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Piedras Vivas
Construyamos Una Casa Espiritual
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Abr 03, 2023
Abr 03, 2023
Duración:
00:14:32 Minutes
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Escritura

Génesis 11:8; 1 Pedro 2:4 y 5.

Así los esparció Jehová desde allí sobre la faz de toda la tierra, y dejaron de edificar la ciudad. Génesis 11:8 Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa, 5 vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo. 1 Pedro 2:4 y 5

¿Te acuerdas del relato bíblico concerniente a la Torre de Babel? ¡Imagínate! Antes de esa época, todos hablaban el mismo idioma. No tenían la confusión que tenemos hoy día, y podían viajar a cualquier lugar sin necesidad de aprender otro idioma. Pero regresando al asunto de la Torre, siempre me he hecho la pregunta: “¿Por qué desagradó a Dios, que los hombres quisieran edificar una torre para llegar hasta el cielo donde estaba Él? ¿Acaso no quiere Dios que le busquemos? ¿Acaso no desea tener compañerismo Dios con su creación?   El asunto es que la torre fracasó por el simple hecho, de que no era para que el hombre se acercara a Dios. No la iban a edificar con el fin de tener compañerismo con el Creador. La razón por la cual deseaban edificar la torre era para su propia gloria, un monumento a la grandeza del hombre. Otra razón era porque no deseaban esparcirse sobre la faz de la tierra, así como Dios les había ordenado. La torre iba a ser un punto de referencia para mantener unida a la humanidad. Todo el asunto era, edificar una torre tan alta, que podía estar a la vista de todos, y así uno no se podía perder. De esta manera, todos podían permanecer unidos.   Esto no era la voluntad de Dios. Él había ordenado a Adán y Eva, a multiplicarse y llenar la tierra; no quedarse en un solo lugar. Entonces Dios se vio obligado a interferir en los planes del hombre, para que su voluntad, se pudiera llevar a cabo. Confundió el hablar de la gente, y como no se comprendían, pues no pudieron ponerse de acuerdo para edificar la torre. Finalmente, lo que sucedió, fue que los que se entendían se apartaron de los demás, y Génesis 11:8 nos dice: “Así los esparció Jehová desde allí sobre la faz de toda la tierra”.   Hoy el hombre sigue construyendo monumentos para sí mismo, castillos en el aire, sin tomar en cuenta la voluntad de Dios. Hoy Dios sigue involucrándose en la vida de los hombres, para llevar a cabo su voluntad. Y ¿sabes quién va a ser victorioso? Yo creo que sí sabes. Dios quiere que construyamos un edificio, una torre, si es que queremos llamarla así. Pero este edificio, es algo especial, y debe ser construido de acuerdo al plan maestro de Dios. El diseño ha sido dibujado por Él. Él es quien proveerá los materiales necesarios, y Él es el ingeniero encargado de la construcción.   En esta serie de cinco estudios, vamos a observar algunos puntos importantes, en relación a este edificio que Dios quiere que los hombres construyamos. Encontramos el diseño o plan de construcción, en 1 Pedro, capítulo 2, versículos 4 y 5. Vamos a nuestras Biblias para ver lo que nos dice: “Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa, vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo”. Lo que más me interesa en estos versículos, es que Dios quiere que construyamos una casa, pero no es una casa cualquiera. No es una casa común y corriente. Es una casa especial; edificada de una manera especial, sobre un fundamento especial, y por una razón muy especial. No es una casa muerta y estable, sino una casa viva y vibrante, llena de energía y amor. Es hecha de piedras vivas, y edificada sobre la roca, Jesucristo mismo. Es una casa que puede amparar a los miles de necesitados, brindándoles refugio, seguridad y descanso, y todo esto, para la honra y gloria de Dios.   En estos dos versículos, encontramos algunas verdades, que nos muestran la manera, en la cual tenemos que construir esta casa. Vamos a hacer un corrido ligero de estos puntos hoy, y en los próximos cuatro estudios, podemos profundizarnos un poco más, viendo estos puntos con más detalles.   En primer lugar, notamos que esta construcción se tiene que levantar con materiales vivos. No se puede edificar una casa viva, con materiales muertos. La Biblia nos enseña que el mundo se compone de dos tipos de personas. Los primeros son aquellos que tienen vida física, pero que nunca han nacido espiritualmente. La manera en que uno nace espiritualmente es por medio de arrepentirse de los pecados que uno ha cometido, pedir perdón a Jesús, el Creador, y aceptar el sacrificio que Él hizo en la cruz del calvario, creyendo que Él murió por los pecados que uno cometió, que fue sepultado, pero que resucitó al tercer día y que hoy está vivo. Uno le pide a ese Jesús, entrar al corazón de uno, aceptándole como único y suficiente Salvador. Cuando uno hace esto, Dios le hace nacer espiritualmente y el individuo se convierte en el segundo tipo de persona: los que tienen vida física, pero tienen vida espiritual, también. La casa que Dios quiere que se construya, será edificada con el segundo tipo, o sea, los que tienen vida espiritual. ¿Por qué? Porque la casa que se está construyendo es una casa espiritual y, no puede construirse una casa espiritual, con piedras muertas, sino piedras vivas.   