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Como Mantener El Fuego - Parte 1
Viviendo En Amor
Pastor - Ricardo Robinson
(Centro De Vida)
Aired on Nov 01, 2021
Nov 01, 2021
Duración:
00:14:32 Minutes
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4

Escritura

Romanos 12:9-13; Romanos 15:13

El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno. 10 Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros. 11 En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor; 12 gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración; 13 compartiendo para las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad. Romanos 12:9-13 Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo. Romanos 15:13

El mejor testimonio para demostrar la realidad de la redención es la vida de un creyente radiante. Este mundo es un lugar lleno de desesperación, derrotas, oscuridad, pesimismo y tristeza. Pero un creyente brillante alumbrará como una luz al mundo, iluminando el camino hacia Jesús. Me imagino que alguna vez te hayas encontrado con cristiano como del cual les estoy hablando, pero trágicamente la mayoría de los cristianos no son lo que les acabo de describir, por eso es que nos hemos metido a este importante estudio de cómo mantener el brillo de Dios en nuestras vidas. Hemos escogido el texto de Romanos 12:9-13, para darnos algunos consejos de cómo podemos mantenernos cerca de Dios, y así ser alumbradores en vez de tizones apagados. Repasemos algunos de los estudios que ya hemos tenido sobre este tema. En el primer estudio vimos que debemos llenar nuestra vida con amor y que ese amor debe ser sin hipocresías. En el segundo estudio, estudiamos de ejercer discernimiento moral, aborreciendo lo malo y siguiendo lo bueno. En el tercer estudio, estudiamos acerca de concentrarnos en servir a otros no siendo perezosos en los asuntos del Señor. En el cuarto estudio vimos la necesidad de ser llenos de entusiasmo, siendo fervientes en espíritu. En el quinto estudio hablamos del auto abandono para entregarse por completo al Señor. Ahora a estos cinco principios, vamos a añadirles otros cinco, y esto nos dará un total de diez estudios. Dios desea que tengamos muchos principios concernientes a esto porque Él desea que sus hijos sean radiantes, y que brillen con el resplandor de su Hijo Jesucristo, para la honra y gloria de Él. Nuestro sexto principio es que nos regocijemos en nuestra esperanza. Muchas veces usamos la palabra esperanza para comunicar un deseo que tenemos, decimos: “…espero que no llueva mañana…” o “…espero que tal persona llegue a ser mi amigo…”; tales expresiones son simplemente indicaciones de nuestros deseos, por lo consiguiente decimos así, aunque probablemente ya sepamos que va a llover, o cuando sabemos que tal persona no desea nuestra amistad. Este uso del término esperanza es pobre. En la Biblia la palabra esperanza es un término fuerte y poderoso, no se trata de un deseo sino de confianza, dependencia y seguridad, lo podríamos describir como algo que se espera con gozo y confianza, Romanos 15:13 nos habla de un “Dios de esperanza que llena a los creyentes de gozo y paz en el creer, para que abunden en esperanza por el poder del Espíritu Santo”. Con esto podemos decir que Dios es el autor de la esperanza cristiana. Sí, en la Biblia la palabra esperanza no es palabra débil, sino palabra de poder. En terminología bíblica esperanza es el tiempo futuro de fe, cuando uno está esperando en Dios con confianza en cuanto a las cosas presentes la Biblia lo llama fe; cuando uno espera con confianza en Dios para lo que viene en el futuro, la Biblia lo llama esperanza. Estoy seguro de lo que es: es fe; estoy seguro de lo que vendrá: es esperanza. En el uso que le da la Biblia la esperanza no es más débil que la fe, ambos términos son fuertes y poderosos, porque ambos términos se paran firmemente sobre Dios y su palabra. La esperanza nunca está sola, ella es miembro del triángulo de virtudes que componen la parte y estructura esencial del cristianismo: Fe, Esperanza y Amor son la trinidad de la gracia cristiana. La Biblia nos habla de la esperanza viva que está en el corazón de los creyentes, debido a la resurrección de Jesucristo, según 1 Pedro 1:3, las Escrituras en Romanos 15:4, nos recuerdan que: “…por la paciencia y la consolación que ella nos da, es que podemos tener esperanza…”, debemos reconocer que la esperanza es una virtud vital para el cristiano. La esperanza siempre irá acompañada de fe y amor. Escuchen bien y noten las tres palabras Esperanza, Fe y Amor en los siguientes versículos: 1 Corintios 13:13 dice: “Y