Escritura
Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, 17 a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra. 2 Timoteo 3:16-17 Y Dios me envió delante de vosotros, para preservaros posteridad sobre la tierra, y para daros vida por medio de gran liberación. 8 Así, pues, no me enviasteis acá vosotros, sino Dios, que me ha puesto por padre de Faraón y por señor de toda su casa, y por gobernador en toda la tierra de Egipto. Génesis 45:7-8 Y al pasar por las ciudades, les entregaban las ordenanzas que habían acordado los apóstoles y los ancianos que estaban en Jerusalén, para que las guardasen. 5 Así que las iglesias eran confirmadas en la fe, y aumentaban en número cada día. 6 Y atravesando Frigia y la provincia de Galacia, les fue prohibido por el Espíritu Santo hablar la palabra en Asia; 7 y cuando llegaron a Misia, intentaron ir a Bitinia, pero el Espíritu no se lo permitió. 8 Y pasando junto a Misia, descendieron a Troas. Hechos 16:4-8 Y se le mostró a Pablo una visión de noche: un varón macedonio estaba en pie, rogándole y diciendo: Pasa a Macedonia y ayúdanos. 10 Cuando vio la visión, en seguida procuramos partir para Macedonia, dando por cierto que Dios nos llamaba para que les anunciásemos el evangelio. 11 Zarpando, pues, de Troas, vinimos con rumbo directo a Samotracia, y el día siguiente a Neápolis; 12 y de allí a Filipos, que es la primera ciudad de la provincia de Macedonia, y una colonia; y estuvimos en aquella ciudad algunos días. 13 Y un día de reposo salimos fuera de la puerta, junto al río, donde solía hacerse la oración; y sentándonos, hablamos a las mujeres que se habían reunido. 14 Entonces una mujer llamada Lidia, vendedora de púrpura, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios, estaba oyendo; y el Señor abrió el corazón de ella para que estuviese atenta a lo que Pablo decía. 15 Y cuando fue bautizada, y su familia, nos rogó diciendo: Si habéis juzgado que yo sea fiel al Señor, entrad en mi casa, y posad. Y nos obligó a quedarnos. Hechos 16:9-15
Una discusión del liderazgo del Espíritu Santo en la vida del cristiano tiene que contestar esta pregunta: ¿cómo es que el Espíritu Santo dirige al creyente en Cristo Jesús? Si esa respuesta no se aclara, puede ser que nunca llegaríamos a reconocer su liderazgo o podríamos equivocarnos y aceptar otras cosas como dirección del Espíritu. De cualquier forma, perderíamos la oportunidad y pondríamos a un lado la responsabilidad de seguir la dirección del Espíritu Santo. Pienso que hay tres maneras en las cuales nos guía el Espíritu: en primer lugar, Él nos guía por medio de la sagrada escritura, en segundo lugar, nos guía a través de los procesos de la providencia divina y, en tercer lugar, nos guía por medio de impresiones del espíritu humano. Vamos a discutir estos tres métodos de dirección espiritual. El Espíritu Santo va guiando al cristiano por medio de la Sagrada Biblia. Para eso fue escrita la Biblia. Muchas de las decisiones grandes de tu vida espiritual pueden hacerse a la luz de los principios bíblicos. Tú puedes conocer la voluntad de Dios en muchas circunstancias si conoces la Biblia. En 2 Timoteo 3:16-17 dice: “toda la escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”. Qué ministerio el de La Biblia. Nos enseña, nos reprende, nos corrige y nos instruye en el camino de la justicia. El ministerio de la Biblia está completamente equipado para enseñar al hombre lo que Dios desea. Muchas veces hemos hecho una petición a Dios y después de eso hemos añadido estas palabras: si es tu voluntad. Sin embargo, la Biblia está tan completa, que nosotros podemos hacer la mayoría de nuestras peticiones basadas sobre las promesas que se encuentran en ella, y después podríamos añadir estas palabras: hágase conforme a lo que has dicho. Qué seguridad nos trae eso a nuestra fe cuando oramos conforme a la palabra de Dios. Tú puedes confiar en tu Biblia. Cuando la Biblia habla, Dios habla. Lo que la Biblia aprueba también lo aprueba Dios. Lo que la Biblia prohíbe lo prohíbe también Dios. La Biblia es la palabra escrita de Dios. A través de la Biblia es que Dios nos habla. Hay que mantenernos cerca de la Biblia si es que queremos ser guiados por el Espíritu Santo. El Espíritu Santo nos guía por medio de sucesos de divina providencia. Cuando decimos providencia queremos decir las circunstancias de la vida que proyectan el curso de nuestras vidas. Nosotros creemos que Dios está en control de todas las cosas y que él providencialmente guía a sus hijos de acuerdo a su voluntad. Un ejemplo clásico de la providencia