Nadie tiene mayor amor que éste, que uno ponga su vida por sus amigos.

Hay muchas historias increíbles de una amistad sincera, sin embargo, una de las que más me gusta es la historia del soldado Carpenter. En una jornada cualquiera en la eterna guerra de Afganistán. Kyle Carpenter, de 24 años, y su mejor amigo, el soldado Nick Eufrazio, formaban parte de una patrulla de doce hombres posicionada en un puesto de vigilancia avanzado próximo a Marjah, en la volátil provincia de Helmand. Los dos marines se habían ocultado sobre el techo del refugio para asegurar una carretera cercana, cuando de pronto un grupo de insurgentes les lanzó una granada de mano, el proyectil cayó cerca de Carpenter y Eufrazio y rodó hasta detenerse en el tejado. Fue entonces cuando Kyle Carpenter se arrojó sobre la granada para proteger a su amigo, un amigo que era como su hermano menor y por el cual estaba dispuesto a hacer cualquier cosa para protegerlo. Su cuerpo detuvo el 99% de la explosión; a cambio, el impacto le destrozó la mandíbula, que, de alguna forma, no se desprendió del todo, y el brazo derecho. También perdió la mayor parte de sus dientes y el ojo izquierdo. todavía tenía vida, pero se encontraba totalmente destrozado. Después de este suceso tuvieron que realizarle más de 30 operaciones para conservarle la vida, Carpenter se ha convertido en una especie de embajador para el Cuerpo de Marines y sus combatientes heridos. Inspira a sus familias y a los veteranos un ejemplo de amistad genuina, una amistad que lo entrega todo, aun su propia vida. Si creen que esta historia es increíble, algo mucho mayor sucedió hace 2000 años atrás en la cruz del calvario. Nuestro Señor Jesucristo al ver nuestra condición tan triste y miserable aquí en la tierra, al ver que estábamos muertos en nuestros delitos y pecados, al vernos sin Dios y sin esperanza en el mundo, al vernos cargar esas cadenas tan pesadas, al vernos como ovejas descarriadas y camino a la destrucción eterna. por amor descendió al mundo, por amor se hizo hombre, por amor habitó entre nosotros y por amor entregó su vida como el precio de nuestro rescate. No hay amigo tan precioso como nuestro salvador, quien viendo nuestra terrible condición y conociendo que la única sentencia que nos esperaba era la muerte eterna, él pago de forma voluntaria por nuestros pecados, el ocupo nuestro lugar en la cruz. Bien lo expreso el profeta Isaías al decir “Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; más Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros” Que amigo más maravilloso el que tenemos, un amigo que entregó su vida por el bien de nuestras almas ¿Cómo no servirle? ¿Cómo no adorarle? ¿Cómo no entregar nuestra vida como una ofrenda agradable delante de él cada día? Dios los bendiga. Corpus Unum.