(Centro De Vida)
Escritura
Y todos daban buen testimonio de él, y estaban maravillados de las palabras de gracia que salían de su boca, y decían: ¿No es este el hijo de José? 23 Él les dijo: Sin duda me diréis este refrán: Médico, cúrate a ti mismo; de tantas cosas que hemos oído que se han hecho en Capernaum, haz también aquí en tu tierra. 24 Y añadió: De cierto os digo, que ningún profeta es acepto en su propia tierra. 25 Y en verdad os digo que muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando el cielo fue cerrado por tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en toda la tierra; 26 pero a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda en Sarepta de Sidón. 27 Y muchos leprosos había en Israel en tiempo del profeta Eliseo; pero ninguno de ellos fue limpiado, sino Naamán el sirio. 28 Al oír estas cosas, todos en la sinagoga se llenaron de ira; 29 y levantándose, le echaron fuera de la ciudad, y le llevaron hasta la cumbre del monte sobre el cual estaba edificada la ciudad de ellos, para despeñarle. 30 Mas él pasó por en medio de ellos, y se fue. 31 Descendió Jesús a Capernaum, ciudad de Galilea; y les enseñaba en los días de reposo. 32 Y se admiraban de su doctrina, porque su palabra era con autoridad. Lucas 4:22-32 Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. 1 Corintios 2:14
Cómo me hubiera gustado oír predicar al Señor Jesús. Según los que tuvieron el privilegio de oír sus sermones, nadie podía hablar como el maestro. Hablaba con autoridad; hablaba palabras de vida eterna; cómo me hubiera gustado oírle predicar. Una de las cosas que me ha costado entender es cómo algunas personas pudieron rechazar su mensaje, pero es cierto hubieron personas que se enojaron al oír su mensaje de verdad. Más de una vez su vida fue amenazada por personas que rehusaban creer lo que Él enseñaba. Estoy haciendo mención de esto, porque creo que tiene mucho que ver con el ser nosotros como Jesús, no debemos sorprendernos cuando las personas no estén de acuerdo con nosotros en lo que concierne a Dios. Aunque la gente no estuviera de acuerdo con la enseñanza de Jesús, esto no hizo que Jesús cambiara; Él se mantuvo firme en cara de toda oposición, y si nosotros queremos ser como nuestro Señor, tendremos que pararnos firmes en lo que Dios dice. Muchas personas se nos van a oponer cuando les enseñamos las verdades de Dios, y esto nos trae a la otra verdad que debemos estudiar. Jesús no cambió su mensaje para que coincidiera con las opiniones de los demás, quiero que vayamos al libro de Lucas, capítulo 4, para estudiar esta ilustración en la vida de Jesús. Después de ser bautizado por Juan, ungido por el Espíritu, y tentado por el diablo en el desierto, Jesús regresó a la ciudad de Nazaret; y en el día de reposo fue a la Sinagoga, así como siempre acostumbraba a hacer. Se le pidió que leyera las Escrituras, y comenzó a leer desde una cita en Isaías, capítulo 61, Él dijo: “El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido”, y luego predicó diciendo: “Hoy se ha cumplido esta escritura delante de vosotros” Y fue en ese momento cuando surgió la oposición. Según Lucas 4:22-32, esto es lo que sucedió, leamos: “Y todos daban testimonio de Él, y estaban maravillados de las palabras de gracia que salían de su boca, y decían: ¿No es este el hijo de José? Él les dijo: Sin duda me diréis este refrán: Médico, cúrate a ti mismo; de tantas cosas que hemos oído que se han hecho en Capernaúm, haz también aquí en la tierra. Y añadió: De cierto os digo, que ningún profeta es acepto en su propia tierra. Y en verdad os digo que muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando el cielo fue cerrado por tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en toda la tierra; pero a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda en Sarepta de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempo del profeta Eliseo; pero ninguno de ellos fue limpiado, sino Naamán el sirio. Al oír estas cosas, todos en la sinagoga se llenaron de ira; y levantándose, le echaron fuera de la ciudad, y le llevaron hasta la cumbre del monte sobre el cual estaba edificada la ciudad de ellos, para despeñarle. Mas él pasó por en medio de ellos, y se fue. Descendió Jesús a Capernaúm, ciudad de Galilea; y les enseñaba en los días de reposo. Y se admiraban de su doctrina, porque su palabra era con autoridad”. Ahora quiero señalar cinco cosas en referencia a este incidente histórico, quizás tú estás pasando por uno de estos cinco elementos, así que escucha con mucha atención. En primer lugar, debemos reconocer que la oposición nos puede venir, aun cuando estamos dentro de la voluntad de Dios, menos de dos meses antes del evento en Nazaret, Jesús había sido ungido con el Espíritu Santo por Dios el Padre, el Padre había dicho: “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia”. Desde ese día en adelante Jesús caminó lleno del Espíritu, y guiado por el Espíritu. Es evidente que su unción había sido aprobada por Dios, y sin embargo Jesús fue rechazado por los hombres. Las opiniones de los hombres no reflejan la mente de Dios, es común que el hombre natural se equivoque concerniente a verdades divinas. 