Él está sentado sobre el círculo de la tierra, cuyos moradores son como langostas; él extiende los cielos como una cortina, los despliega como una tienda para morar. Isaías 40:22 Cuando formaba los cielos, allí estaba yo; Cuando trazaba el círculo sobre la faz del abismo. Proverbios 8:27

Los logros de la ciencia son tan asombrosos que, para muchos como una disciplina la ciencia es el remedio para todo dolor. Siendo así, la ciencia para ellos ha llegado a ser una forma de vida, cualquier cosa que no puede ser aplicada a la ciencia para esas personas son ideas que deben ser rechazadas o descartadas por completo. Realidades espirituales no existen para estas personas pues, están completamente fuera del reino de investigaciones científicas. La ciencia por naturaleza propia es restringida a lo que se puede observar o medir, por lo consiguiente no puede ir más allá del mundo material. Con esto no estoy diciendo que todos los científicos rechazan lo espiritual, probablemente la mayoría de los científicos reconocen los límites de la ciencia y van más allá de esos límites a la fe personal en Jesucristo, sin embargo y lo digo con tristeza muchos no pueden ver más allá de esos límites y trágicamente se ciegan al potencial completo del hombre. La tragedia de poner tal énfasis sobre lo material excluyendo a lo espiritual se puede ver en los resultados de tal pensar, esta tragedia es la tragedia de rechazar iluminación, la tragedia de experiencia limitada y la tragedia de un lamento eterno. En realidad, no importa cuánta iluminación reciba el individuo de las muchas diferentes ciencias, si rechaza las verdades de la Biblia debido a que no son científicas está rechazando a la fuente más grande de iluminación. Hago esta declaración con algo de orgullo pues, el conocimiento bíblico muchas veces precede a los hallazgos científicos y ciertamente el conocimiento bíblico sobrexcede a la información científica. Aunque la Biblia no intente alumbrar a todos los conceptos científicos cuando sí hace referencia a algo científico la revelación que ella da es precisa y muchas veces precede al descubrimiento científico por cientos de años, podría darte gran número de ejemplos para ilustrar esta verdad, por ejemplo, tenemos la forma correcta del mundo, el hecho de que sea redondo. Predicho en Isaías 40:22, Proverbios 8:27 y Lucas 17:30-36, tenemos mención de la suspensión del mundo en el espacio mencionado en Job 26:7 y puedo darte muchas ilustraciones más. Consideremos el hecho de que Dios le dijera a Moisés que circuncidara a los varones de Israel cuando tenían ocho días de edad, ¿Por qué cuando cumplías ocho días? ¿Por qué no cuando nacían? La respuesta es simple, es porque la vitamina K y otro factor vital de la sangre para formar coágulos no llegan a su cumbre hasta entre el quinto y séptimo día después del nacimiento. Después del séptimo día llegan a sus cantidades normales para la coagulación, por lo consiguiente el día lógico para la circuncisión es en el octavo día, el día en que estos dos factores están en sus cantidades máximas. En esto, debido a que el Dios que todo lo sabe, fue quien nos da esta revelación por medio de la Biblia vemos que la verdad bíblica precede al descubrimiento científico. Son muchas las áreas en que la Biblia y la ciencia concuerdan, sin embargo, en otras áreas, la revelación bíblica sobrepasa la información científica. Esto sucede debido a la diferencia en el carácter de los dos tipos de conocimiento. Quiero que observes que no es el propósito de la ciencia el declarar hechos. La actividad mayor de la ciencia es el formular y usar teorías, información científica en sí no puede ser considerado como algo completo, por eso es que el científico siempre espera que su teoría sea modificada al recibir más información. Pero la Biblia, la Biblia es un hecho, es verdad, pura y absoluta cuando tomamos en su contexto. La revelación bíblica puede sobrepasar el descubrimiento científico debido a la diferencia de contenido en cualquiera de los dos. La ciencia solo puede con el reino natural, su búsqueda es informarse por medio de explicaciones naturales pero la Biblia va más allá de lo físico para considerar lo espiritual y debido a esto es que la Biblia sobrepasa el descubrimiento científico. En fin, la superioridad de la Biblia se puede ver en los diferentes retos presentados por la Biblia como también por la ciencia, la ciencia lanza el reto de entender los detalles intrigados y los procesos de la naturaleza. La Biblia también hace el reto al hombre de conquistar el universo material pero no termina ahí, también la incita encararse con sus necesidades espirituales y encontrar su cumplimiento en Jesucristo. Debido a todo esto es que digo que la persona que rechaza la Biblia está rechazando la fuente más grande de iluminación que jamás ha existido. No importa qué tan grandes sean los cumplimientos o valores de la ciencia, si una persona echa toda su fe en la canasta de la ciencia trágicamente se está limitando en cuanto a sus experiencias. Aunque la ciencia puede llevar a la sanidad del cuerpo no puede sanar al alma, la ciencia puede demostrar al hombre sus imperfecciones, pero solo la Biblia puede demostrarle el remedio. La ciencia no puede descubrir la redención de Jesucristo ni cómo recibir los beneficios de esa redención, ese es el trabajo del Evangelio, solo por medio del Evangelio es que el hombre puede saber que Jesús murió por nuestros pecados y que resucitó para nuestra justificación. El evangelio es el poder de Dios para salvación a todo aquel que cree y la tragedia de hacer el énfasis sobre los científicos es que la ciencia no puede producir el nuevo nacimiento y a menos de que un hombre nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios. ¿A dónde está la esperanza del individuo que rehúsa creer en el evangelio debido a que no es científico? Teológicamente esta persona no tiene esperanza, aquel quien rechaza el evangelio rechaza también a Jesús y Jesús es nuestra única esperanza. Juan 14:6 dice: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”. Esas palabras fueron dichas por la esperanza del hombre, Jesucristo. Científicamente la esperanza del individuo está lejana, perdida, en realidad la ciencia no ofrece esperanza al individuo. Aunque haya alargado su vida la ciencia no ha encontrado el secreto de la inmortalidad, todo hombre eventualmente morirá. Claro está que la ciencia hace un intento por dar esperanzas al hombre, ella le dice: “Algún día descubriré los secretos de la vida, podré atrasar el proceso de la vejez y, ¿quién sabe? Tal vez pueda hacer revivir algunos cadáveres, inclusive si tienes el deseo de ser congelado y si tienes ocho mil dólares para pagar al año para que te tengamos en refrigeración, hay la pequeña posibilidad de que en el futuro te podamos revivir”. Yo te pregunto: ¿quién quiere arriesgarse a eso pudiendo tener un cuerpo glorificado por medio de la fe en Cristo Jesús? De una cosa sí te aseguro, si tú pones tu esperanza en la ciencia rechazando las verdades de la Biblia lo lamentarás eternamente, porque te congelen o no en vida, la Biblia enseña que el que no recibe a Cristo se quemará por toda la eternidad en el infierno. Amigo, acepta la verdad. Hay un cielo y hay un infierno, los que se arrepienten de sus pecados y aceptan a Jesús como único y suficiente Salvador van al cielo. Los que rechazan esta verdad, los que no se arrepienten de su maldad, los que buscan otro medio de salvación, estos se perderán eternamente. Hazle caso a la Biblia, acepta a Jesús. Vamos a orar. Padre, la ciencia habla mucho pero no ofrece nada y sin embargo miles de personas confían en ella. Padre, en estos momentos te ruego por ellos, te pido que les hables de una manera muy especial hoy haciéndoles comprender que solo hay esperanza en la persona de tu hijo, Jesucristo. Padre, ayúdales porque te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.