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Como Ser Puro
Resuelve Ser Puro
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Oct 18, 2021
Oct 16, 2021
Duración:
00:14:32 Minutes
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Escritura

Daniel 1:4; Daniel 1:8.

Muchachos en quienes no hubiese tacha alguna, de buen parecer, enseñados en toda sabiduría, sabios en ciencia y de buen entendimiento, e idóneos para estar en el palacio del rey; y que les enseñase las letras y la lengua de los caldeos. Daniel 1:4 Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebía; pidió, por tanto, al jefe de los eunucos que no se le obligase a contaminarse. Daniel 1:8

“Deseo que estudiemos la vida de un joven muy especial; este joven es de sangre noble; este joven creció en el palacio de un rey”. Tenemos una buena descripción de él en el Libro de Daniel 1:4, nos dice que era “un muchacho en quien no había tacha alguna, de buen parecer, enseñado en sabiduría, sabio en ciencia y de buen entendimiento, e idóneo para estar en el palacio del rey” era un joven a quien le esperaba un brillante futuro. Pero algo trágico le ocurrió, su país fue invadido por un ejército enemigo, fue tomado de su hogar para ser llevado a un país extranjero; ahí se le exigió aprender un nuevo idioma; ajustarse a una nueva cultura; vivir en medio de un sistema religioso que él consideraba hereje, y asistir a colegios donde la filosofía de otro país le era enseñada.   Para añadir a la tragedia el muchacho apenas había llegado a su juventud, cuando fue llevado en cautiverio. El joven se llamaba Daniel, era hebreo; sus captores eran de Babilonia. Fue llevado en cautiverio de Jerusalén en el año 605, antes de Jesucristo, y deportado a Babilonia. Las costumbres de los babilónicos eran distintas en asuntos de religión, dieta, moralidad y ética. De inmediato Daniel y sus amigos tuvieron que encararse con la decisión de serle fiel a las enseñanzas de su juventud o unirse al estilo de vida de los babilónicos.   El reto principio con la dieta, Nabucodonosor rey de Babilonia, hizo un decreto en el cual los jóvenes, quienes ocuparían puestos de gobierno en su reino, debían comer de la misma comida que le servían a él. Esto presentó un problema para Daniel porque, en primer lugar, la comida del rey era consagrado regularmente a dioses paganos, el comer de esa comida sería brindar alianza a esos dioses, y tal acción anularía cualquier testimonio que Daniel podía dar concerniente a su Dios, quien era y es el Dios soberano del universo. En segundo lugar, la comida que le daría el rey llevaría comidas declaradas inmundas por el Dios de Daniel. El problema estaba en el hecho de que si Daniel debiera serle fiel a su Dios o no.   La Biblia nos dice en Daniel 1:8 que el joven “propuso en su corazón no contaminarse” y de esta manera él estableció un ejemplo que nos puede servir. Nos dio un ejemplo de resolver nosotros, en nuestro corazón, ser puros.   El mundo nos va a presionar en conformarnos a su forma de ser, pero en medio de esas presiones nosotros debemos estar resueltos a mantenernos puros. Daniel tuvo que encararse a presión en tres áreas, igual que nosotros, el primero era que tenemos la presión de privilegio. A Daniel se le estaba ofreciendo la oportunidad de servir como consejero al rey, él puso en peligro esa oportunidad por medio de rehusar vivir como los babilónicos; así también el cristiano está en peligro de perder algunos privilegios del mundo por medio de serle fiel a Cristo; podría perder dinero en un negocio por ser honesto y decir la verdad; podría ser rechazado de ciertos círculos sociales por vivir como un cristiano; pero es que tales privilegios jamás podrían ser considerados más importantes que el agradar a Dios. Número dos, existe la presión de la sociedad. Daniel pudo haber usado las excusas que muchos cristianos hoy usan para no serle fiel a Dios, él pudo haber dicho “Estoy bajo órdenes de un país extraño y no puedo hacer otra cosa…”; pudo decir: “Todos los demás están haciéndolo “Por qué yo no?”; o podría razonar como algunos diciendo: “Yo no voy a poder cambiar a la sociedad. Yo tengo que ser una persona que vive dentro de esta sociedad, y estoy en medio de ella y no quiero aparentar ser diferente o peculiar…”; pero Daniel no hizo ninguna de esas excusas, él hizo más bien lo que quería hacer y era agradar a Dios, él propuso en su corazón no contaminarse, propuso mantenerse puro delante de Dios, y nosotros también debemos proponer lo mismo dentro de nuestra sociedad, y bajo las presiones que nos imponen.   