1 Corintios 2:14, nos enseña que el “hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente”. El rechazo de los hombres no es señal de que uno está fuera de la voluntad de Dios, debemos pararnos firmes, no importa si el hombre nos aplaude, o se nos ponga en contra. En segundo lugar, debemos reconocer que la oposición mayormente viene desde un punto de vista física y terrenal, algunas personas se oponían a Jesús porque conocían a su familia terrenal, dijeron: “¿No es este el hijo de José? ¿No es este el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos Jacobo, José, Simón y Judas? ¿No están todas sus hermanas con nosotros? De dónde pues, tiene éste todas estas cosas.” Es posible que tengamos que pasar por la experiencia de ser rechazados por aquellos quienes mejor nos conocen, muchos tienen dificultad al hablar de Cristo con sus familias y amigos, pero eso no significa que estamos fuera de la voluntad de Dios; si a Jesús le sucedió, a nosotros también nos puede suceder, pase lo que pase, debemos pararnos firmes en la cara de la oposición y el rechazo. En tercer lugar, la oposición vendrá debido a que el hombre no quiere recibir la verdad. La población de Nazaret quería ver milagros, antes de creer en las palabras de Jesús; Jesús les hizo un llamado a tener fe en Dios, pero porque no creyeron en su palabra, perdieron grandes bendiciones que el Señor les habría dado. Jesús les hizo recordar que los que recibieron bendición de Dios, por medio de Elías y Eliseo, habían sido extranjeros quienes habían confiado en Dios; aquellos quienes son de la verdad recibirán al mensajero de Dios, y el que no recibe al mensajero de Dios indica su rechazo por las verdades de Dios. Jesús dijo en Juan 13:20: “De cierto, de cierto os digo: El que recibe al que Yo enviare, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió”. Sólo somos representantes de nuestro Señor, al rechazarnos a nosotros, realmente rechazan a Cristo. En cuarto lugar, la oposición puede ser violenta, en ese día en la Sinagoga de Nazaret, el pueblo se llenó de ira contra Jesús tomaron al Señor y lo subieron a la cumbre de una montaña, y de ahí lo iban a lanzar para abajo, dándole muerte, querían deshacerse de Él, ¿y por qué? Porque les dijo la verdad. Muchos cristianos en el mundo hoy están experimentando tal oposición y rechazo, más cristianos han sido perseguidos a muerte en nuestra generación, que en cualquier otra generación de la historia cristiana. Si tú vives en un lugar pacífico dale gracias a Dios y sigue testificando; y si vives en un lugar de persecución, confía en Dios y sigue dando testimonio de la verdad. En quinto lugar, la oposición no debe intimidarnos hasta el punto de ser negligentes con nuestras responsabilidades cristianas. Jesús tuvo que salir de Nazaret, la oposición era tal que no pudo seguir en ese lugar, pero no dejó de enseñar las cosas de Dios, sólo cambió de campo. Cada uno de nosotros experimentaremos oposición de otros, especialmente si luchamos por la justicia de Dios; pero debemos continuar, aun en cara de la oposición, eso fue lo que hizo nuestro Señor. Ojalá nuestro sentir sea el del apóstol Pablo, quien dijo en Hechos 20:24 “Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida, para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios”. Puede que seamos abusados físicamente, por aquellos quienes rechazan la verdad, pero debemos seguir firmes y constantes, así como nuestro Señor. Vamos a orar. Padre hoy finalizamos otra serie de estudios, hemos visto diez lecciones sobre cómo podemos ser como Jesús. Hoy aprendimos que debemos permanecer firmes en la verdad, aprendimos que habrá oposición de parte de los que no quieren oír la verdad, pero debemos permanecer siempre firmes. Ayúdanos a practicar lo que predicamos, porque te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.
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