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Siendo Como Jesús - Parte II
Se Parte De Adoración Publica
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Jul 13, 2022
Jul 14, 2022
Duración:
00:14:32 Minutes
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Escritura

Lucas 4:14-27; Juan 6:11

Y Jesús volvió en el poder del Espíritu a Galilea, y se difundió su fama por toda la tierra de alrededor. 15 Y enseñaba en las sinagogas de ellos, y era glorificado por todos. 16 Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo[a] entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer. 17 Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito: 18 El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; 19 A predicar el año agradable del Señor. 20 Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él. 21 Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros. 22 Y todos daban buen testimonio de él, y estaban maravillados de las palabras de gracia que salían de su boca, y decían: ¿No es este el hijo de José? 23 Él les dijo: Sin duda me diréis este refrán: Médico, cúrate a ti mismo; de tantas cosas que hemos oído que se han hecho en Capernaum, haz también aquí en tu tierra. 24 Y añadió: De cierto os digo, que ningún profeta es acepto en su propia tierra. 25 Y en verdad os digo que muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando el cielo fue cerrado por tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en toda la tierra; 26 pero a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda en Sarepta de Sidón. 27 Y muchos leprosos había en Israel en tiempo del profeta Eliseo; pero ninguno de ellos fue limpiado, sino Naamán el sirio. Lucas 4:14-27 Y tomó Jesús aquellos panes, y habiendo dado gracias, los repartió entre los discípulos, y los discípulos entre los que estaban recostados; asimismo de los peces, cuanto querían. Juan 6:11

