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Dios Te Conoce
Dios Te Conoce – Parte 2
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Duración: 00:14:30 Minutes
Listens:
341
Aired on Jun 30, 2020

Escritura

Salmos 139:2-6; Mateo 12:24-30; Lucas 6:1-11; Lucas 9:46-48; Juan 2:23; Juan 2:24 y 25; Mateo 5:27 y 28; Mateo 12:34; Hebreos 4:12; 2 Corintios 10:5; Salmos 139:4; Hebreos 4:13; Juan 20:25; Mateo 12:34-37; 2 Reyes 19:27; 1 Samuel 2:2 y 3; Proverbios 28:13; Salmos 15: 2; Santiago 4:8; Hebreos 12:14; 1 Juan 1:7

Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; Has entendido desde lejos mis pensamientos. 3 Has escudriñado mi andar y mi reposo, Y todos mis caminos te son conocidos. 4 Pues aún no está la palabra en mi lengua, Y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda. 5 Detrás y delante me rodeaste, Y sobre mí pusiste tu mano. 6 Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí; Alto es, no lo puedo comprender. Salmos 139:2-6 Mas los fariseos, al oírlo, decían: Este no echa fuera los demonios sino por Beelzebú, príncipe de los demonios. 25 Sabiendo Jesús los pensamientos de ellos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo, es asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma, no permanecerá. 26 Y si Satanás echa fuera a Satanás, contra sí mismo está dividido; ¿cómo, pues, permanecerá su reino? 27 Y si yo echo fuera los demonios por Beelzebú, ¿por quién los echan vuestros hijos? Por tanto, ellos serán vuestros jueces. 28 Pero si yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios. 29 Porque ¿cómo puede alguno entrar en la casa del hombre fuerte, y saquear sus bienes, si primero no le ata? Y entonces podrá saquear su casa. 30 Él que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama. Mateo 12:24-30 Aconteció en un día de reposo, que pasando Jesús por los sembrados, sus discípulos arrancaban espigas y comían, restregándolas con las manos. 2 Y algunos de los fariseos les dijeron: ¿Por qué hacéis lo que no es lícito hacer en los días de reposo? 3 Respondiendo Jesús, les dijo: ¿Ni aun esto habéis leído, lo que hizo David cuando tuvo hambre él, y los que con él estaban; 4 cómo entró en la casa de Dios, y tomó los panes de la proposición, de los cuales no es lícito comer sino sólo a los sacerdotes, y comió, y dio también a los que estaban con él? 5 Y les decía: El Hijo del Hombre es Señor aun del día de reposo. 6 Aconteció también en otro día de reposo, que él entró en la sinagoga y enseñaba; y estaba allí un hombre que tenía seca la mano derecha. 7 Y le acechaban los escribas y los fariseos, para ver si en el día de reposo lo sanaría, a fin de hallar de qué acusarle. 8 Mas él conocía los pensamientos de ellos; y dijo al hombre que tenía la mano seca: Levántate, y ponte en medio. Y él, levantándose, se puso en pie. 9 Entonces Jesús les dijo: Os preguntaré una cosa: ¿Es lícito en día de reposo hacer bien, o hacer mal? ¿salvar la vida, o quitarla? 10 Y mirándolos a todos alrededor, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y él lo hizo así, y su mano fue restaurada. 11 Y ellos se llenaron de furor, y hablaban entre sí qué podrían hacer contra Jesús. Lucas 6:1-11

