1 Bendice, alma mía, a Jehová, Y bendiga todo mi ser su santo nombre. 2 Bendice, alma mía, a Jehová, Y no olvides ninguno de sus beneficios.

No olvidemos de Bendecir a Jehová. David llama a su alma a bendecir a Jehová. Era como si David mirara su alma y entendiera que no estaba alabando a Dios lo suficiente. Él llama a su alma a hacer más. David entendía que la verdadera adoración era algo profundamente interno, delalma. No se trata solo de formas o expresiones externas, sino también de algo real delalma. “la música del alma es el alma misma de la música”. (Spurgeon) “Que otros murmuren, pero túbendice. Que otros se bendigan a sí mismos y a sus ídolos, pero tú bendiceal Señor. Que otros usen solo sus lenguas, pero en lo que a mí respecta, clamaré: ‘Bendice, alma mía, al Señor’”. (Spurgeon)   Puede que se olviden los beneficios de Dios. ¿En qué sentido? No absolutamente. La memoria atesora todas las cosas, no pierde nada. Como los registros hechos con tinta invisible, que no se ven en circunstancias normales, invisibles tal vez durante años, pero cuando se ponen bajo la influencia del calor aparecen claramente; lo mismo ocurre con la memoria, etc. Pero atesoramos en nuestra memoria aquello que más nos interesa. El avaro recuerda cualquier cosa que le ayude a acumular dinero. El corazón agradecido recuerda los beneficios. Pero en la naturaleza humana depravada hay una triste tendencia a olvidar los beneficios. Con demasiada frecuencia se atesoran las lesiones, se olvidan los beneficios. Un corazón ingrato recibe beneficios y no los reconoce como tales, no reconoce ninguna obligación, etc. Todos son propensos a fallar un poco en atesorar y tener en cuenta los beneficios Divinos.