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Como Mantener El Fuego - Parte II
Se Firme Bajo Fuego
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Nov 09, 2021
Nov 09, 2021
Duración:
00:14:32 Minutes
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1

Escritura

Romanos 12:9; Romanos 14:22

El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno. Romanos 12:9 ¿Tienes tú fe? Tenla para contigo delante de Dios. Bienaventurado el que no se condena a sí mismo en lo que aprueba. Romanos 14:22

La vida es una de muchas decisiones, en realidad podemos conocer al hombre por medio de ver qué cosas escoge hacer, vemos la profesión que escoge cursar, vemos los compañeros que escoge o decide tener, vemos las actividades en que decide participar, vemos las palabras que escoge usar, todo esto nos demuestra nuestro verdadero ser, lo que somos en la realidad. Leí un artículo recientemente en un periódico, el artículo hablaba de un robo, en donde la privacidad de un hogar fue invadida, sentí mucho pesar al oír como el malhechor se llevó todo lo que la familia poseía, sentí un disgustó grande al pensar, cómo los derechos de esta familia, habían sido ignorados, fue una ocasión muy trágica; sin embargo, tengo que reconocer que existe una tragedia aún más grande que esa, ésta tragedia más grande, ocurre cuando un hombre toma decisiones en la vida que le roban y le privan de su propio bienestar y felicidad; es una doble tragedia, existe la invasión de uno mismo, que es dañina, al bienestar de uno mismo, uno puede robarse a uno mismo por escoger o tomar decisiones erróneas en el área de ética y relaciones espirituales, la paz o tranquilidad de la conciencia, el respeto a otros, el poder de Dios y privilegios tales como éstos, se pierden cuando el hombre fracasa en usar sabiduría espiritual para escoger las cosas mejores. Dios nos da este consejo en Romanos 12:9 “Aborreced lo malo, seguid lo bueno”, si deseamos experimentar el resplandor de la Gloria de Dios en nuestras vidas, tenemos que escoger bien. Tenemos que tomar buenas decisiones, nosotros mismos nos acusamos cuando decidimos mal o escogemos mal lo que vamos a hacer. Romanos 14:22 nos dice “Bienaventurado el que no se condena a sí mismo en lo que aprueba”; mi hermano nuestra vida puede ser una de gran alegría si decidimos vivir por estos dos principios: “Aborreced lo malo, seguid lo bueno”. Aborrecer significa odiar a algo, tener horror de algo, huir de algo, o tener repulsiones de algo, alguien que aborrece lo malo, por lo consiguiente no buscará lo malo, ni le agradará la anticipación ni la participación de lo malo. La persona que aborrece lo malo, no será atraída por lo malo, más bien sentirá asco hacia lo malo, no buscará una oportunidad para practicarlo, más bien huirá del mal, sentirá terror y no le agradará. El Salmos 1:1 dice “Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en sillas de escarnecedores se ha sentado”. Ese es el hombre que aborrece lo malo, ni anda, ni se para, ni se sienta en lugares donde el pecado es aprobado sea por actitud o por hechos, más bien huye. Acordémonos de la historia de José, encontrado en el libro de Génesis, la mujer de Potifar le está seduciendo para que José cometa adulterio con ella, José huyó de la casa, no quiso desobedecer a Dios; Dios dijo en sus mandamientos “no cometerás adulterio” y José aborreció lo malo, el pecado le fue repulsivo y huyó. Nosotros también somos seducidos y atraídos diariamente por lo malo; las películas que vemos en los cines y por la televisión, las revistas pornográficas que vemos en las esquinas, la música que escuchamos, la forma en que nos vestimos, los chistes sucios que escuchamos, todo esto nos trata de seducir y atraparnos en la maldad. Yo te pregunto, ¿Huyes tú de estas cosas? o ¿Te has ido conformando poco a poco de tal manera que estas cosas te agradan? Debemos aborrecer lo malo y seguir lo bueno, no debemos conformarnos a estas cosas. El problema del mundo hoy es que demasiados cristianos no viven la vida santificada que deben vivir, no aborrecen lo malo ni tampoco siguen lo bueno; Dios perdónanos y ayúdanos. El apóstol Pablo le dijo a Timoteo en 2 Timoteo 2:22 “Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor”; esa es la amonestación que debemos seguir si verdaderamente vamos a aborrecer lo malo. Mi amado hermano cristiano, según Romanos 13:12-14 “La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz. Andemos como de día, honestamente; vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne”. Únicamente