Número tres, nosotros tenemos la presión del temor. ¿Y qué si todo no sale cómo yo pensé? ¿Qué haré si las cosas me van mal? ¿Qué si me atrevo a hacer algo basado sobre mis convicciones religiosas, y Dios no me sostiene, ni me da respaldo? ¿Qué si fracaso y llego a ser motivo de burla? Todas estas preguntas pasaron por la mente de Daniel, mientras que él proponía una prueba en el cual él comería comidas aprobadas por su fe religiosa. Lo contrario de fe es temor, Daniel lo sabía, confió en Dios, vivió correctamente y no tuvo miedo. Nosotros debemos hacer lo mismo.   Debemos resolver mantener nuestra pureza en medio de peligros. Daniel estaba en cautiverio, había sido escogido para entrenarse con muchos para el servicio al rey, en realidad podríamos decir que su destino estaba en las manos de sus enemigos, ellos tenían el poder de la vida o muerte en sus manos, le habían ofrecido la comida que el rey comía y la bebida que el rey bebía; el rehusar comer y beber lo que le decían era condenar lo que el rey aprobaba. Seguramente la vida de Daniel estaba en peligro, seguramente la vida del eunuco encargado de Daniel corría peligro; pero el agradar a Dios era más importante para Daniel que su propia seguridad, por eso es que propuso en su corazón no contaminarse.   Debemos resolver guardar nuestra pureza, manteniéndonos limpios delante de Dios, sobre la base de nuestras convicciones religiosas. Daniel sabía distinguir entre el bien y el mal; él sabía que la verdad no cambia no importa cuánto tiempo pase, aunque cambiara su lugar geológico y su situación política, la verdad era igual. Uno no debe de cambiar sus convicciones religiosas simplemente porque ha cambiado de lugar, o porque su posición dentro de la sociedad haya cambiado. Dios es quien dicta lo que es bueno y malo, en todo tiempo, en todo lugar, y para toda clase de personas. Lo correcto es correcto porque agrada a Dios, lo equivocado es equivocado porque va en contra de Él. El hecho de que vivamos en otro tiempo, en otra sociedad, no significa que esto ha cambiado; tal vez nuestra condición ha cambiado, pero te aseguro que Dios no ha cambiado y por eso es que debemos vivir de acuerdo a las reglas que Dios impone, no importa la edad en que vivamos. Bendecida es aquella persona que confía en Jehová y resuelve en su corazón ser puro.   Debemos resolver ser puros confiando en Dios de controlar nuestra situación. Daniel expuso la siguiente prueba al príncipe de eunucos: “Te ruego que hagas la prueba con tus siervos por diez días y nos den legumbres a comer y agua beber, compara luego nuestros rostros con los rostros de los muchachos que comen de la ración de la comida del rey, y haz después con tus siervos según veas”. Esta proposición fue aceptada por el eunuco, al cabo de los diez días Daniel y sus amigos parecían ser más saludables que los otros, Dios había vindicado la fe de su joven siervo. Les digo que Dios vindicó a Daniel, pero Daniel no tenía prueba de que sería vindicado. Daniel simplemente creyó y eso es lo que debemos hacer también nosotros, seguir adelante creyendo y confiando siempre en nuestro Dios. Debemos resolver ser puros confiando en Dios de cuidar de nosotros. La Biblia nos enseña que historias, como la de Daniel, fueron “grabadas para amonestarnos a nosotros a quienes han alcanzado los fines de los siglos” según 1 Corintios 10:11. Romanos 15:4 dice: “Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras tengamos esperanza”. Dios quiere que sepamos que Él hará para nosotros lo mismo que hizo para Daniel.   Debemos resolver en nuestro corazón no contaminarnos con las cosas del mundo. Debemos luchar por ser puros confiando en Dios de cuidarnos y ayudarnos en nuestras debilidades. Y para terminar yo deseo leerles las palabras de Efesios 6:10 y 13 dice: “Por lo demás hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes”   Vamos a orar: Padre nuestra petición hoy es que nos ayudes a ser como Daniel quien propuso en su corazón no contaminarse. Nosotros deseamos resolver en nuestros corazones el mantenernos puros en tu presencia. Sabemos que solos no lo lograremos, pero pedimos tu fuerza y poder para ayudarnos en vencer. En el nombre de Jesús oramos. Amén.

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