(Centro De Vida)
Escritura
Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa, 5 vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo. 1 Pedro 2:4 y 5 Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, 21 en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor. Efesios 2:20-21
Cuando uno inicia la construcción de una casa, lo primero que va a hacer, es asegurarse de edificarla en un lugar seguro, sobre un fundamento o en una base sólida. De nada sirve edificar una casa que tiene paredes y techo estable, sobre un fundamente inestable. Por muy buena que fuera la estructura del edificio, pronto se derrumbaría por falta de estar sobre un cimiento sólido. Tal es el problema de edificar buenas casas en áreas donde hay frecuentes terremotos o diluvios, porque si se mueve el fundamente, todo el edificio se viene para abajo. También hay otro asunto que se debe tomar en cuenta cuando uno inicia una construcción. La construcción será tan buena, como el material de que está compuesta. Todos nos acordamos de una historia que se nos contaba en nuestra infancia, de los Tres Cochinitos. Nos acordamos de que cada uno de los cochinos, hicieron su propia casa. Un lechón la hizo de paja, el otro de palos y el último construyó su casa con ladrillos. Luego vino el lobo, con un soplo fuerte, tiró la casa de paja. Con otro fuerte soplo de aire de sus poderosos pulmones, hizo caer la casa de palos. Pero cuando llegó a la casa de ladrillos, por mucho que soplara, no la pudo hacer caer y tuvo que buscar otros medios de entrar. El material de la tercera casa era demasiado para Él. Satanás es el lobo, y quiere derrumbar la casa espiritual que Dios está edificando. Pero no podrá, porque el material que Dios usará es de lo mejor; es materia espiritual; es algo que el diablo no puede derrumbar; por lo consiguiente, tiene que buscar otros métodos para entrar. Dios no usará cualquier ladrillo o piedra para edificar su casa espiritual. Él va a usar piedras vivas que pueden ser construidas sobre el fundamento, que es una roca sólida: la persona de Cristo Jesús. Usará únicamente piedras, que contienen los mismos elementos que la roca. Vamos a nuestro texto, en 1 Pedro, capítulo 2, versículo 4 y 5, para esta serie de estudios, titulados: Piedras vivas, casa espiritual, y vamos a ver qué podemos aprender el día de hoy. Nuestro texto nos dice: “Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa, vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo”. Quiero que notemos tres puntos importantes en este estudio. En primer lugar, uno tiene que acercarse a Jesucristo, quien ha sido desechado por los hombres. En segundo lugar, uno tiene que ser una piedra viva, no una piedra muerta. Y, en tercer lugar, que Dios sólo recibirá a los sacrificios, que son ofrecidos por medio de Jesús. Ahora, tomemos tiempo para analizar cada uno de esos puntos. Si vamos a ser una piedra, que Dios utilizará en su casa espiritual, tendremos que pararnos sobre el cimiento que Dios ha escogido; su Hijo, Cristo Jesús. Efesios 2:20-21, dice: “Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor”. Ningún otro fundamento será aceptado por Dios, el Padre. 1 Corintios 3:11, nos dice: “Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo”. Como vemos en nuestro texto de 1 Pedro, capítulo 2, versículos 4 y 5, la piedra principal del ángulo, Jesucristo, ha sido desechado por los hombres. Hoy día la gente busca edificar sobre muchos diferentes fundamentos. Algunos edifican sobre el poder de la familia, otros edifican sobre el dinero, otros intentan edificar sobre buenas obras, muchas personas intentan construir sobre otras personas, como: María, los santos y otras personas religiosas. Pero el resultado de edificar sobre todos estos cimientos es una casa que se va a caer. No existe ningún otro fundamento para esta casa espiritual; no hay otro. Claro está, y la Biblia lo dice, que el hombre rechaza a Jesús como la piedra principal del ángulo, y va a hacer todo lo que está a su alcance para establecer otro cimiento. Pero no puede hacer esto, y ser parte del edificio que Dios está construyendo. Simplemente, no se puede; es imposible. En segundo lugar, vemos que Dios no edificará una casa espiritual con piedras muertas. Únicamente va a usar piedras vivas. En esta vida existen dos tipos de piedras: las vivas y las muertas. Estas piedras somos nosotros. Tú eres o