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La Mujer Que Place A Dios
Guarda Su Hogar De Interrupción
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Dic 22, 2021
Dic 20, 2021
Duración:
00:14:33 Minutes
Vistas:
2

Escritura

Tito 2:5; Gálatas 3:28

a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada. Tito 2:5 Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús. Gálatas 3:28

El hogar cristiano feliz no es un accidente, es un hogar que viene a consecuencia de un cuidado intensivo y un esfuerzo constante. Hay dos cosas esenciales en el hogar. En primer lugar, que Cristo sea la cabeza del hogar, y en segundo lugar el bienestar del hogar se ejerce con diligencia. Hay un reto para el hogar y el matrimonio hoy día, los liberales declaran que la institución del hogar y el matrimonio ya ha pasado de moda y que ya no tienen lugar en nuestra sociedad moderna. La mayoría de las personas piensan que las promesas del matrimonio no tienen ningún valor y que pueden ser violadas sin repercusión. En vista de todo lo que ataca al matrimonio hoy día nuestros hogares deben ser protegidos, el hogar ha sido instituido por Dios, probado en la historia y aprobado por multitudes de tal manera que esta recomendación es para todos. El lugar de la mujer en el hogar es de suma importancia. La mujer tiene tanto que ver con la preservación del hogar que el marido, por lo consiguiente estoy haciendo la sugerencia a todas las mujeres que protejan sus hogares de asuntos que pudiera separar a sus miembros. Claro está que ahora me preguntaran ¿Cómo? Por lo tanto, les daré algunas sugerencias. La mujer puede proteger a su hogar con su escudo de amor. Las Sagradas Escrituras expresan que la mujer debe amar a su marido y a sus hijos, sobre todo una esposa y madre debe amar y ser tierna en todas sus relaciones con su marido e hijos. En ello debe estar su contentamiento. Existen varias palabras en el griego que sirven para expresar el amor: Storge es afecto natural y se aplica a hombres y animales; Eros es un amor que busca satisfacción, en realidad esta palabra es usada para expresar el amor sexual; Philia habla de afecto y deleite, expresa una emoción de placer que se basa en la relación común de espíritu entre dos individuos; Ágape es el amor del acto de la voluntad, es un amor que expresa el bienestar de otros a quienes uno ama, es el amor de auto sacrificio. De estos cuatro términos el tercero, Philia, es el que forma la raíz del amor hacia el marido e hijos, ¿Cuál es el significado de este amor en el hogar? Este amor demuestra un interés común y una mutua y activa participación en ese interés, nos da el cuadro de una mujer que se goza en la presencia de su familia mientras que su corazón se extiende a cada uno de sus miembros en placer con deleite. El placer y su deleite son las emociones claves de tal relación en amor. Debemos acordarnos de que hay tres niveles de amor. En primer lugar, yo te deseo y por lo consiguiente te amo, este es el nivel más bajo del amor, básicamente este amor es egoísta, no es más que una atracción animal. En segundo lugar, yo te necesito y por lo tanto te amo, este todavía no es amor profundo, muchas veces no es más que lascivia, este amor podría ser noble y digno, pero todavía busca para sí mismo. En tercer lugar, tú me necesitas a mí y por eso te amo, este amor sube a un nivel más elevado, no es egoísta, este tipo de amor pone en nuestra mente el propósito de que nos casamos para traer alegría a nuestro cónyuge, este es el tipo de amor que nos llevará hasta el final por muchas tormentas que nos salgan al encuentro. La mujer debe asegurarse de que su hogar está lleno de este tipo de amor. Una familia está en grave peligro cuando tiene una actitud de que yo te amo si o yo te amo porque, pero si tiene una actitud de que yo te amo sin condiciones entonces el hogar está seguro. Seguro está que la mujer que vive compartiendo estos pensamientos no vivirá con la actitud de que tiene que aguantar todo lo que venga de su marido e hijos, ella ha creado un espíritu de amor en su corazón y se siente contenta con su marido e hijos, sin este espíritu el hogar solo llegaría a ser un lugar donde comer y dormir, nunca sería un verdadero hogar. Esta idea de que la mujer tenga gran complacencia en su marido y en sus hijos no