Dios te conoce, el conoce todo lo que se puede conocer acerca de ti. Esa verdad se nos es expresada en Salmo 139:2-6 “Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; Has entendido desde lejos mis pensamientos. Has escudriñado mi andar y mi reposo, Y todos mis caminos te son conocidos. Pues aún no está la palabra en mi lengua, Y he aquí,  oh Jehová,  tú la sabes toda. Detrás y delante me rodeaste, Y sobre mí pusiste tu mano. Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí; Alto es, no lo puedo comprender”. No es exageración cuando te digo que Dios sabe todo lo que se puede saber de ti, él te conoce mejor de lo que te conoces tú mismo, los versículos que leímos dan tres áreas en las cuales encontramos que el conocimiento de Dios es completo (1) el conoce nuestros pensamientos, Has entendido de lejos mis pensamientos (2) el conoce nuestras acciones, Has escudriñado mi andar y mi reposo, Y todos mis caminos te son conocidos y (3) el conoce nuestras palabras, Pues aún no está la palabra en mi lengua, Y he aquí,  oh Jehová,  tú la sabes toda. Que más se puede conocer de nosotros además de esto. Si tu pudieras conocer cada pensamiento, palabra y acción de una persona, lo conocerías por completo ¿no es así? Así es como Dios nos conoce a nosotros, Dios conoce nuestros pensamientos, eso suena casi imposible, pero es un hecho que la biblia menciona varias veces. Ningún hombre puede discernir completamente los pensamientos de otro hombre, pero Dios conoce por completo los pensamientos de cada hombre, solo Dios tiene el poder para hacer esto. Jesús pudo saber lo que los hombres pensaban aun cuando sus pensamientos no habían sido expresados en palabra o con acciones, el conoció y respondió a los pensamientos privados de aquellas personas quienes pensaban que sus poderes eran de Beelzebú, el príncipe de los demonios según Mateo 12:24-30. El respondió a los pensamientos de aquellos que estaban en la sinagoga el sábado según Lucas 6:1-11. El conoció el pensamiento de los discípulos cuando se preguntaban en sus mentes ¿Quién de nosotros será el mejor en el reino de Dios? según Lucas 9:46-48. El conocía estas cosas sin que hubiese alguien quien le informara de estas cosas, el conocía el espíritu interno y el motivo de algunos que le reclamaron por los milagros que él había hecho según Juan 2:23. Podemos ver la explicación de todo esto en Juan 2:24 y 25, pero Jesús mismo no se fiaba de ellos porque conocía a todos y no tenía necesidad de que nadie le diese testimonio del hombre pues él sabía lo que había en el hombre. Los pensamientos son tan importantes en la vida de uno que Dios nos ha amonestado que el juzgara al hombre conforme a sus pensamientos al igual que sus hechos, Mateo 5:27 y 28 nos recuerda que el prohibió el hecho del adulterio y que también juzgara al hombre que comete adulterio en su corazón por tener pensamientos sucios. Como la boca habla de lo que abunda en el corazón de uno según Mateo 12:34, los pensamientos vienen un poco antes del hecho. Dios juzgará las dos cosas en el juicio, la palabra de Dios discierne los pensamientos y las intenciones del corazón según Hebreos 4:12, por eso es que no me sorprendo cuando el apóstol Pablo llego a esta conclusión en 2 Corintios 10:5 derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios,  y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo. Ese es un ejemplo que todos debiéramos de seguir, Dios conoce nuestras palabras, es una declaración solemne la del Salmo 139:4 Pues aún no está la palabra en mi lengua, Y he aquí,  oh Jehová,  tú la sabes toda. Hebreos 4:13 nos dice: Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia;  antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta. Jesús apareció a sus apóstoles en el día de la resurrección, él les enseño que sus manos y sus pies en donde habían pasados los clavos en el día de su crucifixión y comió pan con ellos para probarles que el verdaderamente había resucitado de entre los muertos. Tomás estaba ausente del grupo cuando Jesús se les apareció, cuando ellos le contaron de lo acontecido, el respondió con estas palabras: si yo no viere en sus manos la señal de los clavos y metiere mi dedo en el lugar de los clavos y metiere mi mano en su costado, no creeré. (Juan 20:25). Una semana después, Jesús se les apareció otra vez y le dijo a Tomás: pon aquí tu dedo y mira mis manos y acerca tu mano y métela en mi costado y no seas incrédulo sino creyente. ¿Como sabia Jesús de lo que Tomas había dicho? El, sabia porque Dios conoce cada palabra que dice cada persona, yo estoy hablando palabras en este momento que están pasando a través de un micrófono aquí en mi oficina y escuchado por miles de personas que están lejos de mí, ¿por qué entonces te extraña el hecho de que Dios escuche cada palabra que tu pronuncies con tu boca? Escucha esta amonestación que se encuentra en Mateo 12:34-37 Porque de la abundancia del corazón habla la boca. Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres,  de ella darán cuenta en el día del juicio. Porque por tus palabras serás justificado,  y por tus palabras serás condenado. Dios conoce tus hechos, un Dios que conoce nuestros pensamientos y palabras no tiene ningún problema en conocer nuestras acciones. Dios amonesto al rey de Asiria a través del profeta Isaías en 2 Reyes 19:27 He conocido tu situación,  tu salida y tu entrada,  y tu furor contra mí. Sí, el conoce los hechos de sus enemigos y de aquellos que se oponen a su voluntad. En 1 Samuel 2:2 y 3 Ana, la madre del profeta Samuel testificó: No hay santo como Jehová; Porque no hay ninguno fuera de ti, Y no hay refugio como el Dios nuestro. No multipliquéis palabras de grandeza y altanería; Cesen las palabras arrogantes de vuestra boca; Porque el Dios de todo saber es Jehová, Y a él toca el pesar las acciones. Dios conoce cada pensamiento que piensas, cada palabra que dices y cada cosa que haces, el conoce, lo tiene archivado y algún día tendrás que presentarte delante de el para dar cuentas de todos tus pensamientos, palabras y acciones. La biblia nos amonesta de no intentar esconder nuestros pecados. Proverbios 28:13 dice: El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia. Ese hecho también nos habla de los pecados del corazón y no solo de los que cometemos al aire libre, el hombre ciertamente observa lo externo, pero Dios conoce el corazón del hombre. Salmos 15: 2 y Santiago 4:8 requiere manos limpias y corazón puro de la persona a quien Dios recibe en paz. No hay sustituto para la santidad del corazón y de nuestras acciones, según Hebreos 12:14 nos enseña que sin santidad nadie verá al Señor. Entonces si el testimonio del Espíritu Santo es de que te falta limpieza espiritual, ven inmediatamente a Cristo Jesús y su sangre te limpiara de toda maldad según 1 Juan 1:7. Padre, nos consolamos en el hecho que tu nos conoces íntimamente, nuestros pensamientos, palabras y acciones, te pedimos ayuda divina en que nuestros pensamientos, nuestras palabras y nuestros hechos sean agradables en tus ojos, en el nombre de Cristo Jesús, te lo pedimos. Amen.

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