29 No intentes mal contra tu prójimo Que habita confiado junto a ti. 30 No tengas pleito con nadie sin razón, Si no te han hecho agravio. 31 No envidies al hombre injusto, Ni escojas ninguno de sus caminos.”

No demos Traicionar a los que confían en nosotros. la palabra plan se refiere a una persona que planea intencional y premeditadamente, hacerle algo malo a su prójimo. Debemos cuidar y no buscar el mal o hacer mala aquellas personas, aquellas personas que confían en nosotros que están alrededor de nosotros, y que no esperan que nosotros seamos enemigos, sino más bien amigos. Esto nos anima a ser de una sola palabra, a no cambiar nuestra amistad, hacer alguien que se comporte igual en cualquier lugar. Quizá, mientras estaba escribiendo este proverbio, Salomón se acordaba de lo que es su padre, había hecho con el soldado Urias heteo toda la trama que hizo para poder quedarse con su madre, mandándolo al frente de la batalla a morir, y esto sucedió, David no debió haber planificado contra un siervo suyo, y la Biblia nos dice que recibió castigo debido a esta cosa que hizo mal. 2 Samuel 11:1 en adelante, nos narra esta historia. Cuántas personas nos dan cosas en confianza, esperando de nosotros, la mejor respuesta, pero muchas veces fallamos a esa confianza y a veces nosotros tomamos decisiones para traicionarles y hacer a un lado la confianza que han puesto en nosotros.   No buscar Problemas con los demás. La primera parte del versículo nos habla sobre no pleitear sin razón. Esto significa que no deberíamos entrar en confrontaciones o discusiones sin una buena causa o sin un motivo justo. En muchas ocasiones, nos dejamos llevar por nuestras emociones y nos enfrentamos a los demás sin una razón válida. Esta conducta solo generará más conflictos y hará que perdamos la razón. Los hombres contenciosos siempre dicen tener una razón para pelear con los demás. En su pervertido sentido de la justicia, tienen derecho a discutir, pelear o demandar a casi cualquier persona por daños y perjuicios. Pero Dios conoce el corazón de todos los hombres y despreciará sus pensamientos mezquinos, personales, hipócritas o vengativos. 2 TIMOTEO 2:23  “Pero desecha las cuestiones necias e insensatas, sabiendo que engendran contiendas.” La manera más fácil de crear contiendas es a través de nuestra lengua, las palabras que decimos, las veces que hablamos de otros, nuestra lengua p SANTIAGO 3:6 “Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno.” La sabiduría incluye el conocimiento y la capacidad de llevarse bien con los demás. Los sabios son gloriosos, porque saben que deben controlar la ira e ignorar las ofensas menores ( Pr 19:11 ). Saben que si son inmisericordes al pedir cuentas a los demás por sus pequeñas ofensas, Dios mismo no les perdonará sus transgresiones ¿Qué lleva a algunos hombres a ser contenciosos? ¡El orgullo! ¡Solo orgullo! ( Pr 13:10 ) No es un sentido innato de justicia o rectitud lo que los lleva a criticar, debatir, pelear u oponerse a otros. Es el orgullo de sus corazones malvados que se niegan a ser misericordiosos, a pasar por alto las ofensas pequeñas y a perdonar a los completa y fácilmente. El orgullo es condenatorio. Puedes llamarlo principio si quieres, pero Dios y todos los hombres buenos saben que es solo orgullo. ROMANOS 12:17-19 “No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres. Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres. No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.”