(Centro De Vida)
Escritura
Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. 29 Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; 30 porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga. Mateo 11:28-30 Porque atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros de los hombres; pero ellos ni con un dedo quieren moverlas. Mateo 23:4
Mateo 11:28-30 ha dado seguridad a tantos corazones llegando a ser el texto favorito de muchas personas, dado a esto es imperativo que lo incluyamos en nuestro estudio de pasajes favoritos de la Biblia. Es un pasaje de amor e invitación, leamos, Mateo 11:28-30: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga”. Tal vez tú llevas una carga pesada hoy, si es así Jesús te está hablando a ti, si deseas tener paz en tu corazón y quieres recibir alivio de las presiones que este mundo impone sobre nosotros, estas palabras de Jesús son para ti, Él dice: “Ven a mí y yo te haré descansar, y hallarás descanso para tu alma”, este texto reconoce un problema, el problema está en que los hombres verdaderamente son trabajados y cargados, la palabra trabajado nos describe el resultado de los esfuerzos del hombre aparte de Dios. El hombre hoy día lucha y lucha y sin embargo está en el mismo lugar, hace grandes esfuerzos por adelantarse en la vida, pero sin resultados, su esfuerzo llega a ser una carga, su trabajo es una carga, de hecho, la vida en sí se vuelve una carga. El trabajo del que nos está hablando Jesús en esos versículos es el trabajo religioso, si vamos a Mateo 23:4 veremos donde Jesús condenó la carga que los religiosos querían imponer sobre los hombres de su día, Jesús explicó que los religiosos atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las pone sobre los hombros de los hombres pero ellos ni con un dedo quieren moverlos, lo que está enseñando el maestro es que las obligaciones de la religión pueden ser una bendición si atraen a la persona Dios de una manera apropiada, sin embargo los ritos religiosos no atraen la persona a Dios, solo aumentan a la carga que el individuo ya lleva pero la carga que nos habla Jesús no es una carga material, es la carga que lleva el espíritu humano y Él promete que existe un remedio para quitar esas cargas de sobre los hombros del hombre, los que hemos recibido a Jesús sabemos de lo que nos está diciendo, ya la culpabilidad y la carga que estaban sobre nosotros ha sido quitada, Jesús la ha levantado y hoy sentimos gran alivio. Nuestro texto también nos hace una invitación, Jesús nos invita al decirnos: “Ven a mí”, esa sí que es una invitación. He oído hablar de personas que han recibido una invitación de algún alto funcionario, de algún gobierno, esas personas no podían contener su gozo y excitación. Cuanto más deberíamos nosotros de alegrarnos, no es un alto funcionario gubernamental que nos invita a venir a él, es Jesucristo, es Dios mismo. Jesús hace la invitación, pero el hombre es quien debe acudir a la invitación. La doctrina bíblica de la soberanía de Dios no quita la responsabilidad del hombre en tener que responder a su llamado, el hombre tiene una voluntad y debe responder: “Aquí estoy” cuando Dios le extiende su invitación de gracia. Si tú no has aceptado la invitación de Dios en venir a Él, no debes esperar, que Él no te va a esforzar a venir. Debes acudir gustosamente por tu propia voluntad, Jesús te dice: “Ven a mí y yo te haré descansar”. Nuestro texto también nos promete una bendición. ¿Cuál es la necesidad de todo aquel que lleva una carga pesada? Claro que sí, necesita que alguien le alivie de la carga para que pueda descansar, no puede descansar con la carga sobre sus hombros, tiene que quitarla de encima de sí, solo así es que podrá descansar y es ahí donde entra la promesa de Jesús “ven a mí y yo te haré descansar”, ese descanso permitirá al individuo recuperar sus fuerzas. Vemos en la promesa de Jesús dos formas en que esto puede ser aplicado: en primer lugar, Jesús causa al creyente descansar de sus propios esfuerzos de acabar con el pecado en su vida, Jesús