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¿Cómo Es Que Debemos Vivir? Parte II
Principios Para Tu Vida Doméstica
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Abr 26, 2022
Abr 24, 2022
Duración:
00:14:32 Minutes
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Escritura

Efesios 6:1-4; Efesios 5:21

Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. 2 Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; 3 para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra. 4 Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor. Efesios 6:1-4 Someteos unos a otros en el temor de Dios. Efesios 5:21

Uno de los aspectos más recompensadores de la vida matrimonial es el criar a los hijos; aún bajo las mejores circunstancias, es un reto. Pero, aunque un reto, la alegría que los hijos añaden al hogar es tanta bendición que la mayoría de los padres desean tenerlos. En cuanto a mi persona, el hogar es incompleto si no hay hijos. Dios sabe que el criar hijos es un reto y por esa razón Él nos da principios bíblicos para ayudarnos a nosotros, los que somos padres de familia. En Efesios 6:1-4 encontramos unos principios de gran valor, principios que nos ayudarán en el hogar si los ponemos en práctica   Al estudiar el pasaje, no quiero que nos olvidemos de que esta es una continuación de la cita que encontramos en el capítulo 5, versículo 21, que nos habla de someternos los unos a otros en el temor de Dios. En los versículos 1 al 3 del capítulo 6 de Efesios, leemos lo siguiente: “Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra”. En estos 3 versículos encontramos 2 requisitos concernientes a los hijos: Obedecer y honrar. Nuestro mundo hoy está lleno de hijos rebeldes que no cumplen con ninguno de los 2 requisitos. Lo malo es que hay muchos padres que son culpables por no haber tenido el deseo de disciplinar a sus hijos en lo que es correcto. Quiero que observes conmigo el asunto de obedecer: Obedecer significa escuchar, hacer caso. Nos trae el pensamiento de oír una orden y ejecutarla. ¿Por qué debe someterse el hijo a sus padres en esta manera? Simplemente porque los padres son más sabios pues tuvieron el entrenamiento de sus padres además de las experiencias que uno pasa en la vida. Ellos pueden ayudar a sus hijos por medio de avisarles de peligros y problemas que pueden sufrir al meterse en ciertos asuntos, y por esa razón, Dios instruye al hijo a ser obedientes a su padre. Dios no juega con este asunto de la rebeldía de los hijos. Si observamos algunas lecciones del Antiguo Testamento, veremos que los hijos rebeldes, quienes maldecían a sus padres o quienes levantaron la mano a sus padres para golpearles, fueron sacados a las afueras del campamento para ser apedreados a muerte por los ancianos del pueblo de Dios. Dios es muy serio cuando instruye al hijo en obedecer a sus padres. El otro mandamiento que tenemos aquí es el de honrar a los padres. La obediencia se refiere a una acción; honrar se refiere a una actitud. Honrar incluye respeto y amor. Ambos el padre y la madre deben ser respetados y obedecidos. Cuando el hijo honra a sus padres, la carga de obediencia se hace menos pesada y el padre será más amoroso en sus tratos con el hijo. Cuando Dios instruye obedecer y honrar a los padres, añade una promesa: “Para que te vaya bien y seas de larga vida sobre la tierra”. Quiero decirte que en esta promesa hay más que una promesa al hijo; hay más porque nuestra sociedad también prosperará. El respeto y obediencia a los padres es la fundación de una sociedad ordenada. La falta de respeto y rebelión a la autoridad de los padres es simplemente el principio de una rebelión a la autoridad de una cadena de corrupción, pues el hijo aprende a ser desobediente y a actuar en rebeldía contra cualquier otro tipo de autoridad que pueda haber en nuestra sociedad. El hijo desobediente a los padres actuará en rebeldía contra las autoridades escolares y gubernamentales también. Para el bien de nuestra sociedad, es sumamente importante que enseñemos a nuestros hijos el respeto hacia figuras autoritativas. Debemos