(Centro De Vida)
Escritura
Jesús entonces, conociendo los pensamientos de ellos, respondiendo les dijo: ¿Qué caviláis en vuestros corazones? 23 ¿Qué es más fácil, decir: Tus pecados te son perdonados, o decir: Levántate y anda? 24 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa. 25 Al instante, levantándose en presencia de ellos, y tomando el lecho en que estaba acostado, se fue a su casa, glorificando a Dios. 26 Y todos, sobrecogidos de asombro, glorificaban a Dios; y llenos de temor, decían: Hoy hemos visto maravillas.
Después de perdonar al paralítico, Jesús enfrenta la crítica de los líderes religiosos. Ellos dudan de su autoridad espiritual. Entonces Jesús plantea una pregunta: ¿Qué es más fácil decir? Para confirmar que tiene poder tanto sobre el cuerpo como sobre el alma, le ordena al paralítico: “Levántate.” Y así sucede. Un hombre que llegó en camilla sale caminando con libertad. Para concluir este maravilloso milagro, vamos a leer Lucas 5:22-26 que dice: Jesús entonces, conociendo los pensamientos de ellos, respondiendo les dijo: ¿Qué caviláis en vuestros corazones? 23 ¿Qué es más fácil, decir: Tus pecados te son perdonados, o decir: Levántate y anda? 24 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa. 25 Al instante, levantándose en presencia de ellos, y tomando el lecho en que estaba acostado, se fue a su casa, glorificando a Dios. 26 Y todos, sobrecogidos de asombro, glorificaban a Dios; y llenos de temor, decían: Hoy hemos visto maravillas. Jesús conoce los pensamientos ocultos de sus críticos. No necesita defenderse con palabras, sino con hechos. Su milagro responde a la duda: el perdón sí fue real, y ahora el paralítico camina como testimonio viviente de su poder. El hombre no solo se levanta, toma su camilla y se va glorificando a Dios, mientras todos los presentes quedan maravillados. ¿Qué nos enseña esta historia de sanidad? Primero; Jesús tiene autoridad total. Su poder no solo es sobre la enfermedad, sino sobre el pecado. Él es el Hijo del Hombre, con autoridad en la tierra y en el cielo. Segundo; El milagro responde a la obediencia. El hombre obedeció la orden de Jesús sin excusas. Su acción fue inmediata y completa. La fe se expresa también en cómo respondemos a la voz de Dios. Tercero; El testimonio transforma ambientes. El gozo de aquel hombre se volvió adoración pública. Su vida cambió, y otros también glorificaron a Dios al verlo. ¿Estás dispuesto a levantarte cuando Jesús te lo ordena? Deja de vivir cargando lo que Jesús ya perdonó. Levántate, da pasos nuevos de obediencia, toma tu camilla, tu pasado, tus heridas y testifica. Deja que otros glorifiquen a Dios al ver lo que Él ha hecho en ti.
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