(Centro De Vida)
Escritura
Él respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado. 12 Porque a cualquiera que tiene, se le dará, y tendrá más; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. 13 Por eso les hablo por parábolas: porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden. 14 De manera que se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dijo: De oído oiréis, y no entenderéis; Y viendo veréis, y no percibiréis. 15 Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, Y con los oídos oyen pesadamente, Y han cerrado sus ojos; Para que no vean con los ojos, Y oigan con los oídos, Y con el corazón entiendan, Y se conviertan, Y yo los sane. 16 Pero bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen. 17 Porque de cierto os digo, que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron. Mateo 13:11-17 Aquel día salió Jesús de la casa y se sentó junto al mar. 2 Y se le juntó mucha gente; y entrando él en la barca, se sentó, y toda la gente estaba en la playa. 3 Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar. 4 Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron. 5 Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra; 6 pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. 7 Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron. 8 Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno. 9 El que tiene oídos para oír, oiga. Mateo 13:1-9 mar
No hay duda de que Jesús sea el mejor Maestro que ha existido; Él enseñó tantas cosas de maneras diferentes para que el hombre pudiera llegar a Dios y conocer la bendición de Él en su vida. En el capítulo 13 de Mateo, Jesús enseñó con parábolas; una parábola era una historia basada sobre algo físico y material que era usado para tipificar o simbolizar algo espiritual, al hablar Jesús en parábola, sus discípulos le preguntaban ¿Por qué? Él les contestó “Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; más a ellos no les es dado. Porque a cualquiera que tiene, se le dará, y tendrá más; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. Por eso les hablo por parábolas: porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden. De manera que se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dijo: De oído oiréis y no entenderéis; y viendo veréis, y no percibiréis. Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, y con los oídos oyen pesadamente, y han cerrado sus ojos; para que no vean con los ojos, y oigan con los oídos, y con el corazón entiendan, y se conviertan, y yo los sane. Pero bienaventurados vuestros ojos, que ven; y vuestros oídos porque oyen. Porque de cierto os digo, que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron” (Mateo 13:11-17). Escuchemos ahora la primera parábola que Jesús enseñó en Mateo capítulo 13, versículos 1-9: “Aquel día salió Jesús de la casa y se sentó junto al mar. Y se le juntó mucha gente; y entrando Él en la barca, se sentó, y toda la gente estaba en la playa. Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar. Y mientras sembraba, parte de la semilla, cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron. Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra; pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron. Pero parte cayó en buena tierra dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál al treinta por uno. El que tiene oídos para oír, oiga”. En los versículos 18-23, encontramos el significado de la parábola del sembrador, leamos: “Oíd, pues, vosotros la parábola del sembrador: Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino. Y el que fue sembrado en pedregales, este es el que oye la palabra, y al momento la recibe con gozo; pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o persecución por causa de la palabra, luego tropieza. El que fue sembrado entre espinos, este es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa. Mas el que fue sembrado en buena tierra, este es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno”. En el libro de Marcos la Palabra comienza con las palabras: “Oíd: He aquí, el sembrador salió a sembrar”. Eso nos indica que el Señor tenía algo importante que quería decir o compartir con sus seguidores, la parábola que Él les iba a contar era tan simple que a menos de que prestaran atención, perderían el verdadero significado de lo que les quería dar a saber; los que les iba a decir era importante y ellos debían prestar sus oídos y mente para poder comprender. En el capítulo 10 de Mateo, Jesús enviaría a sus discípulos para hacer su voluntad, los capítulos 11 y 12 nos hablan de la oposición de los fariseos, mientras buscaban ocasión para destruir a Jesús; los discípulos de Jesús pronto pudieron observar que solo unos cuantos creerían en el mensaje del maestro, llegando a ser discípulos al igual que ellos. Jesús vio la necesidad de hacerles ver que los resultados futuros de su labor y también de los desánimos que vendrían. Jesús les explicó todo esto con la parábola del sembrador, el sembrador, la semilla y las tierras. La mayoría de los autores tienen muy poco que decir en cuanto al sembrador en la parábola del sembrador, de hecho, ha habido algunos que han cambiado el título del sembrador a otros títulos, pero Jesús mismo se refiere a la parábola usando el título “El sembrador”, aunque no habla mucho en referencia al sembrador, toda la parábola está basada sobre el sembrador y su trabajo. La parábola es una guía para el que va a sembrar. Antes de todo, debemos comprender que en esta parábola Jesús es el sembrador, mientras que se sentaba en la barca a las orillas del mar de Galilea, para hablar con los que le escuchaban, Él les habló de algo que podrían comprender, no sería ridículo pensar que mientras les hablaba quizás había alguien ahí quien estaba sembrando. En esos momentos, Jesús sembraba la semilla de la Palabra de Dios y sus discípulos tendrían que seguir su ejemplo, predicando el Evangelio y llegando así a ser sembradores. Al entender el significado de esta parábola los discípulos sabrían que esperar al sembrar ellos la Palabra de Dios. Jesús no les dio a entender que todo el mundo se salvaría con el mensaje que ellos esparcieran, no les dijo que por el trabajo de ellos todos los que oyeran se harían cristianos, ellos debían entender claramente que muchas personas no creerían en el Evangelio para arrepentirse de sus pecados y aceptar a Jesús, llegando a ser por medio de esto hijos de Dios. Cada creyente debería ser un sembrador. Nosotros, los que tenemos a Cristo, tenemos la obligación de servir en la obra como sembradores de la Palabra. Tres capítulos, antes de este relato, Jesús había dicho: “A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos”, y amonestó: “Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies”. Esos sembradores incluyen a todos los hijos de Dios; no es únicamente para los predicadores o maestros. Arturo Ping, dijo en una ocasión “Un niño puede brotar la semilla al igual que un hombre, el viento puede llevar esa semilla obteniendo los mismos resultados al igual que si lo hubiera sembrado un ángel”. Dios ha prometido a todos sus hijos sembradores en el Salmos 126:6 “Irán dando y llorando el que lleva la preciosa semilla; mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas”. La promesa de Dios no es que obtendremos lo que nosotros quisiéramos obtener, sino que nos asegura que esa siembra vendrá de acuerdo a su voluntad y de acuerdo a su honra y gloria. El esperar que todo hombre haga caso al Evangelio, sería imprudencia, pero, el no esperar con fe las bendiciones de Dios, también lo sería. Vamos a orar. Padre, es nuestro deber ser sembradores de tu Palabra, sabemos que no todos van a responder al mensaje de manera positiva, pero te pedimos que nos uses de todos modos, para la honra y gloria suya. Padre, ayúdanos a comprender que la semilla que sembramos es poderosa, y que, si no desmayamos, pronto veremos el resultado de nuestra labor; eso te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.
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