llevó la carga de nuestros pecados al Calvario permitiéndonos a nosotros los creyentes realizar el descanso que necesitamos en el momento de recibirle como Salvador, esto es lo que nosotros llamamos “perdón”. En segundo lugar, Jesús causa al creyente cesar de trabajar con esfuerzos carnales produciendo en él fruto espiritual para Dios en servicio espiritual, el Espíritu Santo quien vive en el espíritu humano de todo creyente está viviendo en él una vida que produce sus frutos, el servicio ya no llega a ser una responsabilidad, o sea una carga para el hombre, sino que llega a ser un privilegio, llega a ser un gozo. Jesús te extiende su invitación en este preciso momento. Si tú vienes a Él arrepentido y confiando en Él para salvarte y traer paz a tu vida, entonces Él te traerá el descanso que tú tanto anhelas, ven a Él. En realidad, el descanso que da Jesús tiene dos etapas, en el texto Jesús nos dice en una parte: “Yo os haré descansar” y en otra parte dice: “Y hallaréis descanso”, Jesús nos da el descanso de la salvación en primer lugar y después el cristiano entra en el descanso de la santificación, Jesús da descanso de la culpabilidad y el cristiano entra al descanso del servir, el segundo descanso no es más que una extensión del primer descanso y es un descanso sin igual, yo te lo aseguro. En terminar nuestro estudio de hoy, veremos que nuestro texto contiene en sí una explicación: “mi yugo es fácil y ligera mi carga”, tú y yo tenemos que comprender que aún en el servicio de Jesucristo hay un yugo y una carga que llevar, necesito explicar aquí que la palabra “yugo” fue usada por maestros durante el período del Nuevo Testamento para referirse a la sumisión a la autoridad del que enseñaba, el llevar el yugo de alguien simplemente significaba que uno se entregaba a la instrucción y guardaba los principios de su maestro religioso. Debemos reconocer que el ser cristiano no significa que uno no tiene la responsabilidad de seguir y servir a Cristo, por lo contrario, hay un yugo que debemos llevar, hay una carga para nosotros y es una obligación a la obediencia y servicio a Jesucristo. ¿Cuál es la diferencia entre seguir la enseñanza de Cristo y seguir la enseñanza de cualquier otra religión? Jesús nos lo explica: “mi yugo es fácil y ligera mi carga”, ¿qué nos quiere decir? Simplemente que su yugo en contraste a otros es hecho para servir, no hay dolor ni cansancio en llevarlo. La carga que se refiere Jesús es ligera, fácil de llevar, es una bendición llevar su carga, quiero que entiendas que el servicio a Jesús no es un descanso después de trabajar sino descanso en el trabajar, no es el descanso de la inactividad sino gozo y descanso en la actividad, hay satisfacción y crecimiento en servir a Jesús. Para que entiendas mejor déjame decirte que el hombre que se casa con una mujer a quien ama más que a la vida no se siente amarrado y ni esclavizado, claro que no, este hombre lo considera un honor, un gozo, no cambiaría su situación por nada en el mundo y así es mi servicio a Jesús, yo no la cambiaría por nada en el mundo, no es una carga, es realmente un privilegio ¿y por qué? Pues porque Jesús anda con uno y para serte sincero, el único descanso que encuentro yo es en el servicio a mi Señor, yo quisiera que considerarás tomar el yugo sobre tus hombros para asumir la carga que Él te ha asignado. Yo te prometo que encontrarás verdadero descanso y paz en su servicio, sabrás lo que realmente significa la palabra libertad, escucha nuevamente lo que te dice, Mateo 11:28-30: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga”. Vamos a orar. Padre, gracias te damos por el yugo de Jesús, de veras que su yugo es fácil y su carga ligera, te pido en esos momentos que le des entendimiento de esto a mi amigo, que pueda comprender y así aceptar el yugo de Jesucristo. Padre, te lo pedimos para honra y gloria tuya, en el nombre de Jesús. Amén.
Otros archivos en esta serie
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Centro De Vida)
(Lifeword)
(Lifeword)
(Lifeword)
(Lifeword)
(Lifeword)