divina guiando a un hombre de Dios es el de José, grabado en el libro de Génesis. Por medio del odio de sus hermanos, José fue vendido en esclavitud y llevado a Egipto. Ahí llegó él a la atención del Faraón, como un hombre en quien moraba el Espíritu de Dios. José fue elevado a un lugar de gran autoridad en el gobierno de la nación. Después los hermanos tuvieron temor de que José se vengaría de ellos, pero fue todo lo contrario. José les explicó lo siguiente en Génesis 45:7-8: “Y Dios me envió delante de vosotros para preservarlos posteridad sobre la Tierra y para daros vida por medio de gran liberación así pues no me enviasteis acá vosotros sino Dios, que me ha puesto por padre de Faraón y por señor de toda su casa”. José no tenía que preguntar: ¿será la voluntad de Dios para mí el estar en Egipto? La providencia de Dios ya lo había colocado ahí. Tú puedes confiar en el trabajo providencial de Dios, pero ten cuidado en leer o interpretar los eventos que ocurren. Tus deseos personales pueden influenciar tu interpretación de los eventos. Algunas personas han llegado al punto de confiar en señales falibles en vez del infalible Espíritu de Dios. Dios no tiene que indicar su voluntad por medio de señales. Él nunca ha prometido hacer eso. Es cierto que Dios indicó su voluntad a Gedeón por medio del vellón, pero también es cierto que se fue el único incidente relatado en la Biblia en donde Dios dio a conocer su voluntad por ese medio. No debemos decir que una puerta cerrada indica que no es la voluntad de Dios que pasemos por ahí; podría ser que Dios te está probando y ayudándote en crecer. Los sucesos providenciales deben ser siempre interpretados por la Biblia y por las impresiones del Espíritu Santo. El Espíritu Santo dirige al cristiano a través de impresiones que pone en su mente. Este asunto se puede malinterpretar también. Entonces, uno debe estar seguro que los pensamientos que tiene son influencia del Espíritu Santo y no una preferencia personal u otra influencia humana o demoníaca. Varias veces en el libro de Hechos dice: le dijo el Espíritu. Cuando habla de las veces cuando el Espíritu Santo se comunicaba con su pueblo. Yo no creo que el Espíritu Santo les habló en voz audible, sino que les habló por medio de impresiones interiores, una comunicación por medio de la mente. Yo he experimentado ese tipo de dirección del espíritu: surge en la mente un sentimiento de tristeza en cuanto a la presente situación, se viene a la mente otro ministerio, o el mismo ministerio en otro lugar, la mente regresa una y otra vez a ese nuevo o diferente ministerio, el interés se mueve de aquí para allá y gradualmente hay una impresión definida de que la voluntad de Dios es que cambie de esto, lo que estoy haciendo, a lo otro que está imprimido en mi mente, pero otra vez ese tipo de guía no es perfecto. Puede ser que uno se equivoca a causa de preferencias personales. Uno puede desanimarse con las situaciones presentes, por otras razones fuera de las impresiones que Dios nos impone. Uno debe orar pidiéndole a Dios el conocer su voluntad en vez de depender en su propia interpretación de las impresiones. Dios no dejará que un espíritu humilde haga un error. Encontramos que Dios Abre puertas y cierra puertas. Una puerta abierta es un lugar en donde el servicio es posible; una puerta cerrada es un lugar en donde aparentemente uno no tiene la oportunidad de servir a Dios. En Hechos 16:4-8 encontramos en donde se cerraron las puertas mientras que Pablo buscó ir a Asia. El Espíritu no se lo permitió. No sabemos cómo es que Dios detuvo sus planes, pero el Espíritu no le dio permiso en su corazón. Hechos 16:9-15 nos demuestra que la puerta le fue abierta para ir a la tierra de Macedonia, él fue por ese camino predicando el Evangelio y el Señor le bendijo. No podemos confiar en las circunstancias, pero podemos confiar en Dios y que él trabajara a través de las circunstancias. No podemos confiar en nuestras impresiones, pero podemos confiar en Dios para trabajar a través de las impresiones. Tampoco podemos confiar en nuestras propias interpretaciones de la Biblia, pero podemos confiar en que Dios nos hablará por medio de la Biblia. No importa por qué medio Dios nos habla, lo que nosotros tenemos que hacer es seguir en obediencia. Oremos. Padre, es un verdadero consuelo el saber que tú nos hablas hoy día, no en voz audible, pero sí por medio de circunstancias, impresiones y por medio de tu palabra. Ayúdanos a estar atentos a tu voz en el nombre de Jesucristo oramos. Amén.
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