Si queremos ser como Cristo tendremos que asistir a las reuniones de creyentes con el propósito de adorar públicamente a Dios con ellos, claro está que si uno está enfermo de tal manera que no puede asistir a dichas reuniones no está incluido en lo que digo. Pero yo estoy hablando de personas que no tienen ninguna enfermedad que les prohíba asistir a lugares de adoración a Dios. Después de ser bautizado por Juan el bautista en el Jordán y ser tentado por el diablo en el desierto, Jesucristo regreso a su hogar en Nazaret de Galilea, allí Él nos dio una buena lección de la importancia y manera de adorar públicamente a Dios. Si tienes una Biblia quiero que vayas conmigo al libro de Lucas y vamos a estudiar del capítulo 4 los versículos 14 al 27. Espero que encontremos algunos principios que nos guiaran a ser más como Jesús en cuanto a nuestra adoración a Dios. Jesús iba a los lugares donde se adoraba a Dios durante toda su vida terrena, la primera referencia que tenemos concerniente a su asistir al templo se encuentra en Lucas 2:22-39. Nos habla de cuando José y María llevaron al niño al templo en Jerusalén para dedicarle al Señor cuando tenía apenas 6 semanas de edad, esto era costumbre de los judíos; en el templo se encontraban dos ancianos, Simeón y Ana. Ambos alabaron al Señor por la venida del Salvador por quien habían estado esperando tanto tiempo. La segunda mención que tenemos de Jesús en el templo es cuando tiene la edad de 12 años, ahí Jesús observaba algunos ritos que los judíos tenían, nuevamente estaba ahí con sus padres. La siguiente mención que tenemos de Jesús en el templo es cuando tiene 30 años de edad, Lucas 4:16 nos dice: “y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer”. Lo importante en este versículo son las palabras “conforme a su costumbre”. Quiero que veamos el hecho de que Jesús tenía costumbre de estar en la sinagoga en el día del Señor, Jesús iba a la casa de Dios a adorar a Dios en su día, por lo consiguiente si queremos ser como Jesús tendremos que tener un deseo sincero de reunirnos con aquellos quienes creen en Dios para adorarle en los tiempos señalados. Lo importante es asistir a una iglesia donde se enseña la verdad y donde se adora a Dios en espíritu y en verdad.   Jesús hizo más que solo ir a los servicios, Él participo en las actividades de adoración. La Biblia nos enseña en Lucas 4:16 que Jesús se levantó a leer, todos los estudiantes de la Biblia te pueden asegurar que Jesús enseñaba en las sinagogas donde iba. Jesús nos dio un ejemplo de dar contribuciones financieras para apoyar nuestra religión, Mateo 17:24-27 nos recuerda el momento cuando Pedro agarro un pez que tenía dinero en su boca para pagar los impuestos de Jesús y suyos. Conste que el impuesto que iba a pagar era un impuesto del templo, ninguno podía acusar de ser negligente en cuanto a la costumbre de pagar el diezmo u ofrendar.   Jesús nos enseñó a orar en las reuniones de adoración publica a Dios, Él nos dio el ejemplo por medio de orar Él mismo en público. Juan 6:11 nos habla del momento cuando Jesús oro antes de multiplicar los peces y el pan para darle de comer a la multitud. Juan 11:41 y 42 nos relata como Jesús oro ante la tumba de Lázaro antes de resucitarle de la muerte. Juan 17 nos da la oración sacerdotal de nuestro Señor, oración que fue hecha en presencia de los discípulos, Jesús aun nos dio la oración modelo conocido por muchos como el Padre Nuestro. Para que pudiéramos seguir su ejemplo en la oración, dicha oración fue diseñada para ser orado en público, pues dice: “Padre Nuestro que estas en los cielos” en vez de “Padre mío”. Dice “Danos hoy nuestro diario pan” en vez de “dame mi diario pan”. Todo esto es seña de que Jesús quería que oráramos en asamblea pública. Si vamos a ser como Jesús tendremos que compartir las experiencias en oración con la congregación donde nos reunimos, aun cuando otra persona es la que dirige en oración nosotros debemos estar orando con ellos en nuestro corazón poniéndonos de acuerdo con lo que pide al Padre.   Jesús magnificaba la Biblia en su adorar públicamente, lo primero que hizo en la sinagoga en Nazaret fue pararse para leer las Escrituras, en hacer esto Jesús estaba mostrando respeto por la Palabra de Dios. Algunas porciones de la Biblia son más apropiadas en ciertos tiempos que otras, por esta razón Jesús selecciono cuidadosamente el pasaje que leería ese día en la sinagoga en Nazaret. Él leyó en parte desde una cita en Isaías 61:1, Él leyó: “El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas; a predicar el año agradable del Señor”.  Jesús escogió ese pasaje porque era apropiado para la ocasión, él escogió ese pasaje porque luego pretendía declarar delante de Dios y los hombres que esa porción de las escrituras se había cumplido delante de ellos. Jesús no solo leía las Escrituras, sino que daba tiempo para la explicación de la Palabra también. Según Lucas 4:22 cuando Jesús explicaba la Palabra de Dios todos están maravillados de las Palabras de gracia que salían de su boca. Tal es el ministerio del predicador y maestro de las Escrituras hoy día leer y explicar, de hecho, maestros y predicadores son responsables delante de Dios de enseñar bien ósea correctamente las Escrituras. Yo doy gracias a Dios por todos los hermanos en la fe que están haciendo bien su trabajo en esta área de la enseñanza. Pero Jesús no solo leía la Biblia y la explicaba, también aplicaba las verdades de la Biblia a la vida de sus oyentes; muchas personas no recibieron con bien las enseñanzas del Señor Jesucristo, muchos no querían aplicar las Escrituras a sus vidas se preguntaban ¿No es este el hijo de José el carpintero? Al pronunciar estas palabras, ellos estaban rechazando la autoridad de Jesús de enseñarles la Palabra de Dios, rechazaban su mensaje y su autoridad pero que tristeza cometieron un trágico error, se enojaron de tal manera con Jesús que le llevaron fuera de la sinagoga y de la ciudad e iban a darle muerte. Imagínate todo esto sucedió en su mismo pueblo, pero Jesús no cambio su enseñanza para agradar a los hombres, Jesús tenía que serle fiel a su Padre celestial; debía hablar las palabras que Dios le daba para hablar y fue fiel a la interpretación correcta y aplicación de la Palabra de Dios.   Jesús instituyo a la iglesia la cual esta entregada a la adoración publica a Dios, Jesús llamo iglesia a su grupo de discípulos. El termino iglesia significa: “llamar fuera”. Se aplica a un grupo de creyentes en Cristo Jesús, bautizados y quienes se reúnen mostrando sus creencias en lo que Jesús enseñaba por medio de ser obediente a sus mandatos. El término que es usado en el griego también podría ser traducido “asamblea” o “congregación”, eso nos indica que la misma naturaleza de la iglesia es que sus miembros se reúnan para adorar públicamente a Dios; no habría iglesia si no fuera por la asamblea de creyentes quienes componen a la iglesia. La Biblia nos da esta exhortación en cuanto a adorar públicamente a Dios con otros hermanos de la misma fe. Hebreos 10:24 y 25 nos dice, “Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca”. Si, la adoración publica a Dios es una parte muy importante en la vida del cristiano, Jesús nos dio ejemplo de ello no podemos mejorar el método de nuestro Señor; si Jesús sentía la necesidad de congregarse con otros, cuanto mas nosotros tendremos necesidad de ellos.   Vamos a orar. Padre creo que podemos entender que si vamos a ser como nuestro Señor tendremos que reunirnos con otros en tu Templo para adorarte, así como Él lo hizo. Padre seguro esta que algunos de los momentos más preciosos que hemos tenido en nuestras vidas han sido en tu casa junto con nuestros hermanos y hermanas en la fe, gracias por tu iglesia Señor, gracias por habernos dado el ejemplo de reunirnos para adorarte, ayúdanos a enseñar a otros con nuestro propio ejemplo en asistir al templo cuando hay servicio. Te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.

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