es algo nuevo, en la antigua ciudad de Pérgamo, mencionada en el libro de Apocalipsis arqueólogos descubrieron una inscripción que decía: “Julio vacsius aotacalia paio”. “Mi amada esposa quien amó a su marido y a sus hijos, y vivió conmigo en pureza por treinta años”, de todas las mujeres como esta, se dirá se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada y su marido también la alaba. Qué precioso está eso. La mujer puede santificar al hogar con su presencia, nuevamente la Biblia nos dice en Tito 2:5 que “…la mujer joven debe ser cuidadosa de su casa”. Ella debe preocuparse por los asuntos domésticos, ella debe ser entregada al cuido del hogar. En tiempos del Nuevo Testamento no era común que la mujer tuviera un trabajo fuera de la casa, el pensar de la gente era que una buena esposa y madre se quedaría en casa para cuidar a los de su familia, en vez de salir fuera del hogar para chismear y perder su tiempo. La situación hoy es diferente, es común que una mujer tenga empleo al igual que el hombre de la casa. ¿Por qué es que hay mujeres quienes trabajan fuera del hogar? Pues hay varias razones, algunas trabajan porque traen más dinero a la familia, muchas veces es por necesidad, pero mayormente es para que la familia pueda vivir en otro nivel social. Algunas mujeres trabajan para escaparse del aburrimiento de estar encerrado en la casa día tras día. Y hay otras mujeres que trabajan fuera del hogar porque persiguen una carrera, no pueden ser contentas como esposa y madre, entonces buscan llenar el vacío que hay en su persona. Dios ha sido bastante claro en que Él desea que la mujer se preocupe primordialmente por el bienestar de su familia. Gracias a Dios por todas esas mujeres quienes encuentran un gozo en lavar, cocinar y mantener limpia su casa, debido al amor que tienen para su familia, es mejor si la mujer se puede quedar en casa. Hay una gran seguridad para el hijo encontrar a su madre en casa cuando regresa de la escuela o de jugar, y bienaventurado es el marido también cuando sabe que al regresar a su casa se encontrará con una esposa amante y tierna, la presencia de ella santifica al hogar. Una mujer trae seguridad al hogar por medio de ser sumisa. Tito 2:5 nos enseña que la mujer joven debe ser “sujeta a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada”. En Jesucristo no hay una distinción entre el hombre y la mujer, según Gálatas 3:28, pero debido a la naturaleza humana Dios ha establecido una distinción por medio de poner al hombre como jefe del hogar. En toda empresa tiene que haber un líder. El líder en el hogar es el marido, el rehusar vivir de acuerdo a esto sería desobedecer a Dios, y por lo consiguiente su Palabra sería blasfemada. Ninguna mujer cristiana tendría el deseo de hacer esto. Pablo escribió la Epístola a Tito en el año 65 después de Jesucristo, en ese tiempo las mujeres no salían al público, y si salían al público llevaban puesto un velo. El cristianismo enseñó que la mujer era igual al hombre. Supongamos que de repente las mujeres cristianas habían salido a las calles con sus caras descubiertas y con su pelo cortado al igual que el hombre, la gente hubiera dicho que eran prostitutas, la Palabra de Dios habría sido blasfemada. La meta de la mujer cristiana es la de honrar a su marido, dar nutrición a sus hijos y preservar a su hogar para la honra y gloria de Dios. La mujer que agrada a Dios cuidará su hogar, sin permitir que entren cosas que podría separar a los miembros de ese hogar. Ella protegerá al hogar con un escudo de su amor. Ella santificará al hogar por medio de su presencia y asegurará al hogar por medio de estar sumisa. Si estas cosas son obedecidas entonces la mujer puede ser una mujer que verdaderamente agrada a Dios. Vamos a orar. Padre el estudio de hoy rompe mi corazón, pues conozco de muchos hogares que no tienen la protección que deberían tener. Padre la mayoría de los hogares hoy son hogares egoístas, los miembros que componen dichos hogares solo piensan en sí y en nadie más. Padres danos, madres y esposas que de veras se preocupen y que lucharan para el bienestar de sus hogares, por el puro amor que tienen para sus maridos e hijos. Padre ayúdanos, porque te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.

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