Escritura
6 pero al principio de la creación, varón y hembra los hizo Dios. 7 Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, 8 y los dos serán una sola carne; así que no son ya más dos, sino uno. 9 Por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.
La mujer y el hombre al unirse en matrimonio, a pesar de ser dos personas distintas, forman uno solo, asemejando la imagen de Cristo con su Iglesia, esta unión es esencial para sostener una sociedad sana y prospera, se animan el uno al otro, se apoyan el uno al otro, aunque son una pareja una misma carne deben unirse primero a Cristo para poder lograr la mejor unión, con un cordón de tres dobleces que es imposible de separar, esta ecuación poderosa nos dice que somos uno con Cristo y uno con nuestra esposa, este crecimiento dependerá de lo unidos que ambos estén en Cristo. Los primeros llamados a mostrar el amor de Cristo, de ser uno en Cristo, son aquellos que están unidos en matrimonio para poder fortalecer la relación de la familia y por ende fortalecer la iglesia y la sociedad.
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