ahora permanecen, la Fe, la Esperanza y el Amor, estos tres”; Colosenses 1:4-5 dice: “Habiendo oído de vuestra fe en Cristo Jesús, y del amor que tenéis a todos los santos, a causa de la esperanza que os está guardada en los cielos”; 1 Tesalonicenses 1:3 dice: “Acordándonos sin cesar de la obra de vuestra fe, del trabajo de vuestro amor y de vuestra constancia en la esperanza en nuestro Señor Jesucristo”; 1 Tesalonicenses 5:8 dice: “Pero nosotros, que somos del día, seamos sobrios, habiéndonos vestido con la coraza de fe y amor, y con la esperanza de salvación como yelmo”; Romanos 5:1-5 dice que: “Somos justificados, por la fe, nos gloriamos en la esperanza, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado”. El lugar de la esperanza en el corazón del creyente se exhibe por su identificación con la fe y el amor. Dios es el recurso, como también el objeto, de la esperanza cristiana, el tiempo futuro de la palabra fe. Según 1 Pedro 1:21 Dios manifestó la salvación por medio de su Hijo Jesucristo, de tal manera que nuestra fe y esperanza sean en Dios. No debemos menospreciar la esperanza, se origina en la santidad de Dios y viaja siempre con la fe y el amor. En vista de que la esperanza es más que un simple deseo concerniente al futuro indefinido, y en vista de que es una expectación firme y segura, ¿Cuáles contribuciones traerá al creyente? Les digo que traerá varias contribuciones. Enumerémoslas: En primer lugar, la esperanza da estabilidad al espíritu del creyente, Hebreos 6:18-19 dice que la esperanza es segura, y firme ancla del alma. Así como el ancla se clava en el fondo del mar para sujetar al barco para mantenerlo en un solo lugar, así nuestra esperanza está firmemente anclada en la Palabra de Dios, en la presencia de Dios mismo, para que no nos desviemos. La esperanza produce estabilidad. En segundo lugar, la esperanza produce paciencia en medio de pruebas, el apóstol Pablo nos escribe en Romanos 5:3-5: “Nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza”. Debido a la confiada esperanza, en cuanto a seguridades del futuro, ella nos mantiene firmes en las pruebas. En tercer lugar, la esperanza motiva la santificación. En su primera epístola Juan escribió del amor de Dios, por medio del cual somos llamados hijos de Dios. Después habló de la aparición de Jesús, y de como nosotros seremos semejantes a Él porque le veremos cómo Él es. El cristiano está seguro de estas verdades, el cristiano se llena de esperanza y espera la realización de ser como el Señor. Después Juan dice en 1 Juan 3:3: “Y todo aquel que tiene esta esperanza en Él, se purifica a sí mismo, así como Él es puro”. Como podemos ver la esperanza del futuro nos motiva a vivir vidas santificadas hoy, en el presente. En cuarto lugar, la esperanza nos trae gozo y confianza en el Señor. Romanos 8:28 dice: “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”. Esto es esperanza, seguridad, confianza y mucho más y esto es el producto de la esperanza cristiana. Si estamos llenos de esperanza, estaremos llenos de gozo y brillaremos para el Señor. Hay un elemento fuerte de gozo triunfante en la esperanza del cristiano, la esperanza se asocia con la victoria y no con la derrota. Esperanza es esperar en Dios para todo, es la expectación de lo mejor; es la seguridad de que Dios obrará en lo del futuro al igual que en lo del presente. El que está lleno de esperanza está lleno de gozo, un gozo inexplicable. Los hombres ejercían esperanza aún antes de la venida de Jesús al mundo, sin embargo, la ley en esos días no traía nada perfecto. Pero Jesucristo sí, trajo una esperanza nueva, la esperanza cristiana, la que nos da seguridad y nos causa brillar con la gloria de Dios en nuestro corazón. Por otro lado, la Biblia nos habla de la triste condición de aquellos quienes no están confiando en Cristo Jesús, como único y suficiente Salvador. La Biblia declara que ellos no tienen esperanza, pues están sin Dios en el mundo. Mi hermano en Cristo, Jesús está en nosotros y esa es nuestra esperanza de gloria, según Colosenses 1:27, debemos brillar para Cristo, debemos mantenernos brillando para el bienestar de otros, por medio de regocijarnos en nuestra esperanza Dios nos puede usar para su honra y gloria, en traer a otros a la fe personal en Cristo. Vamos a orar. Padre gracias por la esperanza que nos has dado en Cristo Jesús. Cuando nos acordamos de lo que has hecho por nosotros, nos regocijamos, pues somos victoriosos, vencedores y no derrotados. Gracias Padre y ayúdanos a brillar siempre por nuestro Señor Jesús. Amén.

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