Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Génesis 1:27 Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él. Génesis 2:18

Liberación femenina. ¿Significa algo especial esa frase? Probablemente nos recuerda de eventos en la actualidad, en los cuales mujeres declaran que ellas han sido oprimidas, teniendo que aceptar segundo lugar al hombre y demandando su libertad. Pero hay mucho más involucrado en este término. Jesucristo ha sido el hombre que más ha ayudado la causa de las mujeres en la historia de la humanidad. Él enseñó que cada persona fue creada a imagen y semejanza de Dios. Él enseñó el valor supremo de cada ser humano. El resultado ha sido que la religión cristiana ha hecho más por levantar a la mujer, que todas las otras influencias combinadas. El mundo antiguo consideraba a la mujer como esclava o juguete. El concepto judaico del honor de la mujer era más elevado, pero el cristianismo es lo que ha ayudado a la mujer en llegar a su puesto de más honor. Las mujeres tuvieron un lugar muy especial en el ministerio de Jesucristo. Él entró al mundo en cuerpo naciendo de una mujer. Un sin número de mujeres fueron sus discípulas. Mujeres ayudaron a financiar su ministerio mientras que Él viajaba por toda Palestina, enseñando las cosas pertinentes al reino de Dios. Fueron las mujeres quienes estuvieron con Él en el momento de su crucifixión, y eran las primeras de anunciar su resurrección. La primera persona convertida en el continente de Europa fue una mujer. La religión cristiana enseña que la mujer merece un lugar de honor especial en la actitud de los hombres. Sabiamente alguien ha dicho: “Atrás de cada hombre exitoso hay una gran mujer”. Dios ha hecho al hombre de tal forma que queda incompleto si no tiene una mujer para contribuir a su vida. Jesús elevó a la mujer por medio de enseñar que ella tiene un lugar en el plan de Dios para la raza humana, la mujer que desea agradar a Dios debe buscar ese lugar con gran gozo. Génesis 1:27 dice: “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó”. El hombre llegó a existir cuando Dios le formó del polvo de la tierra y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente. Así que la especie masculina de la raza humana llegó a existir por medio de una obra personal y creativa de Dios. Hasta este punto el hombre no tiene superioridad sobre la mujer. En gran sabiduría Dios causó que el hombre se durmiera, tomó de su costado una costilla e hizo a la mujer. El origen de la mujer no fue menos que la del hombre, pues ambos fueron creados por medio de una obra creativa y personal de parte de Dios. No es menos milagroso ser formado de una costilla que del polvo de la tierra, el hombre y la mujer se paran juntos como obra milagrosa del poder de Dios, las únicas criaturas que reflejan la imagen y semejanza divina del Señor. Dios observó a la creación completa: luz y tinieblas, cielo y nubes, mar y tierra, peces y aves, animales y la humanidad, varón y hembra. “…y vio Dios todo lo que había hecho y he aquí que era bueno en gran manera…”. Dios creó a la mujer con doble propósito: En primer lugar, la mujer tiene un ministerio psicológico que administrar en cuanto a su relación con el hombre, es muy importante el hecho de que Dios creara la tierra y dijera es bueno, Él creó los peces y las aves, y los animales y dijo “…es bueno…”, pero cuando creó al hombre Él dijo: “…no es bueno…” Génesis 2:18 nos dice: “Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él”. El hombre era único entre las criaturas de Dios, era el único que llevaba la imagen y semejanza divina, Dios trajo a todos los animales delante de Adán para que él les diera nombres y supiera que ninguno de ellos llevaba su naturaleza. El hombre era único y estaba completamente solo, y viendo esto es que nosotros debemos ver la gracia y el propósito de Dios en crear a la mujer. Nuestra Biblia nos dice que Dios creó a la mujer para ser ayuda idónea para el hombre, esto significa que ella debía compartir su naturaleza. Él hizo que la mujer fuera una compañera del hombre, Él la hizo con el fin de llenar lo que faltaba en su vida y esta es la contribución psicológica que la mujer ocupa en la humanidad. En segundo lugar, la mujer tiene un ministerio biológico: ella se une al hombre para compartir en la obra creativa de Dios, por medio de la concepción, nacimiento y nutrición de sus hijos. Después de crear al hombre y a la mujer, según Génesis 1:28, los bendijo Dios y les dijo: “Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla y señorearla”. El proceso de la procreación es por lo consiguiente sagrado para Dios, es su propósito divino en el ministerio biológico asignado al ser humano. Dios hizo a la mujer para ocupar un puesto de distinción, no debe molestarnos el hecho de que Dios exija que el hombre sea cabeza de la mujer, eso es simplemente la verdad. 1 Corintios 11:3 nos dice: “Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo”. La cadena divina en cuanto al orden de autoridad es: Dios, Cristo, el hombre, la mujer y los hijos. Que la mujer rechace sujetarse al hombre es rebelión a Dios, de igual manera que sería rebeldía que el hombre rechazara sujetarse a Cristo. Mira lo que la Biblia nos dice ahora en Génesis 3:16: “Tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti”. 1 Pedro 3:1 dice: “Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos”. Efesios 5:22 y 24 dice: “Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor. Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo” y ese es el orden divino, el desobedecerlo sería pecar. ¿Por qué ordenó Dios que la mujer se sujetara al hombre? Debido a la debilidad humana. Ha habido tres etapas en la vida socio espiritual del hombre. En primer lugar, el hombre estaba bajo el orden directo de Dios, y gozaba de perfecta armonía en cuanto a la relación humana, tal era el caso de Adán y Eva en el Jardín del Edén antes del pecado. En segundo lugar, el pecado entró a la experiencia humana y rompió las relaciones humanas, Adán y Eva se avergonzaban de presentarse el uno ante el otro, y hermano se levantó a matar a su hermano. En tercer lugar, Dios autorizó la autoridad de ciertos humanos sobre otros para restaurar algo de paz entre relaciones humanas, y este es el fundamento de la autoridad en el hogar y también en los diferentes gobiernos. La Biblia da otras dos razones específicas del por qué la mujer está sujeta al hombre: número uno el hombre fue creado primero, y debido a eso es el primero que tiene autoridad; y número dos la mujer fue la primera en someterse a la tentación y trajo el pecado a la humanidad, por lo consiguiente está ella bajo la supervisión del hombre. Esto no significa que la mujer es inferior al hombre, de ninguna manera, el hombre y la mujer fueron hechos a imagen y semejanza de Dios, ambos tienen que llevar a término la tarea que Dios les ha asignado, los dos tendrán que responder a Dios por la manera en que han vivido. La mujer no está sujeta al hombre para que él la degrade, sino para que la glorifique y esto es lo que Dios ha ordenado, y así es como debe ser. La mujer que agrada a Dios no se rebela en contra de Dios, ni a la posición que Él la ha asignado. Ella se somete a su autoridad, cumple con su tarea y honra a Dios por medio de ser fiel en temerle y obedecerle. La mujer que agrada a Dios está orgullosa del puesto que Dios le ha designado. Vamos a orar. Padre te damos gracias por mujeres que han sido fieles en obedecer tu Palabra. Mujeres que han tenido la inteligencia y el deseo de escudriñar las Escrituras, para seguir el plan que Tú has ordenado. Padre la humanidad hoy tiene necesidad de más mujeres que te amen, y que te sean fieles, y que estén dispuestas a pararse firmemente en tu verdad. Pido que, si hay alguna mujer que me esté escuchando hoy, que ha sido desobediente, que tu Espíritu le hable y que pueda arrepentirse para buscar tu voluntad para su vida. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.