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Como Mantener El Fuego - Parte II
Regocíjate En La Esperanza
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Nov 08, 2021
Nov 08, 2021
Duración:
00:14:32 Minutes
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Escritura

2 Corintios 4:6; Romanos 12:9-13

Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo. 2 Corintios 4:6 El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno. 10 Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros. 11 En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor; 12 gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración; 13 compartiendo para las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad. Romanos 12:9-13

Algunos cristianos, aparentan brillar con la irradiancia de Cristo Jesús, como Moisés cuando bajó del Monte Sinaí con la Gloria de Dios reflejada en su rostro, algunos creyentes manifiestan la Gloria de Dios en sus corazones, por virtud de su fe en Cristo Jesús, tal espíritu radiante debiera señalar a todos los hijos de Dios. 2 Corintios 4:6 nos dice “Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo”. Yo deseo ayudarle en mantener ese brillo, deseo que estudien conmigo diez lecciones, basadas sobre el texto de Romanos 12:9-13, en donde investigaremos cómo mantener esa luz de Dios en Cristo Jesús, brillando en nosotros. El propósito de los estudios será cumplir con este mandamiento que encontramos en Mateo 5:16 “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”. ¿Cómo podemos mantener la Gloria de Dios, brillando en nuestras vidas? Dios nos responde en Romanos 12:9 “El amor sea sin fingimiento”. Eso, es decir, si vamos a reflejar el Espíritu del Señor Jesucristo, dejemos vivir al amor. La Biblia reconoce que hay diferentes tipos de amor, en el idioma griego, en el cual se escribió originalmente el Nuevo Testamento, encontramos tres palabras distintas, que interpretan la palabra “amor” en español, el primer término griego es “Eros” esto término indica “pasión y lascivia”; el segundo término es “Philia”, indica amor de familia o amor entre hermanos; el tercer término es “Ágape” este término indica “amor divino”. “Eros” es una palabra fundamental que nunca se usa de manera pura y buena; “Philia” es una palabra honrada, pero a un nivel entre humanos; “Ágape” es el término más alto, es amor divino, amor sin egoísmo, amor espiritual, amor que no muere, es un amor que busca levantar, bendecir y ayudar. La Gloria de Dios, no es manifestada por emociones humanas, se manifiesta por el mismo amor de Dios, derramado en el corazón del creyente por medio del Espíritu Santo. Si vamos a brillar con el resplandor de la Gloria de Jesucristo, tendremos que dejar que el amor divino de Dios viva en nuestro corazón. El espíritu en entrega total al servicio del amor dentro del cristiano, animado por el amor de Dios, es recomendado y exigido de parte del Señor Jesús. En Juan 13:34 y 35 Él nos dice “Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuvieres amor los unos con los otros”. El hombre no se da cuenta de que conocemos a Jesús, por nuestro conocimiento de la Biblia, sino por el amor que reina en nosotros. Pablo escribe en 1 Tesalonicenses 4:9 “Pero acerca del amor fraternal no tenéis necesidad de que os escriba, porque vosotros mismos habéis aprendido de Dios que os améis unos a otros”. Dios nos enseña y Jesús nos manda a amar. El amor de Dios brillará en nosotros, si nosotros resplandeceremos su gloria, únicamente si amamos a nuestro prójimo. El amor divino no solo es mandato de Dios, sino que también nos es encomendado por el pueblo de Dios; Juan escribió la misma amonestación que nos dio Jesús, que nos amemos los unos a los otros. En Colosenses 3:14, Pablo se refiere a ese divino amor diciendo que es el “vínculo perfecto”; lo que señalaba a los cristianos primitivos era su decisión de seguir y su devoción a Jesús, eso fue expresado en su preocupación el uno por el otro, aún sus enemigos decían “mirad el amor que tienen el uno por el otro”, no hay fundamento para divisiones entre hermanos en Cristo. Juventud vs. Vejez; Hombres vs. Mujer; Cultura vs. Ignorancia, ninguna de estas cosas es de cristianos. El hombre necesita amor más que cualquier otra cosa. Una canción dice “El amor hace girar