enseñarles a obedecer a sus padres porque es ahí donde todo comienza. El versículo 4 de nuestro texto nos dice: “Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor”. Aquí vamos a discutir 2 elementos que encontramos. En primer lugar, vemos que, como padres, no debemos provocar a nuestros hijos a ira. Lo que el apóstol Pablo nos está diciendo aquí no es que no debemos hacer nada que vaya a enojar a nuestros hijos (si eso fuera el caso, nunca les negaríamos nada), sino que no debemos poner demasiad carga de responsabilidad sobre los hombros de ellos o esperar demasiado de ellos. El padre de hijos tiene que comprender que sus hijos tienen límites también. Por ejemplo, no todos los hijos tienen la capacidad de sacar notas perfectas en los estudios. El padre debe animar al hijo en hacer lo mejor que puede, pero no puede exigirle que haga más de lo que le es posible hacer. El padre que pone estas exigencias sobre su hijo le quebrará su espíritu y le causará darse por vencido. De hecho. La autoridad del padre es ejercida para el bienestar del hijo y no para el placer del padre. Es responsabilidad de los padres hacer todo lo posible para que la obediencia sea fácil y no rigurosa. En segundo lugar, es deber de los padres criar a sus hijos, pero en la disciplina y amonestación del Señor. El asunto de criar a los hijos es ayudarles en el desarrollo del carácter. Siempre, el carácter de los hijos en un hogar cristiano debe estar relacionado al Señor. El criar a los hijos es un trabajo de tiempo completo y no es cosa fácil. El padre debe ayudar a sus hijos en toda fase de la vida, sea física, mental o espiritual. Es disciplinar en toda área de la vida, ayudando al hijo a comprender valores que le ayudarán a funcionar mejor. Lo increíble de todo esto es que el padre hace todo esto sin esperar nada a cambio; simplemente desea lo mejor para sus hijos. Lo hace porque ama a su familia y ama a Dios. Criar a los hijos en amonestación del Señor me implica 3 cosas a mí. Lo que me indica en primer lugar es que los principios usados para criar deben venir del Señor. En segundo lugar, pienso que la enseñanza de esos principios debe ser hecha de una manera cristiana, reconociendo el señorío de Jesús. Y, en tercer lugar, creo que, aunque la instrucción es administrada por los padres, debe venir del Señor siendo los padres agentes de Él para ayudar a los hijos en la vida que desarrollarán para el Señor. Tales enseñanzas involucrarán costumbres sociales del mundo en que vivimos. Incluirá instrucciones académicas en instrucciones educativas, además de la enseñanza en el hogar. Incluirá dirección espiritual en los programas educativos de la iglesia. Lo que te estoy tratando de decir es que la responsabilidad máxima del padre asegurar que sus hijos reciben enseñanza; pero no cualquier enseñanza sino una enseñanza correcta que agrada a Dios. Basta decir que el criar a hijos no es nada fácil; es un proceso largo y dificultoso pero las recompensas son inmensas. Sí vale la pena educar bien a nuestros hijos. Es un verdadero gozo ver a una familia que practica lo que estamos hablando hoy, una familia en donde los padres envían a sus hijos a la sociedad, habiéndolos disciplinado correctamente; hijos quienes son excelentes ciudadanos pues son personas que respetan los derechos de otros y son obedientes a las autoridades, aman a Dios y al prójimo como a ellos mismos y son una bendición, no importa el lugar donde estén. Para terminar, leamos nuevamente estos cuatro versículos: “Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra. Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor”. Vamos a orar. Padre, nuestra oración es que pudiéramos tener familias que ponen en práctica lo que hemos estudiado hoy. Señor, a nosotros los padres ayúdanos a ver la responsabilidad que tenemos por el bienestar de nuestros hijos y así también por el bienestar de nuestra sociedad. La tarea es pesada, pero es una tarea bien recompensada. Ayúdanos porque te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.

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