una piedra viva, o eres una piedra muerta. ¿Cuál es la diferencia? ¿Cómo puede uno distinguir entre una piedra viva y una muerta? La respuesta es sencilla, pero vas a tener que prestar mucha atención para comprender. Escúchame: uno no puede convertirse en una piedra viva a solas, es algo que Dios tiene que hacer. Lo que sucede es que todos tenemos un espíritu, pero nuestro espíritu, está muerto. Dios no utilizará a una persona que está muerta espiritualmente, para edificar su casa espiritual. La manera en que uno llega a tener vida en su Espíritu es por medio de nacer espiritualmente. Este nacimiento sólo Dios lo puede llevar a cabo, y únicamente lo hará, cuando nosotros somos obedientes a Él. Nuestro texto nos enseña que tenemos que acercarnos a Jesús, quien es la piedra viva. ¿Cómo es que nos acercamos a Jesús? Lo hacemos de la misma manera en que se les ha explicado, vez tras vez, en este programa: Uno reconoce que está muerto, debido a sus pecados; uno se arrepiente de sus pecados y pide perdón a Jesús, quien es el único quien puede salvarnos de nuestros pecados; y uno le pide que entre al corazón, tomando posesión de todo, aceptándole como Salvador y Señor. En el preciso instante en que uno hace esto, Dios envía a su Espíritu Santo, a entrar en el espíritu humano de uno, y le da vida. Esto lo hace porque ha prometido hacerlo. Lo único que nosotros podemos hacer es creerle, aunque no podamos ver lo que sucede, y aunque no entendamos por qué es que Dios lo hace. Esto es lo que se llama fe. Así es como uno deja de ser una piedra muerta y se convierte en una piedra viva. Y esta clase de piedra es la que Dios utilizará para construir su casa espiritual. Nadie puede llegar a tener vida espiritual aparte de la persona de Cristo Jesús. El que desecha a Jesús como el fundamento sobre el cual vivir, morirá físicamente porque ya está muerto espiritualmente, e irá al infierno. Como dijimos anteriormente, muchos desean poner otros fundamentos, pero hacer esto, es construir una casa que pronto caerá. Nadie iba a construir un edificio, poniendo la mitad sobre roca y la mitad sobre arena. La arena se movería y aún la parte que está sobre la roca, sería arrastrada por la parte que fue construida sobre la arena. De igual manera, si tú estás confiando un poco en Jesús, un poco en María, un poco en los santos, y un poco en la religión, buenas obras o cualquier otra cosa, estás edificando sobre muchos fundamentos y vas a caer. No existe otro fundamento más que Jesús. Fue nuestro Señor quien dijo, en Juan 14:6, “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”. 1 Timoteo 2:5, dice. “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre”. Hechos 4:12, nos enseña: “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos”. Y aún con todo esto, que más claro no puede cantar un gallo, el hombre está obstinado en rechazar a Cristo como el único fundamento, y Satanás, está encantado. En tercer lugar, tenemos que comprender que Dios sólo aceptará los sacrificios que vienen de parte de su Hijo Jesucristo. La Biblia nos enseña que nuestras buenas obras son como trapos de inmundicias a los ojos de Dios. Lo único que Él aceptará de parte nuestra, es lo que hacemos en nombre o de parte de Jesús. Esa es la razón por la cual, Colosenses 3:17, nos dice. “Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús”. Esa es la razón por la cual uno debe unirse a la iglesia, porque es el cuerpo de Cristo aquí en la tierra. Cosas que se hacen aparte del cuerpo de Cristo, no son aceptadas a Dios. Conste que esta casa espiritual, de que estamos estudiando, es la iglesia. Bueno, el tiempo se nos ha ido, así que vamos a orar y continuaremos nuestro estudio, en el próximo programa. Oremos. Padre, gracias te damos por todas tus bendiciones. Agradecemos mucho el hecho de que nos hayas dejado tu Palabra para instruirnos en tus caminos, y por el Espíritu Santo, quien nos guía a toda la verdad. Padre, quiero pedirte de una manera especial por mis amigos que no se han acercado a la piedra viva. Te suplico que les hables al corazón y que abandonen sus creencias, en toda cosa fuera de la persona de Cristo Jesús, pues sino lo hacen, nunca podrán ser parte de esta casa espiritual, se morirán, e irán al infierno. Te ruego por sus almas, hazles comprender; te lo suplico en el nombre de Jesús. Amén.
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