Conste que hoy existen muchas religiones e iglesias, que no pertenecen a la casa espiritual que Dios desea, porque están llenas de piedras muertas, o sea, personas que nunca han aceptado a Jesús como Salvador, y por lo consiguiente, no tienen vida espiritual. Pueden hacer algunas cosas buenas, pero no tendrán el poder de Dios, porque no son piedras vivas, y Él no los usará para su construcción.   En segundo lugar, debemos notar que estas piedras vivas, van a ser edificadas en una casa espiritual. Hoy día, tenemos demasiados cristianos que se creen llaneros solitarios. Piensan que Dios los ha llamado únicamente a ellos, y que no existe nadie, quien puede hacer el trabajo mejor que ellos. No quieren cooperar con otros, no quieren ser responsables de nadie; sólo quieren hacer sus propias cosas cuando ellos lo sientan conveniente. Esto no es lo que Dios quiere. Dios quiere que trabajemos unidos, ayudándonos los unos a los otros, como un solo cuerpo. Todo esto involucrará que, ciertos individuos comprendamos, la necesidad de aceptar la cadena de autoridad que Dios ha establecido. Que estemos dispuestos a cooperar, obedecer y humillarnos muchas veces ante otros. Sólo así, es que podremos ser utilizados como piedras vivas, en este edificio que Dios construirá.   En tercer lugar, vemos que esta casa espiritual es una casa de sacerdocio santo. ¿Quiénes son los sacerdotes? Pues, las piedras vivas. Todo aquel que ha recibido a Jesús en su corazón, es considerado sacerdote por Dios. Esto lo veremos más a fondo en otro estudio. Pero por el momento, quiero que entendamos, que esta casa espiritual de sacerdocio santo tiene el fin de ofrecer sacrificios espirituales que serán aceptables a Dios. Estos sacrificios sólo pueden ser agradables y aceptados por Dios, si es que vienen por medio de su Hijo Jesucristo. ¿Cómo puede venir por medio de Jesús el sacrificio, cuando es la casa espiritual la que lo está haciendo? La respuesta es sencilla. La casa espiritual de la cual estamos hablando, no es otra cosa más que la iglesia, y la iglesia, es el cuerpo de Jesús. Por lo consiguiente, cuando esta casa espiritual hace las cosas correctamente, por las razones correctas, es Jesús quien está haciendo las cosas, y por eso Dios recibe el sacrificio. Dios Padre, se complace únicamente con lo que hace Jesús, su Hijo.   En cuarto lugar, necesitamos comprender que el resultado de todo esto, no es para levantar un monumento al hombre, sino levantar un recordatorio vivo de la gracia de Dios para su honra y su gloria. Un monumento vivo y eterno, que permanecerá por los siglos de los siglos, sin fin, porque es una casa espiritual que trata de lo eterno. No una casa física que pronto se acabará; un monumento de almas agradecidas que cantarán alabanzas a Jesús, por toda la eternidad, agradecidas por el perdón y la misericordia de Dios, Todopoderoso.   Todos tenemos una tarea que realizar, si es que vamos a cumplir con el propósito de nuestra existencia, Lo que necesitamos estar haciendo, es construir una casa espiritual, la cual ofrecerá sacrificios agradables a Dios, por medio de Cristo Jesús. Los que no han recibido a Jesús, necesitan hacer eso, antes de poder hacer ninguna otra cosa, pues son piedras muertas y se necesitan piedras vivas para la construcción. Los que ya hemos recibido a Jesús, necesitamos unirnos con nuestros hermanos en la fe y luchar por construir este edificio. En realidad, todos tenemos mucho trabajo que hacer, así que ¡Al ataque!   Vamos a orar. Padre, comprendemos que tenemos un trabajo de por vida delante de nosotros. Muchos de mis amigos que están escuchando en este momento, no te conocen, no han nacido espiritualmente, aún están muertos en sus delitos y pecados. El asunto es que no han comprendido debido a que Satanás tiene sus ojos vendados. Te suplico que les permitas ver la luz del evangelio. Y en cuanto a nosotros tus hijos, ayúdanos a comprender la importancia de ser piedras vivas y no piedras de tropiezo. Ayúdanos a construir este lugar especial que traerá honra y gloria a tu nombre. Te lo suplicamos en el nombre de Jesús. Amén.

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