al mundo”, pero lo que el hombre necesita ver, es un amor que tiene su origen en Dios, que es exhibido por Dios y que viene de Dios al corazón del cristiano. No es suficiente el solo amar, hay que amar como hijo de Dios, reflejando amor divino, entonces es cuando brillaremos con la Gloria de Dios, reconociendo nuestra capacidad de malentender las cosas, Dios no solo nos dio el mandamiento de amar, sino que nos dio instrucciones sobre cómo amar. Podemos ver cuatro cosas en Romanos 12:9:10, concernientes a la cualidad al verdadero amor cristiano; en primer lugar, el verdadero amor cristiano es sincero, “el amor sea sin fingimiento” dijo Pablo, él quería decir que el verdadero amor no tiene hipocresías, debe ser sincero y genuino; el amor fingido es cosa despreciable, amor sincero es bello. Una pastor se acercó un día, a una casa para visitar a cierta familia y al acercarse a la puerta para tocar el timbre, escuchó palabras sucias y llenas de odio que el señor y la señora de la casa gritaban el uno al otro, ya el Pastor no quiso hacer sonar el timbre, pero tuvo miedo de que lo vieran apartarse de la casa y sabrían que se había ido por la forma en que ellos se estaban comportando, el pastor tocó el timbre y en pocos segundos el hombre llegó a la puerta, al ver al pastor, cambió de tono y con dulce voz dijo “amor el pastor ha venido a visitarnos”, durante el tiempo que el hermano estuvo con la pareja, fingieron su afecto el uno por el otro, pero el Pastor no estaba impresionado, pues supo cuál era la verdadera situación entre ellos. Debemos tener cuidado, porque la misma cantidad de insinceridad e hipocresía pueden destruir la belleza y el poder del amor que existe entre nosotros. Nosotros debemos ejercer un amor sin fingimiento, para que podamos, como nos dice en 1 Pedro 1:22 “amarnos los unos a los otros entrañablemente de corazón puro”, nuestro amor debe ser honesto y sincero. En segundo lugar, el amor del cristiano es limpio, algunos justifican al pecado en el nombre de amor, eso no es amor sincero; Romanos 12:9 nos enseña que “El verdadero amor nos hará aborrecer lo malo y seguir lo bueno”. El amor puro tiene dos lados: número 1 rechazar lo indebido y número 2 recibir lo que es bueno. Dios dice que el verdadero amor, le tiene horror a la maldad en acción, uno no puede consentir el pecado de otro bajo el disfraz de amor; no sería amor el permitir un padre que su hijo juegue con una pistola de verdad, el padre tendría que desaprobar tal acción, para el bienestar de su hijo. Es un débil sentimentalismo y no verdadero amor, cuando nosotros dejamos pasar desapercibido al pecado; por el lado positivo el verdadero amor se apegará a lo bueno. Una cosa es buena cuando es útil, tiene resultados provechosos, es recto en carácter, aceptable a Dios y honorable al hombre, el verdadero amor se aferra a tales cosas. La forma gramatical usada en Romanos 12:9 indica una manera o forma de vida, el verdadero amor rechazará lo malo y aceptara lo bueno, ese tipo de amor es el que manifestará el espíritu de Jesucristo. En tercer lugar, el amor cristiano es sin egoísmos, es amar los unos a los otros con amor fraternal, en cuanto a honra, prefiriendo los unos a los otros, es un amor que refleja la naturaleza a Dios, pues busca satisfacer a otros en vez de uno mismo. En cuarto lugar, el amor cristiano es un testimonio, es un testimonio al individuo que lo ejerce. 1 Juan 3:14 dice “Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos”. Es un testimonio a todos quienes lo observan. Juan 13:35 dice “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuvieres amor los unos con los otros”. Mi hermano si tú has recibido a Jesucristo como tu Salvador, has recibido la Gloria de Dios, por medio de esa fe que depositaste en Él. Deja que esa Gloria brille en ti, deja que brille a través de tu amor, permitamos que el amor, amor divino, viva en nosotros. Vamos a orar. Padre, gracias por habernos dado tu Gloria, Padre, muchos de nosotros hemos tapado el reflejo que Tú deseas brindar al mundo para iluminar el camino hacia ti en Cristo Jesús, perdónanos por vivir otro amor más que el amor tuyo, el amor divino, y ayúdanos a brillar porque te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.

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