Copyright 2016-2019 Lifeword
El Nuevo Nacimiento
El Nuevo Nacimiento - Parte 3
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Duración: 00:14:32 Minutes
Listens:
14
Aired on Ene 20, 2021

Escritura

Jeremías 13:23; 2 Corintios 5:17.

¿Mudará el etíope su piel, y el leopardo sus manchas? Así también, ¿podréis vosotros hacer bien, estando habituados a hacer mal? Jeremías 13:23 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. 2 Corintios 5:17

No debes sentirte perplejo cuando te digo que te es necesario nacer de nuevo para entrar en el reino de Dios. ¿Qué es lo que significa nacer de nuevo?, ¿significa unirse a una iglesia, ser bautizado o vivir mejor? Explícame lo que es el nuevo nacimiento. Mi amigo, el nacimiento nuevo es un cambio milagroso y divino que Dios obra en uno por medio de su Espíritu Santo cuando uno cree de corazón en la persona de Cristo Jesús. Este cambio es tan dramático, tan grande, tan completo, que Jesús lo llamó nacimiento nuevo. Te es dado un nuevo corazón, te es dada una nueva vida por el Espíritu Santo. Actualmente, uno es una persona nueva: naces a la familia espiritual, eternal de Dios. Parece que muchos individuos se han unido a muchas iglesias diferentes: metodistas, luteranas, católicas, iglesias de Cristo, bautistas, etc. Pero, aunque tengan sus nombres escritos en la lista de membresía, sus nombres no están escritos en el libro de la vida porque no han nacido de nuevo. Por un momento, pensemos en lo que no es nacer de nuevo. No es un simple profesar que uno es cristiano o creyente; profesión sin posesión es inválido. El poseer el nuevo nacimiento viene por arrepentimiento y fe en Cristo Jesús. El nuevo nacimiento no es por unirse a una iglesia; cada nuevo creyente debería unirse a la iglesia del Señor. Es sin provecho para tu alma el unirte a una iglesia sin haber nacido de nuevo. No estás capacitado para ser miembro de una iglesia si no has nacido de nuevo. Algunas personas se unen a una iglesia debido a la influencia de sus padres. Otras personas se unen por razones de negocios o por ser sociales. Pero la única razón válida es que uno se una a la iglesia del Señor debido al nuevo nacimiento. Uno se une a una iglesia con el fin de seguir y servir al señor Jesucristo. Algunas personas se apresuran para recibir un bautismo que ellos creen les pondrá bien a los ojos de Dios; piensan que así tendrán entrada al cielo. El bautismo es un rito; nadie ha sido salvo por un rito, nadie ha nacido nuevamente por medio del rito del bautismo. Por medio del bautismo llegamos a ser parte de una iglesia local pero sólo una parte verdadera si hemos nacido nuevamente. Si una persona no salva, no habiendo nacido de nuevo, es bautizada, sólo entra al agua como un pecador seco y sale del agua un pecador mojado. Las aguas bautismales no lavan nuestros pecados; eso lo hace la sangre preciosa de Cristo Jesús. La iglesia no es una salvadora, es el hogar de los salvos, es la divina institución por medio de la cual nos unimos como hijos de Dios para servirle. Nacer de nuevo no significa que uno intenta un cambio de vida luchando para vivir mejor; el hombre no tendrá éxito en eso. Supongamos que logrará mejorarse, ¿Que va a hacer con su vida de antes? No puede descartarlo. Algo tiene que hacerse con el pasado tanto como con el futuro. Sería como entrar a una tienda en donde habías estado comprando al crédito para decirles que de hoy en adelante sólo vas a comprar al contado, vas a cambiar. Claro está que a los de la tienda eso les va a gustar, pero siempre te van a pedir lo que debes; alguien tiene que pagar la deuda de lo que tú debías antes de llegar a la decisión de sólo comprar al contado. Jesús ya pagó tu deuda, pero sólo es válido cuando tú te arrepientas y le recibas como tu salvador. Todo el mundo debiera querer ser bueno, debiera desear vivir una vida mejor. Sin embargo, debido a nuestra naturaleza pecaminosa, todos fracasamos. Nuestra naturaleza interior tiene que cambiar; este es el trabajo que Dios hace por medio del nacimiento nuevo. Él nos da en nuestro ser interior lo que realmente somos, una vida nueva, y su Espíritu Santo vive dentro de nosotros, guiándonos y fortaleciéndonos para que podamos vencer a nuestra carne. Entonces, como podemos ver, el nacimiento nuevo no es una profesión, no es ser bautizado, no es unirse a una iglesia, no es intentar vivir moralmente mejor. El nacimiento nuevo es un cambio completamente divino que Dios hace poderosamente en nosotros para hacernos nuevas personas. El profeta Jeremías dijo lo siguiente en Jeremías 13:23: “¿Mudará el etíope su piel, y el leopardo sus manchas? Así también, ¿podréis vosotros hacer bien, estando habituados a hacer mal?”. No. Ni tú, ni yo, ni nadie más puede cambiar su corazón por sí mismo; sólo Dios puede, y Él lo hará cuando reconocemos nuestros pecados, nos arrepentimos y confiamos en Jesús para ser nuestro salvador. Yo sé que tal vez te sea difícil de comprender. Nicodemo, un líder entre los judíos, tampoco lo podía comprender. Cuando Jesús le dijo que tendría que nacer de nuevo, Nicodemo sólo pudo preguntar referente a un nacimiento físico, pero Jesús le dijo que lo que era de la carne iba a perecer, mientras que lo que es nacido del espíritu de Dios es espiritual y es eternal. Jesús le dijo a ese hombre entendido de que el viento sopla y que uno ni sabe de dónde viene ni adónde va pero que se sabe que existe porque uno puede ver el efecto que hace. De la misma manera, el Espíritu Santo hace nacer a un individuo a la familia de Dios. Uno no puede ver lo que está aconteciendo, pero uno puede ver los efectos en su vida después. El cambio en esa vida que antes estaba vendida al pecado, pero que ahora es una vida dedicada al servicio de Dios. El apóstol Pablo dijo lo siguiente en 2 Corintios 5:17: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”. Cuando Dios cambia a uno con un nuevo nacimiento, lo cambia completamente: los malvados se vuelven buenos, los sucios se vuelven limpios, los pecadores se vuelven santos, el carnal se vuelve espiritual, el mentiroso ahora dice la verdad, el que odiaba ahora tiene amor. Vamos a orar. Padre, gracias por este nacimiento nuevo. Gracias te damos por tu hijo, quien murió para que nosotros pudiéramos vivir. Te pedimos por aquéllos que no han tenido ese nacimiento nuevo; ayúdales en arrepentirse y en buscar a Cristo para pedirle perdón por medio de la fe. Esto te lo suplicamos en el nombre de nuestro salvador, Jesucristo. Amén.

Otros archivos en esta serie