia del futuro en cuanto a la salvación es simplemente la continuación de la salvación que nos viene cuando recibimos a Jesús como nuestro Salvador. Cuando la Biblia nos habla de Dios y la salvación de uno, nos está hablando de una experiencia del tiempo presente. La Biblia declara en II Corintios 6:2 “He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación”.   El hombre no puede considerar este asunto en el día de mañana porque el hombre no puede estar seguro de que mañana estará vivo, por eso es que Hebreos 3:7-8 nos dice de esta manera “si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones”. En Isaías 1:18 Dios extiende la invitación a los pecadores “Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta, si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos, si fueren rojos como el carmesí vendrán a ser como blanca lana”. ¿Cuándo salva Dios? Él salva después de que el hombre está convencido de que tiene pecado. Ninguna persona puede ser salvo sin haber sentido convicción de pecado, la convicción es darse cuenta que uno ha pecado en contra de Dios, es reconocer que uno es transgresor de la Ley de Dios, de su palabra y de su voluntad. Ninguna persona desearía la salvación sin que hubiera convicción, es en la convicción que vemos nuestra necesidad de recibir el perdón de Dios. El hombre se convence de sus pecados únicamente como resultado del poder de la palabra de Dios y del Espíritu Santo. Antes de su partida al cielo Jesús dijo que el enviaría al Espíritu Santo. Juan 16:8 dice “y cuando Él venga convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio”. En el día de Pentecostés la gente escuchó el mensaje de Pedro mientras que él les predicaba de cómo ellos habían crucificado al Mesías, el Redentor que Dios les había prometido. La Biblia nos dice en Hechos 2:37 “al oír esto, se compungieron de corazón y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles Varones hermanos ¿Qué haremos?” ¿Qué diferencia hubo cuando el Espíritu Santo los estaba convenciendo del pecado que ellos habían cometido? Antes estos eran arrogantes, orgullosos y hasta habían clamado por la sangre y la muerte de Cristo Jesús, pero cuando la convicción vino sobre ellos estaban acongojados por la maldad que habían hecho y clamaron en voz alta pidiendo ayuda espiritual. Ese día de convicción fue un día de salvación para muchos de ellos. “¿Cuándo es que salva Dios?” Él salva cuando el hombre se arrepiente.   Jesús declaró en Lucas 13:3 “Os digo no antes sino os arrepentís, todos pereceréis igualmente”. Jesús dijo que sin el arrepentimiento no habría salvación para ningún hombre. Demasiadas personas se unen a las iglesias sin dar indicación de convicción o pesar de sus pecados. Juan el bautista vino para decirle a la gente “arrepentíos porque reino los cielos está a mano”. Un día mientras él bautizaba a algunos creyentes en el río Jordán algunos de los fariseos y saduceos llegaron al bautismo. Juan les dijo según Mateo 3:7-8 “Generación de víboras ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera?, haced pues frutos dignos de arrepentimiento”. Juan les amonestó de que el bautismo no servía de nada sin que hubiera un arrepentimiento genuino, de hecho, la Biblia lo pone antes de la fe diciendo arrepentíos y creed en el evangelio.   Esto nos lleva al siguiente pensamiento ¿Cuándo salva Dios? Dios salva al hombre después de que este tiene convicción, está arrepentido, y llega al punto de la fe. La Biblia nos da el ejemplo de Abraham en Romanos 4:2-3, su fe y no sus obras lo llevaron a la justicia y salvación, sus obras era una manifestación externa de la fe que tenía por dentro de su ser. Jesús dijo que el que en Él creyera, tendría vida eterna, esta es una realidad. Pablo y Silas amonestaron al carcelero de Filipos, “Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo” Hechos 16:31. El carcelero creyó y fue salvo, este creer es confiar, es confiar plenamente y depender en Cristo creyendo que Él es tu único y suficiente Salvador ¿Tienes tú esta fe? ¿Estás convencido de que has pecado en contra de Dios? ¿Te has arrepentido para con Dios? ¿Le has pedido a Dios que te perdone y que te dé la salvación? ¿Confiarás en Jesús en este momento como tú único y suficiente Salvador?   Padre en esos momentos te pido que permitas que tu Espíritu Santo convenza de pecado a muchos de mis amigos que en estos momentos están escuchando. Ayúdales a arrepentirse y a recibir a Jesucristo en este mismo momento. En el nombre de Jesús te lo pido. Amén  

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