así es que vamos a poder mantener ese brillo del resplandor de la Gloria de Dios, para poder alumbrar el camino hacia Jesús; otra vez ¿Cómo mantenemos el brillo? Pues por medio de aborrecer lo malo. Si estás viviendo en el camino del pecado, ya no continúes allí, el fin de ese camino, es la muerte. Dios nos da una declaración positiva y negativa, del mismo principio de una vida de santidad para ayudarnos en comprender lo mejor. Negativamente debemos aborrecer lo malo, pero positivamente debemos seguir lo bueno; esta doble declaración positiva y negativa, nos permite entender el asunto mejor y nos auxilia en saber lo mejor que debemos hacer; la forma de aborrecer lo malo, es seguir lo bueno, la forma en seguir lo bueno es aborrecer lo malo, éstas dos declaraciones son los lados opuestos del mismo principio espiritual. Seguir lo bueno significa, agarrarse, aferrarse o ser fiel a algo, significa pegarse a algo para nunca soltarlo; éste principio es expresado en el asunto del matrimonio, cuando Dios dijo “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne”, el significado es claro, pegarse a lo bueno, ser fiel a lo bueno y no alejarse de lo bueno. ¿Cómo sabemos cuál es lo bueno? Una cosa es buena, cuando es bella y apropiada, más importante una cosa es buena cuando es moralmente derecho, mejor todavía es buena cuando es aceptable a Dios y cuando va de acuerdo a su naturaleza divina. Tengamos en mente a Daniel en Babilonia, era un joven que había sido llevado en cautiverio a un país extranjero, era siervo de una gente cuyo idioma, cultura y religión era diferente al suyo propio, lo pudieron haber puesto como esclavo en una cocina, pero le fue dada la oportunidad de entrenarse para una posición en el gobierno, inmediatamente Daniel estuvo cara a cara con una situación que requería de él, el comprometer su alianza a Dios; sin embargo la Biblia nos dice en Daniel 1:8 que el joven hebrero “propuso en su corazón no contaminarse” por haber tomado dicha decisión, escogiendo hacer lo bueno, él aborreció lo malo y siguió lo bueno y Dios lo vindicó por medio de honrarle con una posición más alta que la de otros por su devoción a la pureza. Siendo repugnante lo malo para Daniel, se aferró a lo que Dios le agrada y Dios le bendijo. El cristiano que desea brillar por Cristo reflejando la Gloria de Dios en su vida, debe huir de lo malo y aferrarse a lo bueno. Hay que tomar en cuenta todos los hechos ¿Qué afecto tendrá la decisión para contigo personalmente que te levantará o te va a hundir? ¿Te ayudará o te atrasará en crecer como Dios quiere? ¿Aumentará el sentir de la presencia de Dios en tu vida o hará disminuir el sentir de su presencia? ¿Te hará más apto para ser usado por el Espíritu Santo o no? Una respuesta honesta a todas estas preguntas nos dirigirá al camino correcto, el aborrecer lo malo y seguir lo bueno, no se puede conseguir por medio de fuerza carnal. 2 Corintios 10:3-5 nos dice “Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo”. Y esto es lo que debemos hacer, debemos ponernos a la disposición de Dios, para que Él pueda hacer en nosotros aquello que más le agrada. 1 Tesalonicenses 5:23, pide nuestra completa santificación, santificación de espíritu, alma y cuerpo, pero debemos acordarnos también de que nuestra tarea nunca está cumplida. 2 Corintios 3:18 dice “Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor”. Entre más nos conformamos a la imagen del Hijo de Dios, más queremos ser como Él es santidad, más queremos aferrarnos a lo bueno, aborreciendo lo malo; si seguimos ejerciendo nuestro discernimiento moral, escogiendo hacer lo bueno, entonces mantendremos el brillo del Cristo viviente, brillando a través de nuestras vidas, iluminado el camino a otras personas. Vamos a orar. Padre gracias te damos por la salvación que tenemos en Cristo Jesús, y ahora que tenemos esa Salvación, nos es necesario compartirla con otros, entendemos que la mejor forma de compartir el evangelio con otros es por medio de vivir el evangelio en nuestras vidas. Señor muchos de mis hermanos, han perdido su brillo, no que el brillo ya no está en ellos, sino que simplemente han rozado con el pecado y el brillo se ha opacado. Padre ayúdales hoy a aborrecer lo malo por medio de seguir lo bueno, restáurales tu brillo otra vez para que iluminen los pasos a otros, quienes tanto necesitan de Jesús, en el nombre de Él te lo suplicamos. Amén.

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